Pampa
Húmeda y Pampa seca.
Pasaremos de lo simple, cotidiano a lo más complejo.
En lo que va de fin de enero y lo que llevamos de febrero -por lo menos aquí en
Bahía Blanca- en forma casi intermitente ha llovido de noche.
Los registros pluviométricos no son importantes como en nuestra Mesopotamia,
caso de Entre Ríos y Corrientes. Pero sí lo podemos considerar como un fenómeno
del cambio climático.
En los años de 1930 -si llovía- se acostumbraba arar con arados de rejas y con
caballos en marzo y abril, mayo y junio.
Se sembraba trigo, la precocidad de semillas permitió sembrar años después
hasta fines de julio.
En la agricultura, esos cambios modificarían sin dudas las cuatro estaciones
del año.
No sé en qué medida eso se reflejará en la ganadería, pues el proceso de
gestación no se modifica.
La Provincia de Buenos Aires representa gran parte del área en que se siembra
en el país.
Salvo que yo lo ignore, el censo más radical y con rigor científico que se hizo
en la Provincia de Buenos Aires “Fundación de pueblos, ciudades y partidos”,
data del año 1940, editado por el gobierno de la Provincia bajo la dirección de
Ricardo Levenne.
Han transcurrido 76 años, todo se ha modificado, especialmente la posesión de
la tierra, que hicieron desaparecer a miles de pequeños productores, y los
medianos están en vías de desaparecer, ¿Sabemos catastralmente cómo esto se
refleja en cada partido de la Provincia?
Tuvimos en esta región cuatro ferrocarriles, que los privatizaron y
prácticamente no funcionan.
Tenemos un solo puerto de aguas profundas, al que se llega atravesando un
canal, dragado, de unos 90 kilómetros que permite el ingreso de barcos que
cargan entre 50 y 60 mil toneladas.
Su calado es de 50 pies. Los barcos tienden a ser más grandes y más anchos, con
capacidad para 80 a 100 mil toneladas, por eso se ensanchó el Canal de Panamá,
y también el Canal de Suez.
Aquí tenemos la posibilidad de crear un Complejo Portuario con cuatro puertos
de aguas profundas, con calados naturales que oscilan en los 80 pies, y que
están a sólo seis o siete kilómetros del mar. ¿Por qué los gobiernos se niegan
a admitirlo?.
En Estados Unidos, próximos a las elecciones y en plena campaña electoral, una
senadora Republicana se atrevió a decir que a los presidentes no los elegía el
pueblo sino las grandes corporaciones y Wall Street.
Aquí en la Argentina, ¿qué intereses, muy poderosos por cierto, han impedido
durante 100 años que esta región se desarrollara?
Sólo pensar que con una buena administración y uso de las aguas de los ríos
Negro y Colorado se podrían incorporar al sistema de riego entre 1.200.000 a 1
millón y medio de hectáreas.
Pienso que las nuevas autoridades municipales y, particularmente su intendente
Héctor Gay (creo que ambos nos conocemos muy bien), por su trayectoria como
periodista y en la televisión por su programa “Por Bahía”, no pueden estar
ajenos a lo que planteo en esta nota, más aún en vísperas de una visita de la
señora gobernadora y su equipo con los intendentes de toda esta región.