Es
lo que siento, viví la crisis del 29 y el golpe de estado del 30, echaron del
campo a mi padre, no hubo cosecha y le embargaron todo lo que tenía.
Conocí el hambre y lo vi en cada casa de los pobres de mi pueblo.
El hambre no es racista, lo padecieron españoles, italianos, judíos, rusos,
ucranianos, alemanes del Volga.
Lo encontré en los pueblos y pequeñas ciudades del interior, tanto en la
Provincia de Buenos Aires como en La Pampa y Río Negro.
Estoy triste, no creí a mis 90 años que volvería a ver tanta pobreza y hambre.
Vi comedores escolares que no les alcanza la comida para los niños, porque cada
día aumentan los chicos. No creo que exista algo más desgarrador para una madre
que decirles a los niños: “No tengo comida para darte”.
Vi la imagen de una niña de 4 años, cuyos padres tienen que ir al trabajo y,
como son tan pobres y no tienen quien la cuide, ni pueden pagar para llevarla a
un jardín de infantes, la atan con una cuerda a una piedra (sucede en la
India).
Vi hambre en niños de África.
Durante años Cáritas, a través de una iglesia, me daban dos veces por semana 40
a 50 bolsas con ropa (usada), destinada a personas carenciadas. Conozco a
Caritas desde hace muchos años, siempre fueron generosos conmigo, no por quien
soy sino por lo que hago.
Las enviaba al sur, donde aun quedan asentamientos indígenas (mapuche).
De Bahía Blanca las enviaba por tren a Patagones gratuitamente, en Viedma -con
intervención del cura de allí- consiguieron los llevaran gratuitamente al lugar
de destino, hasta logré enviar unos tres mil libros para escuelitas rurales.
Después vino la privatización y se cortó el envío.
Comencé a recorrer las villas miserias y barrios periféricos de Bahía, centros de
jubilados, geriátricos y hospitales de pueblos vecinos.
Los años y una avanzada ceguera me hicieron abandonar esta tarea.
En algunos lugares llegaron a decirme a mí y un amigo que aportaba su camioneta
“No nos traigan más, los jubilados internados tienen ropa y comida no nos
falta”.
A menos de un año todo se revirtió, tenemos más pobres, un millón de nuevos
pobres en 5 meses y se calculan 3 millones para fin de año.
Unos 150 mil trabajadores despedidos y se calculan medio millón para fin de
año.
Me bajaron y leyeron la nota publicada por Página/12 con la lista de unos 27
personajes que al lado de Macri gobiernan el país.
La mayoría trabajaron para el Deutsche Bank (alemán), otros para el City Bank
de Estados Unidos y corporaciones monopólicas.
Que llevan el hambre y la miseria por todo el mundo.
Patria: ¡Me da pena verte!
También veo a los pueblos de Grecia, España, Portugal Haití y ahora Francia, cómo
luchan, cómo resisten los afganos en una guerra que lleva más de 30 años, Siria
más de 5 años de guerra, Irak, la invadieron y la destruyeron, Libia lo mismo,
Yemen la bombardean, Ucrania en guerra.
Aquí en América la voltearon a Cristina, en Brasil a Dilma, en Honduras a
Zelaya.
Quieren convertirnos en colonias esclavizadas.
Siento el latir del corazón de los pueblos, me digo: “No te entregues viejo,
seguí peleándole a la vida”.