El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, proclamó que la
comunidad internacional «ha escrito el certificado de nacimiento de
Palestina» en un discurso pronunciado en Ramala (Cisjordania) ante miles de
personas a su regreso de Nueva York, donde la Asamblea General
de Naciones Unidas reconoció a Palestina como estado observador no miembro.
«Ahora
somos un estado», declaró Abbas en el discurso pronunciado ante la sede de
su partido, Al Fatá, y recogido por la agencia de noticias palestina Maan. «El mundo está con
nosotros, la historia está con nosotros, Dios está con nosotros, y el 75 por
ciento del mundo ha votado a nuestro favor en Naciones Unidas», sostuvo. La Asamblea General
de la ONU llegó
al reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de las
Naciones Unidas en una resolución adoptada con 138 votos a favor, 41
abstenciones y 9 votos en contra.
Mahmud Abbas ha sostenido en
diversas oportunidades que la decisión palestina no persigue deslegitimar al
Estado de Israel, ni complicar los esfuerzos de paz, sino reafirmar la
legalidad de un Estado -el de Palestina- que debe obtener su independencia.
El presidente
palestino declaró que antes de la votación fue amenazado con «castigos y
sanciones de varias partes», en referencia a Estados Unidos y a Israel.
«Si hubiéramos escuchado estas amenazas, jamás habríamos acudido a
Naciones Unidas», declaró. «Un día, un joven palestino izará la
bandera palestina sobre Jerusalén, la capital eterna del estado de
Palestina», aseguró Abbas.

¿Quién
está a favor de la paz?
Según el premier
israelí Netanyahu, el
reconocimiento de Palestina en Naciones Unidas «no cambiará nada sobre el
terreno», ya que «un Estado palestino sólo puede surgir de las
negociaciones con Israel».
«No importa
cuántas manos se levanten contra nosotros», dijo Netanyahu sobre la
votación de la ONU,
«no hay poder sobre la tierra que me haga renunciar a la seguridad de
Israel», que ocupó Cisjordania y Jerusalén Este desde 1967. Israel
argumenta que el nuevo estatus de Palestina ante la ONU obstaculizaría los
esfuerzos para cerrar un tratado de paz tras 65 años de conflicto.
Por el
contrario, el ex primer ministro israelí Ehud Olmert apoya el pedido palestino,
según señaló hoy en declaraciones al diario The Daily Beast. «Pienso que el pedido
palestino a la ONU
va en consonancia con la solución de dos Estados», declaró el influyente
político opositor.
Estados Unidos,
por su parte, dijo que el voto de Naciones Unidas crea «obstáculos»
para la paz entre los palestinos e Israel, aliado cercano de Washington.
«La resolución desafortunada y contraproducente de hoy pone más obstáculos
en el camino para la paz. Por eso Estados Unidos votó en contra», dijo la
embajadora estadounidense ante la
ONU, Susan Rice.
Estas
declaraciones inmediatas a la realización de la Asamblea General
tuvieron su correlato a los pocos días con la ratificación por parte de Israel
de construir nuevos asentamientos en tierras palestinas. Pese a la queja por
parte de varios países de la Comunidad Europea, el gobierno
del primer ministro, Benjamín Netanyahu, se apresta a legalizar algunos
asentamientos en Jerusalén Este y poner en marcha la construcción de 3 mil
viviendas en asentamientos en Jerusalén y Cisjordania.

Hay en internet
una caricatura en la que una persona porta un cartel con la leyenda “¡Palestina
libre! ¡Fin de la ocupación!”. En primera plana, un pastor judío, armado, le
grita “¡Antisemitismo! ¡Antisemitismo!”. Esa es la percepción que tenemos
muchos cuando abogamos por la paz en Medio Oriente, que cuestionamos la
política expasionista del estado de Israel que ha construido un muro despojando a los
verdaderos dueños de esas tierras. Defender la vida, promover la paz, lejos
está de ser una actitud antisemita. Perpetrar de manera sistemática,
programática, actos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un
grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; comprendiendo estos actos
la matanza de miembros del grupo, lesiones graves a la integridad física o
mental de los miembros del grupo, sometimientos intencionales del grupo a
condiciones de existencia que acarreen su destrucción física, total o parcial,
medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la
fuerza de niños del grupo a otro grupo, entre otros, esa es la definición de
genocidio. ¿De qué lado está cada uno?


Arafat, Rabin y
el estado palestino
(Por
Alberto Galeano, para Télam)
Seguramente,
Yasser Arafat e Isaac Rabin hubieran sonreído al enterarse de que la ONU reconoció a Palestina como
estado observador no miembro de ese organismo, lo que podría abrir las puertas
para un nuevo proceso de paz en Medio Oriente.
El
«bravo» Arafat encontró respuestas a sus reclamos en el «bravo»
Rabin, el asesinado primer ministro israelí con quien firmó los
Acuerdos de Oslo en 1993, mediante los cuales se creó la Autoridad Nacional
Palestina (ANP) para los territorios de Gaza y Cisjordania.
El
reconocimiento de los palestinos como Estado observador no miembro de la ONU (como es El Vaticano),
resistido por Estados Unidos e Israel, pero aprobado por amplia mayoría de los
miembros de ese organismo, abre nuevas perspectivas para un conflicto que se
extiende desde hace 65 años.
«El
reconocimiento me parece un hecho positivo, porque genera consenso
internacional. Incluso hay un avance porque los palestinos pueden demandar
ahora a Israel ante la
Corte Penal Internacional (CPI)”, por presuntos crímenes de
guerra y otros delitos, dijo a Télam Gustavo Zarrilli, profesor en
Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Quilmes. (…)
Ni
el ex primer ministro israelí Ariel Sharon, ni el ex presidente estadounidense,
George W. Bush, pudieron torcerle el brazo a Arafat, quien murió el 11 de
noviembre de 2004 sin ver hecho realidad su sueño de crear un Estado palestino.
Fiel
a sus principios, Arafat se negó durante las negociaciones de Camp David 2000 a firmar un acuerdo de
paz que no contemplara el regreso de millones de refugiados palestinos que
huyeron tras la creación del Estado de Israel en 1948.
Durante
ese encuentro con el ex primer ministro israelí, Ehud Barak, Arafat
rechazó también la posibilidad de que Jerusalén Este no fuera la capital del
futuro Estado.
Por
ese motivo, y a pesar del fracaso de Camp David, Arafat se convirtió en una
figura de respeto y de culto para las nuevas generaciones de palestinos que lo
consideran un héroe de su futura independencia.
En
cuanto al conflicto con Israel, Arafat dijo en el verano de 1994, durante un
reportaje con la revista estadounidense Time: “Uno de nosotros no puede
triunfar si el otro fracasa”.