En la primera semana de julio, el atleta paralímpico de origen marplatense, visitó la ciudad para tener una charla con las y los estudiantes del profesorado de Educación Física y en el Museo del Deporte, abierta a toda la comunidad.

“En la charla, cuento la historia de un atleta que no le fue nada fácil llegar adonde llegó, tuvo que pasar por muchas adversidades y nunca renegó de las cosas que le pasaron”, introdujo Maldonado.

Nació con una discapacidad que se llama artrogriposis, que lo llevó desde muy pequeño a asistir a un instituto de rehabilitación. “Tengo 38 operaciones, una amputación y desde muy chico empecé con este deporte, que termina siendo una paradoja, porque todo empezó como un juego y después me convocaron en el 2003, donde tuve la posibilidad de clasificar para los juegos paralímpico en Atenas 2004. Luego me puse como objetivo Beijing 2008, y vengo de una familia humilde, donde hubo que remarla muchísimo”, sintetizó.

El objetivo de compartir su experiencia es poder darle un mensaje a la juventud, “que a pesar de las adversidades, hay que tener una mirada diferente. A los 17 años mi padre falleció y había que llevar el mango a la casa, así terminé un 24 de diciembre cuidando coches en la esquina de un restaurante. Después con la vuelta de la vida, con trabajo y esfuerzo, y gracias al deporte, pude comprarme un fondo de comercio de un restaurante y todos los viernes le damos de comer a ochenta pibes de la calle”, agregó.

Estuvo en una charla con alrededor de cien estudiantes de la carrera del profesorado de Educación Física y luego, con un público más reducido en el Museo del Deporte. Maldonado aseguró su convencimiento de que “los sueños no se cumplen, los sueños se entrenan, si querés cumplir un objetivo, tenés que esforzarte, tener disciplina, y perseverancia. Además de disfrutar la vida, pasarla bien en la medida que se puede. Tengo 46 años y para mí la vida tiene tres días y ya pasaron dos, no hay tiempo para perder”, sostuvo.

Alto rendimiento

“Argentina está muy bien posicionada en los Juegos Paralímpicos. Si sigue este camino, está ganando terreno que lo van a aprovechar los que vienen detrás, va a traer siempre más visibilidad. Tal vez en mi época se decía paralítico o lisiado, en lugar de persona con discapacidad. Hoy tenemos una evolución importante y el deporte es uno de los canales para que estas personas puedan abrir sus cabezas y tratar al deportista como son, de alto rendimiento”, aseveró.

Por otra parte, como afirma que hubo una evolución reconoció que todavía falta. “Cuando hablamos de inclusión, no tiene que ser solo para la foto. En el caso de Bahía, falta infraestructura, se trabaja mucho por el deporte adaptado, pero faltan rampas en los lugares céntricos de la ciudad”. Asimismo, manifestó que “hay mucha gente que todavía ignora la discapacidad, y de eso no hay que renegar, hay que hacer críticas constructivas para sumar”.

Inclusión y Deporte

El 22 de julio se cumplió un año de la Fundación Argentina de Inclusión y Deporte. “Estamos muy contentos y felices de llevar a cabo el fútbol con andadores, para chicos desde los ocho hasta los once años con parálisis cerebral. Puede ser que la tercera o cuarta edición sea en Bahía”.

La fundación está integrada por profesores de Educación Física y profesionales de la salud que tuvieron o tienen relación con el deporte paralímpico y también atletas paralímpicos. “Si bien soy una persona conocida porque en este momento soy un deportista vigente, y que, gracias a Dios, parece que las puertas se abren más fácilmente, todo lo hacemos a pulmón con este lindo e interesante equipo”.

Este año, Alejandro se dedica a entrenar para enfrentar el próximo que se viene con una agenda cargada de competencias, sin dejar de lado los compromisos sociales que conllevan desde la fundación. Para conocer más de su recorrido y de la fundación los encontrás como: @alejandromaldonado501598 y @Fundación Argentina de Inclusión y Deporte.

Autor: Redacción Ecodías