Entrevista a la nueva Directora Bibliotecaria de la Biblioteca Popular
Rivadavia.

El Consejo Directivo de la Asociación Bernardino Rivadavia eligió a Laura
Faineraij para el cargo, ella asumió la dirección de la Biblioteca el 1 de
noviembre último y con su usual accesibilidad aceptó dialogar con el periódico
EcoDias.
– EcoDias: Los usuarios y socios de
la Biblioteca Rivadavia te conocen, quienes gustan de la narración oral te conocen
y otros conocen tu labor como docente, pero hay mucha gente que no y por eso es
pertinente preguntar: ¿Quién es Laura Faineraij y cuál fue el camino que ha
recorrido para dirigir una institución con tanto peso cultural en la ciudad?
– Laura Faineraj: Como dijiste soy
docente, soy bibliotecaria y soy narradora oral, así en ese orden cronológico
en mi vida.
Con muchos años como docente, como bibliotecaria escolar y 22 años en la
Biblioteca Rivadavia.
Empecé en 1994 y acá estoy como si fuera una parte más del inventario, trabajando
cara a cara con los socios, atendiendo a chicos, grandes, mayores; siempre
tratando de facilitar las lecturas a los usuarios, que es lo que uno puede
hacer.
Y hace un mes me propusieron este cargo, de lo que estoy -por supuesto-
orgullosa y muy contenta y también es una responsabilidad enorme, que asumí
destacando que tengo el apoyo y la colaboración de todos mis compañeros, lo que
para mí es fundamental y por lo que estoy muy agradecida.
– E: Pedirle definiciones a alguien
que acaba de asumir un cargo seria casi injusto, pero en tu caso, con más de
veinte años en la Biblioteca se podría preguntar por tu visión o alguno de los
objetivos a corto o largo plazo ¿no?
– L.F.: Son tiempos difíciles para
la lectura y para los libros, pero sigo sintiendo que la gente necesita leer y
que la lectura es un proceso permanente.
Tal vez el uso del “objeto libro” ahora no es el que le dábamos hace dos
décadas o más, eso es cierto, pero la gente sigue necesitando a la Biblioteca.
Es decir, los lectores siempre están y cuando digo lectores no me refiero solo
a los que leen en el sentido tradicional de la palabra -aunque por supuesto los
incluyo-, sino a muchos otros tipos de lectores. Porque lo son los que
escriben, los que narramos, los que recitan, los que cantan, los que hacen
arte, los que navegan en las redes sociales. Todos son lectores, entonces,
pienso que ahí para la biblioteca se abre una especie de alternativa para que
siga estando a mano de todos esos usuarios o lectores, más allá de los que
deseen estar con el libro objeto en la mano.
No sé si es por edad, por costumbre o por educación, para mí el libro todavía
es irreemplazable, pero reconozco que para los más jóvenes y las nuevas
generaciones las cosas han cambiado.
– E: Ese es un desafío de la época,
porque eso pasa aquí y en todos lados ¿verdad?
– L.F.: Sí y mi intención -en parte
tiene que ver con esta nota- es que la Biblioteca esté en todos lados. O sea,
que se difunda nuestro trabajo, nuestras actividades, nuestras acciones, que se
difunda nuestra bibliografía y lo más rico que tenemos que es nuestro patrimonio.

Tenemos un patrimonio bibliográfico de más de 100.000 libros y una cantidad
cuantiosa de periódicos y de revistas que resguardan y a la vez facilitan la
historia de la ciudad y la región.
– E: ¿No es curioso que muchos
parezcan pensar que “todo está en Internet” y se lancen a Wikipedia sin reparar
que las fuentes están en este tipo de patrimonio?
– L.F.: La fuente original de toda
investigación, trabajo o estudio es el libro.
Cualquiera puede escribir o editar en Wikipedia, pero no sé qué valor de
autenticidad tiene el texto que obtenemos allí.
Sí, saca de un apuro fácilmente y obtenés cualquier respuesta, pero el asiento
original de todo ese cúmulo de información es el libro.
El tema es que los chicos o jóvenes -y a veces también los adultos-, no sabemos
bien qué hacer con esa información.
Por ejemplo: Si estoy en la escuela secundaria y necesito aprobar una materia
lo más fácil de hacer es copiar y pegar casi cualquier cosa y ni leerlo, después
te das cuenta que eso en realidad no alimenta.
Ese es el valor de la lectura, que alimenta y retroalimenta, además de poner en
función un montón de otras cosas.
Hay una sociología de la lectura que fundamenta qué es, cómo es el hábito, para
qué es y para qué conviene.
– E: Y en tiempos de
neurolingüísticas y neurociencias… ¿que la lectura también desarrolla?
– L.F.: Desarrolla totalmente. En mi
opinión, no solo como decodificación de signos sino también su interpretación.
La lectura es la base. El que lee interpreta y reinterpreta, reflexiona y
vuelve a reflexionar. El que lee puede tomar postura, puede polemizar, puede
contradecir.
– E: Entonces estás de acuerdo en que
la información es poder.
– L.F.: Totalmente. Y la lectura es
un arma, un arma de poder que hay que saber usar.
– E: Así que al afiche de la entrada
que dice “La biblioteca te necesita” se podría agregar: “Vos también necesitas
a la biblioteca”.
– L.F.: Sí y aprovecho para invitar
a todos a que vengan a la biblioteca, que la conozcan, que se asocien por
supuesto. A los chicos, a las madres, a los abuelos que traigan a los chicos, a
los docentes.
– E: ¿Se siguen haciendo las visitas
de las escuelas?
– L.F.: Si, durante el ciclo lectivo
tenemos un cronograma de dos días por semana para los que se pide turno
telefónicamente. Vienen los chicos de las escuelas y los jardines de infantes y
hacen el recorrido completo.
– E: Hablemos de por qué nos
necesita la Biblioteca, un tema recurrente, pero que hay que abordar.
– L.F.: Ahora -y casi como siempre-
la Biblioteca tiene dificultades económicas, porque recibe un mínimo subsidio
de la Provincia que -quizás no debería decirlo-, este año se cobró con atraso
de varios meses.
Estamos necesitando de los socios, porque nuestro ingreso económico genuino es
la cuota de los socios.
Por eso invito a los ciudadanos de Bahía Blanca a que se asocien. La cuota es
baja -110 pesos los adultos-, hay una cuota muy económica para los chicos, que
es lo ideal para que ellos empiecen viniendo y leyendo en la Biblioteca.
La Sala Infantil está muy bien provista con más de 7000 obras de literatura
infantil y tenemos otra Juvenil, que son para aprovechar.
Tenemos todos los géneros literarios, todos los libros que a los chicos les
puedan interesar.
Y volviendo al tema de la situación económica, es difícil y necesitamos a los
socios.
– E: ¿Crees que los bahienses se den
cuenta que la Biblioteca no es nacional, provincial o municipal sino popular y que
se maneja de otra manera?
– L.F.: Exacto, es una biblioteca popular.

Mucha gente nos confunde, porque piensan que dependemos de la Municipalidad o
del Estado o del Consejo Escolar.
No, no, somos una biblioteca popular y las bibliotecas populares no son
estatales y se mantienen con el aporte de las cuotas de socios. Esa es la
diferencia entre biblioteca pública y popular, una diferencia sutil pero que
está.
Las bibliotecas públicas fueron las que creó Sarmiento en la década del 80 y
son sostenidas por el Estado.
Claro que con el correr del tiempo casi el noventa por ciento de las públicas
han ido convirtiéndose en populares, porque el Estado durante más de un siglo
se ha ido desentendiendo de esas bibliotecas en todo el país.
Nosotros somos una biblioteca popular desde el origen y recibimos un subsidio mínimo,
pero el aporte principal es de los socios.
Dentro de la palabra popular se está indicando que es para todos y el material
que tenemos es para que los consulten todos. Lo retiran los socios, pero lo
pueden venir a consultar todos.
Y justamente uno de los objetivos de una biblioteca popular es el de
democratizar la información y democratizar la lectura y la literatura.
Es decir, nadie puede decir en Bahía Blanca que no va a la Biblioteca Rivadavia
porque no lo aceptan o no tiene qué leer.
– E: ¿A los que tienen la impresión
de que es un lugar muy formal, qué les dirías?
– L.F.: El edificio es muy formal.
El edificio es hermoso, está declarado por un decreto como Patrimonio
Arquitectónico desde el año 2008, por lo tanto tenemos que cuidarlo y conservarlo.

Esto lo aclaro porque muchas veces nos critican el tema de las barreras
arquitectónicas. Y otra cosa con respecto al edificio que por ahí mucha gente
no sabe es que se fundó en 1930 y es la primera biblioteca en el país que fue
diseñada y creada para ese fin. Muchas otras empezaron siendo otra cosa, salas
o salones de usos múltiples, pero este edificio fue diseñado y ejecutado para
ser una biblioteca.
– E: A cuidarlo entonces.
– L.F.: Hay que cuidarlo, visitarlo
y usarlo, la Biblioteca está para usarla. Tenemos nuestro catálogo en la página
de internet –www.abrbp.org.ar/-,
tenemos Facebook y tenemos actividades de extensión cultural durante todo el
año.
Tenemos un salón auditorio en el primer piso con capacidad para 400 personas,
donde se hacen eventos permanentemente. Y las salas, especialmente la Infantil
y Juvenil, donde también cada sábado se hacen actividades que son gratuitas
para los chicos.
Así que vuelvo a convocar a los chidos y las familias a que vengan. Hemos
tenido talleres de dibujo, de cuentos, Kamishibai, música, fotografía y vamos a
seguir el año que viene -cuando cumpliremos 135 años-, así que quedan
invitados.
Por cualquier consulta, vienen a la biblioteca, me ven a mí o a cualquiera de
los chicos.
– E: Y para finalizar… ¿Tenés algún
deseo en particular para tu gestión o la biblioteca en general?
– L.F.: Lo que quiero es ver a la
gente en la Biblioteca, que nos consulten, que nos lean, que nos usen, que
propongan proyectos. Que vengan los chicos, los grandes, los abuelos.
Las puertas están abiertas.