Lunes
27 de junio de 2016, invernal e infernal.
No te dan ganas de escribir, las elecciones en España son inexplicables.
Perdimos el campeonato y Messi se retira de la selección.
El miércoles 29 se votó el paquetazo de la jubilación por un Congreso viciado y
vaciado. Se oficializará el certificado de defunción para los jubilados.
La Patria contratista no tiene Patria, son los mismos que se beneficiaron con
el gobierno anterior y hoy están en el poder.
Las góndolas de los supermercados se vacían de productos nacionales y se llenan
con salsas de tomates traídas de Italia.
La importación de productos chinos y de otros países europeos compite con lo
nacional. ¿Quiénes son los que importan?, ¿no son acaso los mismos empresarios
que prefieren comprar afuera, despedir obreros antes de otorgarles aumentos?
Imponen por hambre el salario.
Y, lo desconcertante, vamos a elecciones y ellos ganan… “Dan ganas de llorar”.
“¡Ya no me falta pa’ completar más que ir a misa e hincarme a rezar!” (tango).
En un mundo donde lo irracional en el comportamiento humano prevalece sobre lo
racional, es imposible hablar de criterio y lógica. Sólo hechos consumados y poca
previsión a futuro.
La escalera se te cae y solo te queda agarrarte del pincel.
Escribo a cuenta gotas, pequeñas notas donde vuelco mis opiniones sobras cada
acontecer.
Creo que se les llama “simún” a las tormentas de arena en el desierto del
Sahara.
Estamos en medio de esta tormenta y no vemos nada.
“Perdido en las cerrazones, ¿quién sabe, viditay, por dónde andaré? Mas cuando
salga la luna, cantaré, cantaré…” (Don Ata).
Hay esperanzas que ya se comienza a ver.
Pedí una entrevista a un dirigente gremial y me dieron un concejo: “Si quiere
sacarle algo, hablele de los niños”.
“Una madre canta un canto querido que llega hasta el alma, porque en esa cuna,
está su esperanza” (Silencio, Gardel).
La naturaleza es la madre de todo, las madres dan hijos, que es todo.
Sigo pensando que aún vale la pena luchar y seguir viviendo buscando un mundo
mejor.