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200 años después
Categoría: Opinión

La anarquía del año 1820 (Sarmiento) y la anarquía del año 2016 (Macri).
Antes las Provincias manifestaban su parecer y lo hacían a través de los
caudillos.
Los gobernadores actuales o bien responden a sus inclinaciones políticas o bien
a las empresas que tienen en cada provincia, que les pasan la factura.
En general, las provincias han retrocedido, el descontrol hizo que avanzara la
inflación, un aumento desenfrenado de los productos alimenticios. A los
productores no se les paga un precio compensado, los consumidores pagamos 4 o 5
veces más, decae el consumo.
Las ventas de este fin de año serán el termómetro que mida hasta dónde bajamos y
lo que hemos perdido en cuanto a poder adquisitivo.
Todo lo que hemos visto desde las provincias, está concentrado en un juego,
cuyos protagonistas no salen del ámbito: gobierno-congreso-jueces,
diputados-senadores.
Y, si bien hay manifestaciones populares, éstas no pesan todavía.
Por eso la impunidad de lo que dicen y de lo que hacen.
Las medidas aplicadas por un gobierno de derecha que beneficia a los sectores
ricos y empobrece al pueblo, se van sintiendo cada vez más.
Los gobiernos provinciales, todas las provincias quedaron atadas al palenque
del gobierno nacional y tendrán que enfrentar a sus pueblos.
En los mercados de cada país a nivel mundial pasa algo parecido.
Los precios con que nos quieren pagar nuestra producción, no son compensatorios
y eso lleva inevitablemente a una nueva devaluación de la moneda, de 10 pesos
el dólar pasamos a 15, y ahora se habla de 26 pesos cada dólar.
Durante al periodo que existió la URSS, promoví convenios económicos y
científicos que de haberse concretado modificarían la geografía económica de
casi medio país (toda la parte del país de Río Negro al sur).
Después de la caída de la URSS concerté contactos con el gobierno chino, y les
hice llegar estudios, investigaciones, proyectos que también los recibió el
gobierno de Cristina, y que fueron contemplados, pues los vi insertos en los
acuerdos suscriptos con China.
Los acuerdos contribuían a crear un país integrado a los proyectos, tenían un
objetivo.
La electrificación del país, Cristina y algunos de sus ministros lo comprendieron.
Mucho antes, Lenin opinaba: Comunismo es igual a electrificación.
Puse especial énfasis en nuestra región económica, se vería doblemente
favorecida con obras portuarias (cuatro puertos de aguas profundas,
ferrocarriles, recuperación por parte del estados puesto que todos los
proyectos se firmaban con el gobierno nacional).
Cuando repaso esos convenios me doy cuenta del enorme salto cualitativo y
cuantitativo que traerían la concreción de esas obras.
Es penoso reconocerlo “hemos retrocedido”, de Facundo y la anarquía del año 20
(Sarmiento), comparado con lo que estamos viviendo, la caída del 2016 nos
acerca más al año 1820.
Las nuevas postas (políticas) que se conviertan en gobierno, ¿lo comprenderán?

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2016-12-19 00:00:00
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