Raymon Aron, autor que vengo siguiendo en este intento de pensar sobre el problema de la democracia, se encuentra en un callejón que no puede superar. Defendiendo la democracia liberal no puede desconocer las limitaciones que le impone el sistema capitalista. Por ello busca el apoyo de un socialista francés, Pierre Josepf Proudhon (1809-1865), quien escribió un famoso libro en su época titulado Filosofía de la miseria en el que lanza una frase de batalla, “la propiedad es un robo”. Sobre el final de su vida, Proudhon reconoció que la eliminación total de la propiedad ponía en manos del Estado su monopolio y esto dejaba al “ciudadano” indefenso. La posterior experiencia soviética mostró que sometía al poder del Estado gran parte de la libertad individual que pretendía defender. Este tema lo llevó a Proudhon, sin conocer la experiencia soviética, a reconocer que “cuanto más se suprime la propiedad individual más se libra al individuo a la discreción del Estado”. Esto nos coloca en un punto que deberemos seguir profundizando, puesto que alrededor de él yo percibo mucha confusión.
A pesar de la simpatía que se pueda tener por Raymon Aron, por su honestidad en el intento de analizar la sociedad industrial, no queda otra salida que reconocer que se ha metido en un gran problema, el de la desigualdad social, y no ha salido muy bien parado de ello. Sus reflexiones han rondado el problema pero no lo ha podido superar. No pretendo que haya debido ofrecer una solución, sino que quedó en deuda con la profundidad de análisis; el tema no es sencillo y por lo general los especialistas lo eluden o lo disfrazan.
El otro tema relevante, y que Aron señala, es el que denominó la “anarquía capitalista”. El resultado del libre juego de mercado, de oferta y demanda imposible de planificar, y que arrastra el peligro de caer en crisis. Estas crisis, que se han repetido a lo largo del siglo XX, pueden ser de superproducción, o de falta de demanda, que ha puesto en riesgo la continuidad del funcionamiento del “mercado”. Lo que se produce es una acumulación de los stocks insoportable para las empresas, es una dificultad de ventas, de salida del stock, y eso está originado en una crisis de la demanda determinada por la escasez de dinero en manos de los posibles compradores. Esta escasez da lugar a la acumulación de stocks, que no encuentra quien compre, y acá se debe hacer referencia al sector laboral y a sus ingresos sobre lo que hay, por lo general, bastante resistencia de parte de los economistas.
Por cierto, no está haciendo una especulación teórica, está teniendo presente las crisis que el sistema ha soportado. La más importante fue la “Gran Crisis” de 1929, y que han sido resueltas por distintas metodologías. Dice Aron: “Cuando los economistas dicen mecanismo de mercado, entienden por ello que el equilibrio entre la oferta y la demanda se establece espontáneamente entre compradores y vendedores en el mismo, que la distribución de recursos colectivos se determina por la respuesta de los consumidores a las ofertas de los productos sin planificación de conjunto y que puede producirse desequilibrios en los mercados parciales e incluso en el global”.
Este tema es muy importante para poder pensar una democracia que está sostenida por el mecanismo del mercado.