A fines de junio, en coincidencia con el solsticio de invierno o «reinicio del acercamiento» del sol a la tierra y con el inicio de un nuevo ciclo agrícola (momento de la nueva época de siembra), el presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, deseó el lunes 21 de junio a todos los bolivianos un nuevo año con «prosperidad, equidad, igualdad y justicia social», tras participar en los actos de celebración del Año Andino-Amazónico.
Los actos, a los que asistieron las autoridades, representantes diplomáticos y miles de bolivianos y visitantes extranjeros, se celebraron en la localidad altiplánica de Tiwanaku, ubicada a 71 kilómetros de La Paz y a 3.800 metros de altura sobre el nivel del mar.
Junto a los sacerdotes y amautas aymaras y quechuas, el jefe de Estado boliviano participó desde las 7 de la mañana, a la salida de los primeros rayos del sol, en las celebraciones y ofrendas alcanzadas a la Madre Tierra, Pachamama, y al Inti Sol frente a los nevados o achachilas protectores.
Los actos de celebración tienen como objetivo que la población retome conciencia de su verdadero sentido de reflexión y compromiso con la Pachamama y con el IntiTata como símbolo de reverencia y convivencia armónica de la mejor manera posible entre los hombres y mujeres con la naturaleza.

Homenajes
Este año se realizaron los actos de homenaje a la Pachamama no solamente en las zonas andinas de Bolivia, sino en las regiones amazónicas. Es la primera vez que se festeja el año nuevo andino-amazónico con un feriado nacional, dispuesto por el gobierno nacional, para dar mayor realce a la fecha en la que se celebra el año 5.518.
Evo Morales afirmó que los homenajes a la Madre Tierra no solamente se celebran en Bolivia, sino en otros países, como Perú, Chile y Argentina, donde sus poblaciones originarias rinden tributo a la Pachamama, como principal símbolo y realidad para el sustento de la vida.
Bolivia ha patrocinado en abril pasado una Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, donde más de tres mil representantes de organizaciones internacionales, gobiernos y movimientos sociales se reunieron para analizar el destino del planeta y las acciones a emprender en defensa de la sobrevivencia de la humanidad.

Año nuevo mapuche
Entre el 21 y 25 de junio, el pueblo nación mapuche, preexistente a los estados argentino y chileno, celebró el wiñoy tripantv (regreso de la salida del sol, en lengua mapuche) o we tripantv (la nueva salida del sol), términos propios del mapuzugun (el habla de la tierra).
En la concepción de este pueblo originario, estos dos conceptos están estrechamente relacionados. El acontecimiento del wiñoy tripantv y el we tripantv marca el término de un ciclo de vida y el comienzo de uno nuevo, los cuales están determinados por el regreso del sol, y además marcado por cada fase y ciclo completo de cada luna.
El we tripantv representa el despertar de la tierra y la naturaleza, el despertar de las estrellas y del universo, el despertar de los espíritus protectores y dadores de vidas, es el despertar de los hijos de la tierra.
Este regreso y renovación de la vida ocurre cuando la tierra inicia la emergencia de sus fuerzas o energías desde las profundidades, permitiendo que todos y cada miembro de la naturaleza reinicie su ciclo vital. En el caso de las personas, implica la renovación del compromiso por el respeto a la naturaleza, es sumarse a la acción positiva de las energías cósmicas, que ese día se ponen a disposición del ser humano, para iniciar un nuevo ciclo de producción de ese Che (persona), que tiene plena conciencia de esos fenómenos cósmicos.
Es llamativo que mientras los pueblos originarios del sur conservan su tradición y celebran el solsticio de invierno, en el mundo se ha impuesto celebrar el año nuevo el 31 de diciembre, es decir, en proximidades del solsticio de invierno del hemisferio norte, como una marca vital de dominación de unos pueblos sobre otros.