Realmente es preocupante como ha aumentado la inseguridad, la violencia y las amenazas en este último tiempo. Sin embargo, pareciera que es normal ver y escuchar como los obreros son sometidos a malos tratos en sus horas de trabajo. Debiendo escuchar cosas como estas: “te voy a echar”, “te voy a suspender”, “te voy a reducir el sueldo”, “olvídate del premio”, “lo que te pagaba en negro fue”, “te vamos a reducir el horario”, etc. La mayoría de las empresas que obran de este modo no pueden presentarse para recibir la ayuda del Estado (Procedimiento de crisis de empresa), que consiste en una contribución de hasta $ 600 por empleado. Se lo impiden las inmensas ganancias de años anteriores que se niegan a mostrar. Hoy, que ha disminuido el trabajo, quieren hacer pagar al obrero todas las pérdidas, sin tener en cuenta, en absoluto, su responsabilidad social.
No parece interesarles no someter a sus obreros a la inseguridad laboral con  las dudas que les generan sus amenazas: el temor y la inseguridad ante un futuro sin trabajo y sin recursos para la manutención de sus familias. Peor aún son los actos delictivos que cometen con sus obreros: robándole de distintos modos parte del salario y liquidando mezquinamente sus indemnizaciones en casos de despido. Todo ello con el argumento, que es una amenaza: “si hacés juicio, como tarda mucho, te vas a morir de hambre, así que agarrá, que te conviene”.
Le roban deliberadamente sin el menor pudor, ya que se convencen de que es parte de una relación mercantil lícita. Con el argumento de que defienden la economía de sus empresas, contratan “en negro” y defraudan al fisco.
¡Cómo no indignarse cuando se oye de las bocas de ese mismo sector social quejarse por el aumento de la violencia y de la inseguridad solicitando maximizar las condenas o llegar hasta el despropósito de pedir penas de muerte para “los chicos chorros”!
¿No debería cambiar la ley y hacer más duras las penas y el repudio social a quien roba en el salario y en la liquidación de las remuneraciones de sus obreros? Pero de esto no se habla.