¿Qué sonidos hay alrededor de la Plaza
Rivadavia? ¿Cuáles marcan la actividad de un museo y cuáles de un puerto
industrial?¿Hay sonidos más naturales y otros más urbanos? Los descubrimientos
de estas fronteras fueron realizados por muchos bahienses en la experiencia de
safaris sonoros junto a Sonoteca Bahía Blanca.

«El comportamiento de las personas que participan es diverso, intentamos
que sea una escucha atenta y consciente, y mucha gente mira hacia abajo, muchos
cierran los ojos, hemos registrado distintas modalidades porque lo visual es
muy fuerte. En otros lugares utilizan antifaces, no es para todo público porque
salen a hacer caminatas, el espacio no tiene que tener escollos ni
inconvenientes para que vos transites, no se puede hacer en cualquier
lugar», comenta Fermín Enrique Ramírez, miembro de Sonoteca Bahía Blanca.

La propuesta
La plataforma virtual sale a buscar sonidos junto con los habitantes de la
ciudad. «Hay gente que escucha eventos sonoros o cuestiones que uno mismo
no le da importancia. Cuando estábamos en la Plaza Rivadavia había una chica
que escuchó en toda la marea de autos que estaba dando vueltas y circulaban,
una bicicleta que tenía una cadena suelta o en mal estado, increíble prestar
atención a eso. De esta forma, empiezan a trabajar las cuestiones subjetivas.
Todo está muy relacionado con los intereses y los saberes previos que tengan,
los conceptos previos que tengan, las ideas, los pre juicios o las
construcciones intelectuales que hayan realizado o que tengan adquiridas en
torno al sonido, el silencio, si es que existe el silencio o si es que existe
el ruido, qué es el ruido para ellos».
Sonoteca se asocia con otras instituciones interesadas en construir patrimonio
cultural inmaterial dentro de la comunidad, sin dejar de lado, que hacerlo
significa recopilar, intercambiar y distribuir el material sonoro existente en
la vida cotidiana de los ciudadanos. Los safaris sonoros suman el
redescubrimiento y divulgación de la propia identidad local, hace partícipes a
los interesados en la práctica cultural.
«En Ferrowhite Museo Taller lo realizamos el 31 de mayo del año pasado y
el 17 de julio de este año, un día antes de la escucha, en el predio del Parque
de la Ciudad, donde está situado el Museo de Ciencias». Ambos casos fueron
paseos abiertos a todo público. «El Museo de Ciencias contó con sonidos
más vinculado con paisajes naturales, Ferrowhite no tanto, había mucho sonido
de actividad industrial. Los chicos que asistieron se pudieron dar la
oportunidad de vivir cómo se escucha un museo, porque uno cuando ingresa a un
museo está acostumbrado a incorporar toda la información desde el aspecto
visual y el sonido es importante, nos da coordenadas, nos da más información,
hay contornos invisibles que están marcados por los sonidos». El Museo de
Ciencias permitió trabajar con puntos bien diferenciados, y «lo que se dio
a diferencia de Ferrowhite es mayor participación de los adultos, en un momento
se generó un diálogo fluido».
Otras dos experiencias se realizaron a pedido de docentes, «trabajamos con
Omar Chauvié en el marco de una propuesta de una materia en un colegio
secundario para adultos que funciona en Empleados de Comercio y después
trabajamos con estudiantes de Letras para una propuesta para la Escuela Argentina
de Producción Poética articulando con Marcelo Díaz, Omar Chauvié, Mario Ortiz y
Sergio Raimondi, en este caso hicimos una salida orientada a la producción
artística». En el caso de la propuesta educativa para el secundario de
adultos, el safari recorrió de noche la Plaza Rivadavia, «fue bien urbano
y descubrimos los sonidos de la noche que son fantásticos que aportan un montón
de coordenadas». El recorrido junto a EAPP se realizó «a lo largo del
Paseo de las Esculturas y finalizamos en la Plaza de los Poetas, que es una
plaza que está en una especie de hondonada cerca del Arroyo Napostá, tiene un
anfiteatro cuando ya estás entrando en el Parque de Mayo».

Escucha mundial
Cada año se celebra mundialmente la Semana Mundial de la Escucha durante los días
cercanos al 18 de Julio, designado como el Día Internacional de la Escucha por
el World Listening Project y la Midwest Society for Acoustic Ecology, proyectos
internacionales vinculados con el sonido urbano y ecología acústica. La fecha
fue elegida con motivo del aniversario del compositor canadiense R. Murray
Schafer, pionero en la exploración contemporánea del paisaje sonoro y la
ecología acústica, y fundador del World Soundscape Project, entidad a nivel
mundial que se preocupa por los cambios sonoros abruptos propios de estos
tiempos y producto de la contaminación acústica. Como cada año, se trata de
realizar una serie de actividades y eventos a nivel mundial, dedicados a
explorar diversas perspectivas del paisaje sonoro y su influencia en nuestra vida
diaria, con el objetivo de reflexionar sobre los sonidos que nos rodean, así
como la búsqueda de soluciones a diversos problemas originados por los mismos.
«Por segundo año consecutivo nos sumamos con una serie de propuestas»,
suma Fermín Enrique Ramírez. «La actividad está orientada a ampliar la
percepción sobre el entorno sonoro cotidiano, partiendo de consignas como la
apreciación sensorial del mundo que nos rodea, exploración y descubrimiento de
fuentes sonoras, y reconstrucción de situaciones sonoras a través de su
evocación».
Sonoteca Bahía Blanca celebró el Día Mundial de la Escucha con el proyecto
colaborativo de Mapa Sonoro de Cabildo. Producto del trabajo áulico de la
profesora Andrea Mundiñano y alumnas y alumnos de 5° año de la Escuela Secundaria
N° 4 de la vecina localidad. «¡De qué pueblo sos!» se centró en la
resignificación del patrimonio inmaterial de la localidad, a partir de la
concientización sobre el entorno sonoro. Se realizaron capturas de diferentes
paisajes sonoros con las cuales se alimentó el Mapa Sonoro de Cabildo. El
mismo, se basó en un mashup (sitio o aplicacion web que resulta de la mezcla de
otros ya creados), desarrollado por Horacio González Diéguez y Xoán-Xil López,
integrantes de un colectivo denominado Escoitar, el mismo fue customizado
(personalizado) por Sonoteca.

Lo que vendrá
¿Cómo se eligen los espacios a recorrer en un safari sonoro? «La
selección del espacio se hace en base a sus características, las fuentes
sonoras que lo habitan, cuanto más diverso mejor, si tiene muchos estímulos
visuales es un reto y es interesante, nos saca de lo cómodo. Muy fácil sería
hacer un safari sonoro en un descampado o un ambiente rural, pero es mucho más
interesante en un espacio que tiene una configuración variada, que está muy articulado
y donde hay distintos usos. En el Parque Independencia, por dar un ejemplo,
está el Jardín Botánico, después a un costado tenés un polígono de tiro, hacia
el otro lado tenés una feria comunitaria, después hay juegos, un playón, calles
que bordean es decir que se escucha el tránsito».
El año que viene tienen planeado realizar más safaris sobre los primeros meses,
«lamentablemente lo terminamos haciendo en invierno o últimos días de
otoño, no queremos someter a la gente al frío, queremos programar uno para los
primeros meses y para disfrutar del otoño, del arrullo de las hojas. Estamos
pensando en dos o tres espacios, pero de momento que permanezcan en el
misterio».

INVITACIÓN
La Sonoteca Bahía Blanca convoca a los ciudadanos a participar en la
construcción del Mapa Sonoro de la ciudad. «Entendemos a éste, como una
herramienta capaz de brindarnos la oportunidad para redescubrir, conocer y
divulgar la diversidad cultural de la ciudad, participando desde la propia
identidad. Por eso, invita a la comunidad a aportar sonidos que den cuenta del
paisaje sonoro local».
Aquellos interesados podrán enviar archivos de audio en formato mp3, wav,flac, ogg vorbis,
a: [email protected]
Para quienes quieran curiosear los sonidos locales y regionales puede visitar
la página www.sonotecabahiablanca.com.