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Renace biblioteca
La Biblioteca Popular Bartolomé Mitre es una institución ante todo de los vecinos. Sus 96 años son una historia de comunidad, crisis y renacimiento.
Categoría: Instituciones

La Biblioteca Popular Bartolomé Mitre es una institución ante todo de los
vecinos. Sus 96 años son una historia de comunidad, crisis y renacimiento.


El 10 de abril la Biblioteca popular de
Villa Mitre cumplió 96 años, fue fundada en 1922, “fue por impulso e interés de
los vecinos”, aseguran sus más próximos. La sede contiene la sociedad de
fomento y la biblioteca popular, con una única comisión que permite aunar
acciones en favor de ambas organizaciones barriales.

“Superar esos 10 años de crisis nos costó muchísimo,
este año estamos casi librados del tema, no lo podemos olvidar y tenemos que
seguir adelante”, dijo Juana Karlevic, vicepresidenta de la comisión, en
diálogo con EcoDias. La situación de deudas con las cargas sociales de las
bibliotecarias, la falta de presentación de memorias y balances y deudas
varias, habrían dejado a la biblioteca sumida en una debacle económica muy
grave. “Solo gracias al esfuerzo y compromiso de vecinos e integrantes de esta
nueva comisión hemos podido cumplir, también colaboraron políticos de todos los
colores partidarios”.

La comisión está conformada por 17 miembros que se
mantienen muy activos, “estamos todos juntos y desde que estamos conformados
estamos siempre, en las reuniones de comisión, en las actividades que
organizamos, estamos muy pendientes de administrar bien los recursos”. La
comisión está presidida por Ítalo Piangatelli, y cuentan con colaboradores que
están pendientes de los eventos y necesidades institucionales para sumarse,
“cuando llegan todos somos más de treinta”, agregó.

Años de impulso
La biblioteca es un lugar central del barrio, ubicada
en Washington 232, cuenta con 27 mil volúmenes de libros para consultar, desde
material básico como diccionarios hasta bibliografía específica para los
profesorados que se dictan en la ciudad. Cuenta con la subvención mensual de
las Bibliotecas de Provincia, fondos para comprar material y pagar el sueldo a
la bibliotecaria; un subsidio anual de Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas
Populares (CONABIP) destinado a las mejoras y conservación del lugar y pago de
servicios; subsidio anual de la Comisión Municipal de Bibliotecas Populares, un
monto pequeño, “todo sirve para llevar adelante la tarea”.

Los primeros visitantes todos los años son los
integrantes de los jardines de infantes, también asisten en menor medida las
escuelas primarias y secundarias, las que solicitan la visita a través de una
carta formal. Alumnas y alumnos de la carreras docentes tanto de la Universidad
Nacional del Sur como de los institutos terciarios se acercan a consultar el
material bibliográfico, quieren conocer el movimiento de la biblioteca popular
y ser parte de la experiencia de su vida cotidiana, sus desafíos y sus
proyectos. “Las estudiantes universitarias y del Instituto Avanza llegaron a
conocer la institución, una se sumó a un té que organizamos y otras invitamos a
un taller que se empezó a dictar sobre juegos literarios, estas jóvenes van
trayendo más gente, gente joven, porque si bien tenemos muchos colaboradores se
necesita gente joven que quiera a la biblioteca”.

Al entusiasmo de los visitantes hay que agregar el de
la bibliotecaria y la comisión cuando llegan los días previos a la Feria del
Libro Internacional, “es una fecha muy particular, que nos permite ponernos en
acción para realizar las compras para la biblioteca y de esta tarea depende la
llegada de más visitantes”, reflexionó Adriana Ruano, quien se desempeña como
bibliotecaria. “Preparamos el viaje con anticipación, gracias a las nuevas tecnologías
contamos con los catálogos de las editoriales, podemos ver qué necesidades
tenemos en cuanto al material universitario y terciario, que es muy específico,
después nos ocupamos de renovar las obras clásicas de la literatura universal y
finalmente, nos dedicamos a las novedades de la Literatura infanto-juvenil,
vemos qué obras nuevas hay, con qué recursos y los adolescentes traen sus
listas de sagas para que actualicemos con esta compra anual”.

Ser
En la sala general se puede observar una gran pintura
de Bartolomé Mitre, enmarcado en una maravillosa obra. “Si bien la biblioteca
tiene como nombre Bartolomé Mitre, la conocen como la biblioteca de Villa
Mitre”, será porque la identidad de la barriada tiene un gran arraigo. “El
barrio fue creciendo y se mostró independiente durante muchos años, trabajé en
las escuelas del barrio como asistente social escolar, por lo tanto, todos los
años presentábamos el diagnóstico escolar que incluía la escuela en sí y
también la comunidad que lo circundaba, realizaba ese trabajo llena de orgullo
porque teníamos todo: jardines, escuelas, iglesias, comercios, cooperativa
obrera, bancos, escuelas especiales, la sala médica, la biblioteca, la plaza.
Contábamos con los servicios de luz, gas, agua, cloacas, la mayoría de las
calles asfaltadas, muchas líneas de colectivo que circulaban por el barrio. Con
cercanía a la Estación Sud, el Hospital Penna. Por lo tanto, la identidad ya
estaba conformada”.

Los diversos motes autogenerados no son casuales,
“Villa Mitre es un sentimiento, nosotros lo pudimos palpar cuando hace 10 años
esta biblioteca se iba a cerrar. Pasamos una gran crisis que duró años, pero el
barrio nos ayudó, los vecinos colaboraron, los comercios siguen colaborando. El
número de socios se mantiene, por eso consideramos que Villa Mitre es una
ciudad. Las familias perduran, y son la preocupación de los vecinos, que se
preguntan, ayudan, auxilian, tenemos recuerdos de otros mayores”. Con más de 60
años de convivencia en el barrio, Juana afirma que “todo se hace a pulmón y se
logra porque la gente se preocupa”.

La sede es un espacio abierto por excelencia, más
allá ser o no socios, el uso del lugar y el material está habilitado de 9 a14
horas, la propuesta apunta a que más chicas y chicos se acerquen a leer y
realizar sus tareas escolares.

Proyectos
Las visitas de las escuelas son muy frecuentes, “es
una forma de darle vida a la biblioteca, y además les explicamos que si se
quieren llevar libros a sus casas se pueden asociar y hacerlo”. Asimismo, los
integrantes desean que las instalaciones respondan a las necesidades de los
usuarios, “estamos organizando el Rincón Infantil, queremos que los chicos
tengan su espacio, estamos reformando el sitio, se pintó y vamos a comprar
mesitas y sillas para amueblarlo y reactivarlo”.

Ruano comenta que hay grupos de padres que están muy
interesados en que sus hijos tengan mucho contacto con los libros, “si bien
tiene celular o leen ebooks, es posible que lo tomen como una herramienta y no
como lo más importante, entonces tiene otro espacio el libro impreso, no
consideramos que uno sea malo y el otro bueno, son diferentes soportes por eso
queremos que los conozcan”. Por eso, puntualiza que hay que aprovechar los
espacios grandes o pequeños ofrecidos por las bibliotecas populares de cada
barrio.

En cuanto a los servicios y disponibilidad de
espacios, la biblioteca popular cuenta con wi fi, una una sala abierta general,
el rincón infantil que está en construcción, una sala de lectura silenciosa, un
depósito y suma el salón de usos múltiples, cocina y baño, que son parte de la
sede que contiene biblioteca popular y sociedad de fomento. También hay
fotocopiadora y se realizan anillados, formas de colaborar con los estudiantes.

“El rol que tiene la biblioteca popular es acercar el
libro a las personas”, apunta. Actualmente se dicta un taller de juegos
literarios, “Cuentos de Mirlo”, dedicado a chicas y chicos de 7 a 11 años,
“tenemos intención que continúe todo el año”. La dinámica está centrada en el
relato de un cuento y la posterior invitación a hacer juegos vinculados con él.
“Cada miércoles a las 16 horas hay un cuento distinto y un juego diferente,
entonces es muy activo”.

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2018-05-02 00:00:00
Etiquetas: Instituciones.
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