Desde que asumió hace dos semanas, Macri lo único de
lo que se habla gira alrededor del dólar, la devaluación, la privatización de
YPF.
Las inmobiliarias hablan de alquilar en dólares.
Toda persona puede adquirir hasta dos millones de dólares (sean empresarios,
narcotraficantes, contrabandistas, etc.).
Las empresas cerealeras le van a dar 400 millones de dólares diarios al
gobierno.
Los argentinos perderemos el 50 por ciento del poder adquisitivo, aumentarán
las tarifas de agua, luz, gas, los precios de los alimentos, antes de fin de
año aumentarán.
La inflación trepará por encima de los aumentos, devaluaciones y otras medidas
que se van a adoptar.
La reacción del pueblo ya comienza. Mientras en el mundo se habla de crear una
nueva moneda que suplante al dólar, aquí volvemos a la colonización del país.
Quienes circunstancialmente apoyaron a Macri, se las verán en figurillas cuando
quieran explicar la entrega del país.
Entre los errores, que los tuvo el gobierno anterior, y los que están
cometiendo este nuevo gobierno, la caída será muy brusca y nos precipitamos a
un precipicio.
Era evidente que el país necesitaba cambios, por eso (y otras razones) perdió
las elecciones.
Lo que viene es mucho peor. ¿Sabremos los argentinos encontrar el camino justo?