Entre las calles Mallea y Florida en un extremo del Parque de Mayo, existe un gran jardín de rosas, cruzado por caminitos, bancos y glorietas rodeadas de trepadoras, destinado a todos aquellos que gusten de la jardinería o simplemente aprecien la belleza de las flores.

Caminar por el Rosedal, en medio de aromas y colores distintos, es uno de los placeres que puede disfrutarse en este predio de aproximadamente un kilómetro cuadrado.
Martha Lazzati y Norma Molina son integrantes de la comisión directiva de la Asociación de Floricultura y Jardinería de Bahía Blanca, agrupación encargada de llevar adelante el mantenimiento del Rosedal.
“El Rosedal es un paseo bahiense que se puede visitar en familia, en soledad, para meditar, para caminar, para leer, o para tomar unos mates. Es hermoso el colorido, el perfume y las maravillosas rosas que tenemos, y de distintas variedades, que se pueden apreciar recorriendo los caminitos del Rosedal”, comentó Martha Lazzati.
Por esta época, están a punto de florecer los rosales, puesto que la floración se retrasó debido a la última helada inesperada del mes de septiembre pasado.
 “Tenemos distintas variedades de rosas, como floribundas, híbridas de té, los rosales trepadores, algunas arbustivas, todas las especies tienen identificación para que además sea informativo el paseo”, agregó Norma Molina.
Respecto a los horarios, el Rosedal no es completamente abierto, se puede ingresar si hay integrantes de la agrupación: “Tenemos que hacer esto, porque incluso las rosas que se asoman fuera de la cerca, las trepadoras, son destruidas y arrancadas”, sentenció Martha.
Los sábados y domingos de tarde se puede acceder, y durante los días de semana, si el portón de ingreso se encuentra abierto, es señal que puede visitarse. Cabe destacar que la entrada es libre y gratuita.

Mantenimiento
El cuidado y orden de los mil rosales que integran el Rosedal, se realiza a través de profesionales como ingenieros agrónomos, jardineros, y estudiantes de Agronomía.
“El riego se hace por goteo y es electrónico, la poda la hacemos dos veces por año, una intensiva pasado el invierno y una de limpieza de los pimpollos secos para mantener la floración. También hacemos un control de plagas, insectos y hongos”, explicó Norma.
En un tono ameno, las integrantes de la agrupación quisieron brindar algunos consejos a tener en cuenta a la hora de plantar rosas: “Se tienen que ubicar estratégicamente, donde reciban cuatro o cinco horas de sol, preferentemente el de mañana, que seca el rocío de la noche, y evita que ingresen hongos en los pétalos y las hojas. Es importante el suelo y la poda, ya sea la anual o la de mantenimiento”.
En cuanto al riego, es sumamente importante hacerlo en la base del rosal, nunca mojar sus hojas, y hacerlo al mediodía en el invierno, y dos veces por día en el verano, sobre todo a la mañana temprano y a la tardecita.

Proyectos
Uno de los anhelos más destacados de la agrupación es la continuación del Rosedal hacia el sector que da a la calle Mallea, creando el llamado “Jardín Integrador”, un sector de acceso para hombres y mujeres con discapacidad.
“Tenemos planeado plantar las rosas más perfumadas, hacer los caminos más anchos, y queremos terminarlo cuanto antes así puede empezar a ser usado por todos”, agregó Martha.
Otro proyecto es la construcción de un salón de usos múltiples dentro del predio, con el objetivo de poder brindar allí los cursos que dicta la asociación relacionados con la floricultura y la jardinería.
También se pensó para las muestras y exposiciones que organizan, donde se premia los mejores arreglos, flores cortadas, cactus, plantas de macetas, suculentas y bonsái.
Por otro lado, está pedida al municipio la iluminación para poder utilizar el Rosedal de noche, sobre todo en el verano con los espectáculos musicales que se ofrecen en el predio.
Otro propósito, que pasó a ser una realidad fue la construcción de los sanitarios para damas, caballeros y discapacitados.

Historia
La agrupación tiene 27 años, comenzó como el deseo de tener un espacio de reunión de personas que gusten de las plantas y las flores, donde además pudieran hacerse exposiciones, capacitaciones y muestras.
Al principio funcionaron en la Casa de la Cultura de la Universidad Nacional del Sur.
El trabajo en el Rosedal comenzó en el año 2003, mientras que las primeras rosas florecieron en el año 2004.
“Buscábamos un lugar, y a través de la Municipalidad, nos cedieron el terreno de casi una hectárea. Comenzamos a trabajar con el primer tercio, después pasamos a trabajar en el segundo tercio”.
Hasta el día de hoy, se continúa incrementando la cantidad de rosales, y desde la agrupación siguen generándose proyectos destinados fomentar la actividad relacionada al arte de hacer crecer plantas y flores.
Para contactarse con la agrupación los teléfonos son (0291) 451 1983 y 488 4412.