En su visita a Bahía Blanca, el director del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (ONABE), Fernando Suárez, conversó con EcoDias en el marco de la recorrida que se realiza desde la Subsecretaría de Obras Públicas a varias ciudades de la Provincia de Buenos Aires para conocer la situación de las obras que llevan adelante.

El ONABE en su momento tenía la obligación de custodiar gran cantidad de bienes que habían quedado en desuso en el estado, con las privatizaciones que se hicieron en la década del ’90. Hubo bienes que las empresas que entraron como concesionarias no necesitaron y entonces esos bienes quedaron sin uso. Muchos de esos bienes fueron vendidos, rematados, hasta que en 2003 se decidió modificar la política generando un uso para esos bienes en custodia.
Respecto a los motivos de su visita a Bahía Blanca, Suárez detalló: “La voluntad desde la Subsecretaría (de Obras Públicas) es analizar cuáles serían los mecanismos para ampliar la participación popular en la decisión de las obras, si las tenemos que hacer mejor, si hay otras que hay que hacer, cuáles serían los planes futuros. Es decir, una tarea de estudio y de consulta, una tarea de escucha y de observación. Estamos analizando qué pasa con nuestro trabajo.
El gobierno nacional ha invertido una gran cantidad de dinero en las ciudades del interior de la Provincia de Buenos Aires. Acá en Bahía Blanca hay mucho dinero invertido, son dineros del pueblo, son dineros de los impuestos. Tenemos que estudiar si está bien lo que estamos haciendo, corregir lo que está mal, estamos escuchando críticas, opiniones diversas. Esto sin duda va a dar lugar a cambios de tipo metodológico, con unos mecanismos distintos. Es interesante. No es común que los equipos de gobierno hagan esto, pero nosotros lo estamos haciendo”.

Ejemplos y cambios
Una de los grandes cambios en la política sobre los bienes del estado es que hoy esos bienes quieren ser recuperados y puestos a beneficio de la sociedad. “En la década de los ‘90, además de toda la deuda que se vino acumulando, se hizo una fuerte liquidación de bienes. Una liquidación diríamos por derecha, pública, cometida con muchos errores, con un descuido lo suficientemente grande que posibilitaba la desmantelación por robo, por ocupaciones ilegales, es decir una pérdida de valores del estado. También por desidia y descontrol.
Es demasiado notorio que nosotros cambiamos esa dinámica, no vendimos más bienes ferroviarios, terminamos con las ventas de chatarra -que, en realidad, eran grandes mentiras-, y así lo mismo con los bienes del resto de las empresas que fundamentalmente marcaron nuestro patrimonio nacional, que son los residuales de las empresas privatizadas de aquellos años. Hemos mantenido sus activos”.
En la entrevista Suárez puso ejemplos de casos de renacionalización del sistema empresario: Aerolíneas, Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF S.E.), que es la empresa ferroviaria de infraestructura, Sociedad de Operaciones Ferroviarias (SOF S.E.), una empresa nueva que va a empezar a operar ahora los ferrocarriles que están sin operación, el ANSES: “Hay un proceso no de reestatización masivo, sino de renacionalización, con fuerte fortalecimiento del estado en general. Y entonces la propiedad cumple un papel completamente distinto. Esta custodia está pasando a ser activa, vamos a reconstruir el espacio del trabajo del estado. Ejemplo de eso en Bahía Blanca es la transformación del área de la estación de ferrocarril en un museo, o la transformación del área ferroviaria de la Estación Rosario en una terminal para colectivos de larga distancia. ¿Qué hemos detectado nosotros? Que mientras se vendían bienes del estado, los organismos del estado debían pagar importantes alquileres. Esto se detecta desde el sentido común. Estamos trabajando ahora un proyecto de relevar todos los alquileres que se pagan desde los ministerios, y redimensionar edificios, ampliar, reconstruir, para poder ahorrar toda esa erogación e incrementar el patrimonio físico a la vez”.

Restaurar el estado
“Estamos haciendo un relevamiento -que hemos desarrollado en la Ciudad de Buenos Aires, y que ahora avanzará por la Provincia de Buenos Aires- de todos los bienes del estado cruzándolo con los catastros municipales, con los registros provinciales, para ver exactamente qué tiene el estado. Después habrá una etapa de valoración posterior. Hay que determinar cuál es el estado registral de cada propiedad. Hay muchos bienes del estado que no están debidamente inscritos, y hay otros que siguen inscritos pero en una época fueron vendidos. Una gran regularización interna: el concepto de custodia hoy pasa por esa tarea”, menciona el titular del ONABE desde hace siete años.
Consultado acerca de los principios filosóficos de la década menemista que impulsaron la entrega del estado menciona que “hubo una gran influencia en los ’90 por parte del consenso de Washington, que sostenía que achicar el estado era agrandar la nación, concepto totalmente erróneo: achicar el estado es achicar la nación. Y sobre todo en los países más débiles. En los países que no tienen posiciones centrales, el estado juega un papel decisorio. Nosotros estamos fortaleciendo el estado, no con un estatismo al estilo de la vieja Unión Soviética, sino con un estatismo moderno, pero que tiene un rol clave en la defensa de nuestros intereses en el plano internacional y en la regulación interna. Son dos cosas claves a las cuales no puede renunciar el estado sin que se vaya el país por la borda. Hay que restaurar el estado”.