El sexting es la tercera preocupación en el uso de las redes sociales. La
palabra sexting llega de la combinación en inglés de las
palabras sex (sexo) y texting (texteo, envío de mensajes de texto mediante
teléfonos móviles). Una práctica que surge del uso de tecnologías digitales y
consiste en la circulación de un contenido sexual a través de dispositivos
móviles (celulares, tablets) y que se da mediante diversas aplicaciones.
La utilización de las redes sociales ha cumplido casi
tres décadas, y las consecuencias de los contenidos y datos subidos a ellas han
mostrado su lado más feroz. Recientemente las palabras grooming, ciberbullying
y sexting se pueden escuchar en los medios de comunicación, en las escuelas;
vocablos que buscan crear conciencia de la identidad digital de las personas
usuarias de la red. UNICEF como entidad internacional demuestra su interés en
educar a los más vulnerables, chicas, chicos y jóvenes, sobre el buen uso de
las redes sociales y alertan sobre los conflictos que pueden sobrevenir si no
se toma conciencia de su llegada, para lo cual formó talleristas que se
vinculan con las campañas locales.
Situaciones
Una pareja de jóvenes se filman o sacan fotos teniendo relaciones sexuales,
tanto uno como otro guardan el material en su celular, o se envían fotografías
en poses o desnudos para seducir a otra persona a través del uso del
dispositivo, ambos son posibles panoramas que pueden involucrar a sus
protagonistas en sexting. Esto sucede, mucho más habitualmente de lo que
quisiéramos pensar, en la medida que esos materiales permanecen en la intimidad
de los involucrados logra formar parte de sus vidas privadas. Sin embargo, una
pelea o una separación pueden ser situaciones donde una de las personas
involucradas desee vengarse y haga circular por medios públicos aquello que
surgió en la privacidad. En la segunda propuesta, una captura de pantalla o
archivo puede ser un paso entre la comunicación privada y la pública. El uso de
la cámara web, también, se incluye dentro de esta práctica, puesto que el
receptor puede captar o grabar la situación sin el consentimiento del otro.
“La adolescencia tiene una relación directa con el despertar y la curiosidad
sexual, la posibilidad de expresar deseos y fantasías sexuales mediante la
tecnología es parte de la lógica histórica de los jóvenes”, aseguran desde
UNICEF. A esta situación, la instantaneidad de las comunicaciones, el uso
masivo de teléfonos móviles hacen que cada vez chicas y chicos más
tempranamente accedan a las redes sociales. “La sensación de confianza y el
poco temor hacia posibles riesgos, propios de la adolescencia, acentúan las
prácticas de sexting, ya que los jóvenes suelen dejar fuera de su análisis los
efectos a mediano plazo del envío de imágenes privadas”. Los ejemplos adultos
no ayudan, las figuras más conocidas de los distintos ámbitos del espectáculo,
del deporte o de la cultura hacen uso de las redes haciendo pública su vida
privada, hecho que es imitado por los jóvenes.
Durante muchos años se habló de los beneficios de Internet, de la información
que circula y de las formas de aprovecharla, sin dudas, en este recorrido
realizado hay que tener en cuenta que las redes sociales son generadas y
retroalimentadas por personas y sus subjetividades. Por lo tanto, UNICEF
sugiere en algunos de sus videos de difusión que se piense antes de enviar
mensajes, fotografías o material fílmico, como así también, analizar
previamente la aceptación de un contacto que no esté vinculado con amigos o
conocidos, la interposición de un pensamiento puede ser la diferencia entre
hacer o no hacer un click.
Acciones
Una de las medidas aconsejadas frente a la circulación cibernética de
imágenes sexuales de niñas, niños y adolescentes, es la denuncia en comisarías
o fiscalías, y la otra, fundamental, cortar con la circulación, cesar en su
envío, realizar el bloqueo o denuncia del material, instancia cada red social
posee. “Es una forma de ejercer nuestra ciudadanía digital, es importante que
los adultos y jóvenes aprendamos a utilizar estas herramientas”. Si las
imágenes y videos creados han tenido el consentimiento previo, esto no implica
que su posterior publicación deba aprobarse o deje un tácito pacto para que se
consuma. “Producir imágenes, editarlas y compartirlas son algunas de las
posibilidades que ofrecen las tecnologías. En este sentido, la solución a los
problemas asociados con el sexting no proviene de prohibirles a los niños,
niñas y adolescentes que se saquen fotos y se filmen, si no de dialogar sobre
las posibles consecuencias de estas prácticas”. La concientización sobre la
idea de privacidad e intimidad son la base de la prevención. Otra cuestión es
que una vez que son enviadas, se pierde el poder sobre ellas, y tenerlas en los
propios dispositivos móviles habilita el compromiso de utilizar contraseñas
seguras, que están formadas por una combinación de números, símbolos y letras
mayúsculas y minúsculas, y es mejor cambiarlas cada tres meses, teniendo el
recaudo de no compartirlas.
El respeto por otras personas juega un papel fundamental, por eso, es necesario
crear conciencia sobre la importancia de no difundir fotos o videos de
contenido sexual de otros, “como adultos tenemos la responsabilidad de inculcar
prácticas de respeto al otro también en la web y, por lo tanto, educar a los
chicos y chicas sobre lo importante que es preservar la imagen de los demás y
evitar publicar o compartir materiales que la puedan comprometer”. Una vez
surgido el material sexual en las redes sociales, la reputación de los
involucrados queda comprometida y no se sabe hasta cuándo, “el hecho de que en
internet sea muy difícil borrar la información permite que el material perdure
a través del tiempo, exponiendo una situación que será relacionada con la
identidad del protagonista en cualquier búsqueda online, presente o futura”.
Una buena medida consiste en decidir inhabilitar la cámara web mientras se
chatea, para lo cual es necesario taparla, ya que una cámara remota puede
captar imágenes sin consentimiento. Una de las consecuencias inmediatas del
sexting es la descontextualización, porque esas imágenes solo tienen sentido en
esa conversación, por lo tanto, al hacerse pública genera incomodidad. La
exposición agrava la situación, más contactos la ven más expuestos están los
protagonistas de las escenas. Los daños a la identidad no pueden ser
calculados, “una de cada tres niños y niñas utiliza las redes sociales sin la
debida indicación y protección”.
DESTACADAS
Ciberbullying:
hostigamiento online por parte de personas de la misma edad. Mediante esta
acción se ejerce discriminación, maltrato, marginalidad por parte de uno o
varios niños hacia otro.
Grooming: un adulto acosa sexualmente a un niño o niña a través del uso de las
nuevas tecnologías de información y comunicación. El delito comienza en la
generación de un perfil falso en una red social, en la misma se hace pasar por
un chico o chica para entablar una relación de amistad y confianza con la
víctima.
Sexting: viralización de imágenes y contenidos de índoles sexual, incluye
material fotográfico y videos, que no están destinados a la circulación
pública, sin embargo, diversas circunstancias derivan en su difusión en las redes
sociales.
Fuente: Guía de sensibilización sobre Convivencia Digital escrita por UNICEF.
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