Como muchas entidades de la ciudad, la
Biblioteca Popular Daniel Aguirre realiza grandes esfuerzos para hacer frente
al complejo contexto actual y así seguir garantizando los vínculos comunitarios
y la contención social y cultural.

La Biblioteca ubicada en calle Uruguay 467 permaneció abierta hasta el 16 de
marzo. “Ese día abrimos de 14 a 20.30 de la noche, con el ingreso de a dos
personas y se retiraron libros como si nos fuéramos de vacaciones. La idea era
que se pudieran nutrir de material”, explicó la bibliotecaria del espacio,
Carina Zabaloy.
La trabajadora expresó las dificultades de continuar con normalidad la
totalidad de los talleres y actividades que venían brindando. Además de que los
libros también “pasaron a estar en cuarentena”, ofrecer la propuesta cultural y
educativa de los talleres por internet resulta una tarea sinuosa en tanto
muchos usuarios no saben hacer uso de las herramientas digitales. “Algunos
tratan de hacerlo de manera virtual”, reseñó.
 Por el momento, las vías de comunicación
son a través de un grupo de WhatsApp y de la cuenta de Facebook donde se
publican consejos para la lectura con los chicos, cuentos narrados por distintas
voces, video tutoriales y distinta información de interés también incluidas las
de prevención y cuidado de la salud.

Apelando a la creatividad sin recursos económicos
El ingenio y la imaginación también son parte de la Biblioteca Popular
Daniel Aguirre y de la realidad de muchas entidades de la región. Además de la
pandemia, las bibliotecas de la provincia de Buenos Aires están en estado de
emergencia porque desde enero no están cobrando la subvención: “Esto es un
problema que venimos arrastrando desde el cambio de gobierno que siempre pasa
que al cambiar la gestión que se atrasan”.
En este sentido, los referentes de la Biblioteca están en permanente diálogo
con sus pares de la ciudad en pos de organizarse y encontrar soluciones
individuales y colectivas que ayuden a las bibliotecas de Bahía Blanca a salir
adelante.