La
crisis estructural del sistema capitalista coloca a la humanidad frente a la
disyuntiva, o seguir viviendo en la esclavitud, o como mayoría cambiar el
sistema.
La fuerza y poder del sistema capitalista aun puede imponerse sobre la voluntad
de los pueblos. Pero, ¿por cuánto tiempo?
La rebelión y resistencia de los pueblos de verse sometidos a vivir en la
angustia del hambre y la pobreza, sin viviendas, sin tierras, sin educación,
sin salud, se ha convertido en la lucha diaria que cada pueblo enfrenta con su
gobierno y ante la realidad de un nuevo mundo que nace, tiene ante sí que
decidir, en qué mundo queremos vivir.
Aunque la deformación de la realidad (o sea la verdad), ha confundido a los
pueblos, los efectos y consecuencias de la crisis mundial del sistema
capitalista tanto a pueblos como a la misma clase burguesa los induce a buscar
nuevos caminos.
La Revolución Francesa la hizo el pueblo, pero la burguesía logró asumir el
poder.
La Revolución Rusa (1917) la hizo el pueblo, la URSS se convirtió bajo la
dirección del Partido Comunista ruso (soviético) en una gran potencia. Aun no
me es claro por qué cayó… Y se la entregaron en bandeja de oro a la burguesía.
Es evidente que el partido comunista chino ejerce no sólo el liderazgo en
China.
Se puede afirmar que ya es la primera economía del mundo y su influencia a
nivel internacional es casi decisiva.
En el próximo Congreso del Partido Comunista chino estudiarán los alcances del
Plan Quinquenal (para 5 años).
La humanidad toda en estos años tendrá que decidir su futuro.
Las convulsiones que soporta cada país deben verse dentro del contexto general
de cambios que la humanidad reclama.
Los triunfos (electorales) de la derecha no deben cegarnos, son los estertores
de un mundo que se desploma.
Un nuevo mundo es posible, como lo es cambiar las mentalidades anestesiadas,
adormecidas, atrofiadas de los millones de seres que aspiramos a vivir en un mundo
mejor.