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Vivo y coleando
Aunque en algunos círculos intelectuales haya comenzado a pasar de moda, el existencialismo sigue haciendo escuela entre los jóvenes, como en el Departamento de Humanidades de la UNS.
Categoría: Interés general

Aunque en algunos círculos intelectuales haya comenzado a pasar de moda, el existencialismo sigue haciendo escuela entre los jóvenes. En el Departamento de Humanidades de la UNS, un grupo de estudiantes de Filosofía y Letras encabezaron una iniciativa para implementar un taller abierto a la comunidad sobre la temática.

Suele criticárselo, e incluso hay quienes lo consideran pasado de moda. Sin embargo, el existencialismo -escuela filosófica y literaria muy en boga durante las décadas que mediaron el siglo pasado- sigue en pie y generando debate, lectura y compromiso. De hecho, esta última palabra es, quizá, la que mejor define su esencia.
Los planes de estudios de los profesorados y licenciaturas en Letras y Filosofía de nuestra Universidad Nacional del Sur (UNS), al menos, no incluyen demasiados autores existencialistas en su cronograma de lecturas. Pese a ello, sus ideas y narrativas siguen prendiendo especialmente entre los más jóvenes. Quizá por ello es que un grupo de estudiantes de esas carreras impulsa, desde hace algunos meses, la implementación de un Taller sobre la temática. Con la vuelta al ruedo del ciclo lectivo universitario, se confirmó: para la tarde del viernes 1 de abril se programaba la primera de las jornadas.

Yo sí fui
Nicolás García y Juan José Guerra estudian Letras. Esteban Sánchez cursa estudios de Filosofía. Todos transitan a diario los pasillos del Departamento de Humanidades de la UNS. Y es a ellos a quienes se les ocurrió la idea del Taller de Existencialismo. EcoDias mantuvo un diálogo con los tres, donde explicaron la génesis de la inquietud hoy cristalizada.
“Todo surgió como una idea de Nico, que nos comentó a nosotros, y en el diálogo con diversas personas que nos aconsejaron darle un marco más institucional. En principio, era algo más informal: armar un grupo de estudios para juntarnos en algún lugar, que ni siquiera habíamos pensado que podría ser la Universidad”, explica Juan José. Y añade una síntesis: “la idea es que haya participación desde otros sectores. Pero nos pareció interesante que la UNS nos prestara el espacio”.
Otra de las motivaciones que dieron origen a la idea tiene que ver con la percepción de la necesidad de un vínculo entre las carreras dictadas por Humanidades de la UNS. “La inquietud, de movida, era generar un espacio interdisciplinario. Veíamos que las carreras de Humanidades estaban muy separadas entre sí. Entonces, la idea era nuclear alumnos de las tres carreras”, amplía. Aunque en principio la propuesta está pensada a partir de estudiantes de Filosofía y Letras, la intención es que se sumen también alumnos de Historia, “ya que el movimiento existencialista incluye los tres aspectos, y muchos otros”. Esta multiplicidad de aristas que presenta la temática hace que la participación en el Taller se halle abierta para la comunidad en general, universitaria y no universitaria.

Todo confluye
El interés por gestar un espacio de encuentro y discusión extracurricular confluyó con la curiosidad de los promotores por la temática. “También tenía que ver con que es una parte que no está muy incluida en las carreras que nosotros cursamos, salvo un módulo en una materia de Letras”, explica Juan José.
El tema, por otra parte, “nos parecía relevante para la historia del pensamiento, ya sea literario o filosófico, y de ahí la necesidad de construir un espacio que dé respuesta a eso. Y el tema mismo nos obligaba a vincularnos de manera interdisciplinaria”, agrega Esteban.

¿Quién se suma?
A poco de idear el proyecto y comenzar a recorrer los caminos burocráticos, empezaron a pensar en profesores e investigadores del Departamento de Humanidades “que se dedican a algunos temas que tienen que ver con el existencialismo, o que los autores a los cuales se dedican han discutido al existencialismo, como es el caso de Carlos Astrada. Nos pareció interesante invitarlos, y por suerte se prendieron”, historia.
En un principio, el interlocutor de los chicos era el docente y escritor Mario Ortiz. La escasa disponibilidad horaria imposibilitaba a Ortiz el ponerse al frente del Taller. A partir de allí, comenzó a contarse como coordinador del mismo. Los docentes Raúl Domínguez, Cecilia Barelli, Guillermo Goicochea y Fabio Álvarez integrarán paneles rotativos, a partir de los cuales se dispararán los principales contenidos.

Temas y paneles
El Taller ha sido estructurado en tres unidades temáticas. Las dos primeras refieren al núcleo básico de la filosofía de la escuela existencialista, específicamente en Jean- Paul Sartre y Albert Camus. También se incluirán allí las discusiones que con el existencialismo mantuvieron Heidegger y Lukács. Una tercera parte incluirá la recepción en nuestro país. Autores como Carlos Astrada, Vicente Fatone y Ernesto Sabato o las revistas “Contorno” o “El escarabajo de oro” serán nombres propios de esta última etapa del Taller, que podría extenderse más allá del final del primer cuatrimestre.
El programa se ve favorecido por la buena disponibilidad de material que guarda la Biblioteca “Arturo Marasso”, del Departamento de Humanidades de la UNS.
“Antes de articular los contenidos pensando en desarrollar el pensamiento de un autor, preferimos hacerlo de acuerdo a problemas”, cuenta Nicolás. En tanto, aclara que “la dinámica del Taller o grupo de estudios pretende ser horizontal. Si bien van a venir profesores invitados, la idea no es que alguien se haga cargo de una clase magistral, sino que es una cosa que pretende ser horizontal: tirar una serie de textos para ir analizándolos en la semana y después, en los encuentros, que sea un diálogo entre los que leyeron y los profesores invitados”.

Respuesta institucional
Los pocos precedentes que en los últimos años registra la idea hicieron que EcoDias preguntara a los chicos acerca de la respuesta obtenida en el Consejo Departamental y con los mismos docentes. “Desde el principio, entre los profesores, tuvimos muy buena respuesta. Después, cuando fuimos al Departamento para ver qué figura le cabía a esto, nos ayudaron a corregir lo formal. Y en el Consejo, se aprobó inmediatamente”, responde Nicolás.

Se abre el cristal de la Torre
El Taller será abierto a la comunidad en general. “Esa fue una de las ideas desde el principio. Por eso, la intención de que sea en la Universidad”, dice Esteban. De hecho, la formulación misma del proyecto incluye la propuesta de que el mismo sea abierto, pues “nos parece interesante abrirla a la participación de la comunidad”.
Ocurre que, en palabras de Nicolás, “a veces, parece que lo académico es exclusivo, y queda vedado a toda la gente que no pueda estudiar, y eso da miedo también al que está afuera”.
Otro de los paradigmas contra el cual pretende ir una iniciativa como esta es el de la hiperespecialización disciplinaria, que lleva a que “si uno no maneja determinada jerga, no puede hablar de un tema. Por ahí, el existencialismo lo que hace es bajar a tierra el debate”, sostiene Nicolás. “Porque además es una literatura de mucho autodidactismo, no solamente asociada a lo académico”, completa.
La cita, entonces, será los viernes de 18 a 21 hs., en el aula de Audiovisuales del quinto piso del edificio universitario sito en 12 de octubre y San Juan.

Ese emblema de la libertad irreductible
* Por Mario Ortiz
El existencialismo fue uno de los movimientos literarios y filosóficos más influyentes del siglo XX. En una Europa arrasada tras la Segunda Guerra Mundial, emergieron las voces de Jean Paul Sartre y Albert Camus con la potencia de una conciencia crítica extremadamente lúcida y de una ética inclaudicable.
 Camus enfrentó el problema de la desesperación ante la falta de sentido de la vida y, rechazando el suicidio o el misticismo como alternativas válidas, delineó la figura de un nuevo tipo de héroe: el héroe absurdo, encarnado en el protagonista de su novela
El Extranjero.
 Por su parte, ante el avance de los totalitarismos y de los modelos económicos que reducen al hombre a mero objeto, Sartre afirmó que cada uno posee libertad irreductible. El ser humano no responde a una naturaleza predeterminada, sino que se hace a sí mismo en base a un proyecto libre y responsablemente elegido. Su idea de un escritor comprometido con los problemas de su tiempo – figura que el propio Sartre encarnó de un modo admirable – ejerció una gravitación decisiva en los intelectuales latinoamericanos quienes, a partir precisamente de su condición de escritores o ensayistas, tomaron partido por los procesos emancipatorios que se produjeron en la década del ’60 luego de la revolución cubana.
 En Argentina, Abelardo Castillo y Antonio Di Benedetto estuvieron estrechamente vinculados al existencialismo francés.

Mario Ortiz es docente de Letras de la UNS y escritor. Autor del libro “Cuadernos de Lengua y Literatura”.


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2011-04-04 19:00:00
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