La importancia de hablar de este tema surgió de la observación cotidiana y el aporte estadístico aportado por Ámbito Refugio, que a través de su investigación arrojó como datos que más del 85% de familias se denominan multiespecie, quiere decir, que en su seno familiar tiene un miembro de otra especie. Además como la investigación se hizo en Capital Federal, daba que un 75% de las personas viven en edificios, es por ello que fue de vital importancia poder informar sobre la temática.

La charla profesional fue organizada por el Colegio de Abogados de Córdoba, una actividad en conjunto de la sala de propiedad horizontal y la sala de derecho animal, con la disertación de la abogada bahiense, especialista en Derecho Animal, Graciela Adre.

“Empecé con la frase el conocimiento es poder, que implica que en la medida en que uno conoce sus derechos es mucho más difícil que me puedan avasalla o hacerme hacer algo que no corresponde”, sostuvo Adre, en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios. También agregó que es importante que las personas sepan que hoy, dada las circunstancias de la evolución, la nueva concepción de familia, tratándose de un concepto cultural y cambiante. Actualmente, una familia se encuentra conformada por una persona humana y otro miembro de otra especie.

Progresos

“Todo lo que ha ido evolucionando ha sido reflejado por la jurisprudencia. Y si bien, lamentablemente, el Código Civil sigue considerando a los demás animales como cosas, esta posibilidad que nos abre en cuanto a poder filtrar la concepción diferente en el ámbito del derecho de familia, nos permite empezar a hacer cuña y ver cómo se puede introducir diferentes derechos de los demás animales desde esta perspectiva”, subrayó la abogada.

En cuanto al régimen jurídico de los animales, específicamente en edificios, lo que se planteó fue desde que desde el punto de vista jurídico se pueden refutar todos los argumentos que quieran impedir compartir la vida con un animal no humano. En primer lugar, la disertante habló de la pirámide jurídica, la que habla de la prelación normativa, existiendo normas superiores e inferiores. En dicha pirámide se tiene en la cúspide los tratados internacionales y la Constitución Nacional, de allí para abajo se mencionó el Pacto de San José de Costa Rica, la Constitución Nacional y el Código Civil en donde se muestra la importancia de los derechos personalísimos. Estos tienen que ver con los derechos a la honra, a la dignidad, al desarrollo humano, todo eso hace el poder convivir con un animal no humano. “Aquel que ha convivido con un animal no humano sabe lo importante que es para la salud, para el desarrollo de ambos. El derecho que se tiene de que nadie me puede decir con quien vivir y con quien no”, explicó.

Por último, se habló del derecho a la propiedad privada, a raíz de que en el ámbito de un departamento nadie puede impedirle a otra persona el compartir la vida con un animal no humano, ni decir qué se puede hacer y qué no. Para interponerlo como excluyente, la prohibición debe elevarse a juicio, donde se demostraría que ese reglamento está por debajo de la pirámide jurídica.

Autor: Redacción Ecodías