Uy, ¡qué oferta…! Los tomates a $ 2,52 (esto es una introducción de ficción, los tomates en la vida real no bajan de 5 mangos). Pago con $ 3, me devuelven $ 0,45. El señor verdulero me acaba de “embromar” en 3 centavos.

 “Nena te doy un caramelo para completarte…”.
“Bueno, déjelo. Son sólo dos centavos”.
“Me quedé sin cambio… te doy un chicle…”

Frases que escuchamos y pronunciamos y sin darnos cuenta los centavos siguen sumándose y nosotros seguimos creyendo que aprovechamos ofertas.

Así, los consumidores promedio perdemos unos cuantos pesos al año en nuestras compras por desconocer el uso del redondeo.
Nuestra desinformación abona el “embrome”.

¿Qué es el redondeo?
El 22 de diciembre de 2004 se publicó la Ley 25.954 (modificatoria de la Ley 22.802 de Lealtad Comercial) que legisla sobre las diferencias menores a 5 centavos en el monto total a pagar en transacciones comerciales.
Textualmente, la ley dice: “En todos aquellos casos en los que surgieran del monto total a pagar diferencias menores a cinco (5) centavos y fuera imposible la devolución del vuelto correspondiente, la diferencia será siempre a favor del consumidor”.

Ejemplo 1
Si una llamada en un locutorio sale $ 0,58, y no tienen monedas para dar el vuelto, deben cobrar $ 0,55.

Ejemplo 2
Si la cuenta final del supermercado arroja un total de $ 135,42, y no tienen monedas para dar el vuelto, deben cobrar $ 135,40.

Ejemplos de lugares donde se manejan pequeñas diferencias de centavos:
Locutorios y servicios de internet;
Kioscos y librerías donde sacan fotocopias;
Supermercados y autoservicios;
Bazares y comercios de ofertas (del tipo “Todo por $ 2”).
Otros comercios que manejen ofertas ($ 2,99, $ 55,99, etc.).

El consumidor debe pedir el vuelto y el redondeo a su favor. No acepte artículos que no desea en su reemplazo. Hágale saber al comerciante que la ley está a su favor.