Año 2015 de Aron Berstein.
Ezequiel Martínez Estrada recibió por Radiografía
de la pampa el Premio Nacional de Literatura y una cifra importante de
dinero. Sus amigos de Bahía Blanca le aconsejaron que se comprara un campito,
así lo hizo. La Fundación que se creó lo administró.
Hace 36 años vine a vivir a Villa Cerrito. Encontré una escuela, la N° 72,
abandonada, la empresa constructora habría quebrado y quedó a medio terminar.
Todos los días me levantaba temprano, me llevaba una pala para arrancar los
yuyos, adentro y afuera.
Los niños, curiosos, se acercaron primero y comenzaron a ayudarme, después lo
hicieron las madres.
Junto a otros amigos veníamos de rescatar una escuela que funcionaba en una
vieja posta, muy venida a menos, supe que se habían acordado los dineros para
fundar una nueva -los terrenos estaban-, y supe también donde estaba “varado”
dicho dinero, en la ciudad de La Plata. Vi al entonces intendente Víctor
Puente, le llevé los antecedentes y trajo el dinero.
La escuela que funcionaba en la posta era la N° 63 su ubicación era en Vieytes
al 1300, la nueva -muy hermosa- tiene capacidad para 900 alumnos.
Volví a la carga con esta escuela, la 72 de Villa Cerrito, la sacamos a flote.
Se inauguró en el acto central de un 9 de Julio con la presencia del ministro
de Educación Durañona y Vedia (periodo militar).
Impugnaron desde arriba -un general- el nombre propuesto por mí de Ezequiel
Martínez Estrada, luchamos para que se concretara y lo logramos.
Después promoví la creación del Jardín de Infantes 929, funcionaba en una casa
alquilada.
Promoví y logré la remodelación de la Capilla “La Porciúncula”, dentro del
predio del Hospital Penna.
Más cerca en nuestros días, el 17 de marzo vi a la presidenta por TV, estaba
locuaz y un tanto eufórica.
Se disculpó por llegar tarde -no justamente porque se estuviera pintando las
uñas-, venía de una reunión en su despacho oficial con las nuevas autoridades
de la Federación Agraria Argentina, con quienes acordaron conceder a 46 mil
pequeños productores, de hasta 700 toneladas de producción, una suma de dinero.
Esos 46 mil productores representan solo el 10 por ciento de área sembrada en
el país; y en lo exportable alcanza un 8 por ciento. Se espera una cosecha de
115 mil toneladas para la temporada 2015/2016.
El 92 por ciento de nuestro campo pasó a manos de grandes productores
íntimamente ligados a los exportadores extranjeros, a sus redes de
comercialización, incluyendo todos los puertos del país (caso Bahía Blanca).
Buzzi, anterior presidente de la Federación Agraria, surgido después del
conocido alzamiento del campo “El Grito de Alcorta”, denunciaba que en el país
se habían vendido 20 millones de hectáreas -y no a campesinos pobres-, y
estaban en venta otros 20 millones.
Esos son los dueños actuales del campo argentino.
Los pequeños productores fueron fagocitados por los grandes.
A confesión de parte, relevo de prueba.
Mis abuelos inmigrantes eran campesinos, mis padres lo fueron, yo jamás pude
hacerme de un pedazo de tierra.
Nuestra región económica es agrícola ganadera, abarca una parte importante de
la Provincia de Buenos Aires, Río Negro y La Pampa.
Los ingleses construyeron los ferrocarriles, aquí teníamos 4 ferrocarriles,
privatizados por Menem y destruidos.
Tenemos la posibilidad de construir un Complejo Portuario de Aguas profundas,
único en el país.
Se llega a unos 60 kilómetros de la frontera con el Ferrocarril Trasandino que
uniría el corredor bioceánico, es decir, los puertos de Bahía Blanca y de
Talcahuano, en Chile.
Cuando hablo hoy de una tomografía computada al campo y a nuestra economía, si
lo hacen se sorprenderán pues modificaría la geografía económica de casi medio
país.
Candidatos presidenciales, y otros que van y vienen, a ninguno le oí decir una
palabra de esto.
Señora Presidenta, señor Ministro Randazzo, es hora de definiciones.
Hasta ahora con este tango Farolito de papel “mucho humo y poca luz”.