Este texto corresponde a la exposición dialogada presentada por Natalia Carabajal Figueroa, invitada a participar de la charla “La mujer en los medios de comunicación”, el día sábado 13 de noviembre, en la carpa instalada en la Plaza Rivadavia por el Mes por la Diversidad.

“Los medios de comunicación, salvo excepciones, son hoy reproductores de las muchas desigualdades sociales existentes. Con el tema de género algunos aportan en esta temática, pero la diferencia es abismal.
La realidad que vivo yo en mi espacio no es la que viven la mayoría de las mujeres trabajadoras en relación a los medios de comunicación.
‘Otra vez con ese tema’ es una de las frases que una escucha al momento de querer plantear una perspectiva de género en alguna cuestión. No es, por suerte, lo que me ocurre en el medio donde trabajo. En el periódico EcoDias pudimos construir un espacio comunicacional en el que tratamos de no ser reproductores de las desigualdades sino de romper con ellas y profundizar en los derechos humanos para todos y todas.
Quisiera mencionar dos roles respecto al tema ‘La mujer y los medios de comunicación’.
Uno es el de la mujer como persona posible de ser retratada en los medios, la cobertura noticiosa o cómo la mujer es representada en los medios
Otro, las mujeres como trabajadoras de los medios.

La mujer en los medios
Cuando observo los medios (gráfica, radio y más aún TV) pienso en si seremos muchas y muchos los que vemos esas publicidades con mirada crítica. Y pienso: ¿qué es lo que le importa y les sirve a las mujeres?
Son estos temas los que nos interesan a las mujeres y que salen publicados o enunciados con títulos tales como: Adiós a la celulitis, Darle placer a tu hombre, Sexo tártrico para complacer a tu pareja, Lifting a tu alcance, Alisado de cabello, Decora tu casa, Cómo hacer para limpiar esas manchas, Aprendé a hacer mejor las confituras, Qué hacer en esos días rabiosos.
Considero que hay otras cosas que nos desesperan a las mujeres.
Hay otra realidad que es la real y que no es la que recrean los medios de comunicación masivos, que nos muestra limpiando la cocina o eligiendo el mejor jabón líquido o haciendo cosas para poder zafar del estreñimiento.
Esos estereotipos, creo, nos ridiculizan, nos descalifican y reproducen e instalan o refuerzan en nuestras comunidades ideas prejuiciosas, y nos subordinan.
Pensando ejemplos de publicidades, yo me pregunto dónde termina el chiste y empieza la discriminación. El chiste termina cuando hay reproducción de mitos, creencias y estereotipos, cuando se nos degrada y se nos ubica a las mujeres como objetos, cuando se utiliza el lenguaje machista que denigra nuestra condición de mujeres o se nos empuja a ser objetos de erotismo y de consumo. Tinelli, al hacer pasar a una participante de su show, luego del acto con un perro chihuahua dice: ‘Después del perro, viene la perra’.

Creo que estas cuestiones no se generan en los medios sino que los medios son una suerte de reproductores de esos estereotipos y reafirman la desigualdad. Por lo tanto los medios son lamentables legitimadores de las desigualdades entre varones y mujeres.

¿Qué pasa con las noticias?
Justamente el 10 de noviembre se presentó el Informe Argentino del Monitoreo Global de Medios de Comunicación que se realiza cada 5 años. El Proyecto de Monitoreo Global de Medios lo coordina la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés).
Los resultados de la investigación se aplican como una herramienta para el cambio hacia la igualdad de género en y a través de los medios de comunicación.
Algunos que nos van a interesar de las 188 noticias analizadas, es que:
Sólo en 31 de ellas las mujeres fueron centrales.
Las mujeres representan el 29 por ciento de las personas entrevistadas, sobre las que se escucha, ve o lee en las estaciones dominantes y diarios impresos.
Es bajo el porcentaje de noticias que cuestionan los estereotipos de género
Los hombres son la voz experta en los noticieros.
Las mujeres están presentes en temas y roles asumidos socialmente como propios de mujeres.
El sexo de los periodistas incide al momento de seleccionar a los sujetos de las noticias.
Se informa de su edad dos veces más en comparación con los hombres.
Aparecen en fotografías 2 veces más que los hombres como sujetos de la noticia.
Los reportajes no presentan a las mujeres desempeñando papeles profesionales o de autoridad con la misma proporción en que sí lo hacen en la realidad.

Otro dato que no tenemos que dejar de mencionar es la violencia y las mujeres y cómo esto es reflejado en los medios.
Cada día muere en Argentina una mujer asesinada por su pareja, novio o ex marido
A esto los medios lo llaman: Cuestiones pasionales, dramas pasionales. Son situaciones aisladas e irreversibles, un caso más.
Esto no es pasión, es femicidio y debería nombrarse así. Este término se inscribe en el extremo de lo que se conoce como violencia de género o violencia contra la mujer, que es aquella violencia que se ejerce contra las mujeres por su condición de mujer. Desde los medios se acostumbra a calificar como ‘drama pasional’, o a acercarlo a cuestiones de ‘celos’ o ‘problemas de pareja’. Sin nombrar a estos crímenes como femicidios, se logra naturalizar y esconder las situaciones de violencia a las que son sometidas las mujeres cotidianamente (violencia doméstica, familiar, laboral, sexual, psicológica).
Es necesario nombrar a las cosas por su nombre.

Aborto, mujeres y medios
Hay cuestiones sobre las que no se habla en los medios locales: una de las tantas es el aborto.
Hay 2.000 mujeres que mueren por abortos al año en Argentina.
Un tercio de las muertes maternas siguen siendo por problemas linderos a abortos. Y Bahía Blanca no está fuera de esta realidad. En la nota que publicamos en junio de 2010 en EcoDias, informábamos que en la ciudad ese porcentaje se cumple. En 2009 de tres muertes maternas una fue por cuestiones referidas a problemas por abortos mal realizados o complicaciones posteriores.
De esto no se habla en los medios.

Y acá me permito hacer un reclamo: no es que solamente los medios no hablan. Cuando existe un medio -como EcoDias- que sí quiere hablar de estos temas, nos es difícil encontrar quienes le pongan el cuerpo y la cara a estos temas para confrontar y reflexionarlos. Las fuentes de información no hablan, el estado no habla, las organizaciones no tenemos un diálogo con la comunidad sobre estos temas. Y por lo tanto no se instala y no se visibiliza o se lo instala mal.

La mujer trabajadora de medios
Ya para finalizar quiero mencionar el importante rol de la mujer como trabajadora de los medios de comunicación y el poder que eso incluye.
Justamente en el informe que mencioné anteriormente en los medios:
Las mujeres sólo reportan 31 por ciento de las historias que aparecen en la prensa escrita o en la radio y televisión combinadas.
Locutoras son 27 por ciento en radio y 48 por ciento en TV (se busca la dupla de varón-mujer)
Los lugares que ocupamos las mujeres en los medios locales suelen ser como locutoras, presentadoras, redactoras, o tareas de conducción… ¿en qué tipo de programas o de qué tipo de contenidos? Y hay que mencionar que detrás de muchos de los varones que tienen puestos de relevancia o de exposición, siempre hay mujeres trabajando.
Con estos datos simples pienso en qué es relevante en ese rol de la presencia de la mujer en los medios de comunicación.

Yo no encuentro a veces explicaciones verdaderas y profundas sobre la desigualdad en general, sobre las cuestiones culturales y las relaciones inequitativas entre varones y mujeres en estos espacios.
Lo que sí sé que es importante no es solamente que las mujeres lleguemos a ocupar espacios de poder en los medios o la sociedad. Lo importante es que las mujeres que ocupen esos espacios tengan ciertos compromisos con la perspectiva de género.
Que una periodista sea mujer no garantiza la perspectiva de género, no es que por ser mujer tenés conciencia de género.
Por eso creo que los cambios responden a las decisiones personales, sin quitar la importancia de los procesos colectivos, pero en tareas como la periodística muchos cambios responden a luchas personales y defensas de lo que una quiere para sí misma. Yo no puedo concebir hoy la tarea periodística alejada de la perspectiva de género: ya vi la desigualdad, soy responsable de que esto se modifique”.