La agrupación celebró todo lo logrado en estos años en la promoción y difusión del cuidado de la flora local. En el marco de sus actividades, realizaron múltiples proyectos y acciones relacionadas al paisajismo, arbolado urbano, conferencias, talleres de capacitación, campañas y convenios con otras instituciones, difusión sobre temas de jardinería en escuelas, entrega de la Orden del Algarrobo, edición de la revista Luz Verde y muchas más, como el mantenimiento del Rosedal del Parque de Mayo. “Seguimos como en los primeros tiempos con la meta de mantener a la Agrupación lo más activa posible con aquellos objetivos propuestos por sus creadores”, alentó la vicepresidenta, Norma Molina.

Actualmente el principal objetivo de la agrupación es la conservación del Rosedal, que no es tarea fácil. “La pandemia también lo afectó, por muchos meses no pudimos trabajar y nos está costando recuperarlo, sumado a las altas temperaturas y cortes de luz que influyeron directamente en el riego”, explicó Molina. Además que el equipo de trabajo es muy reducido y por el momento no cuentan con recursos económicos para aumentar la mano de obra.

Otro objetivo es la capacitación mediante talleres, cursos o charlas sobre la naturaleza, la plantación y cuidados de diferentes variedades. Con el objetivo de conocer y aprender a seleccionar las plantas más apropiadas para el clima donde habitan y no sólo dejarse llevar por las que están de moda.

“Una buena elección hará que usemos menos fertilizantes y no habrá que usar plaguicidas o fungicidas para mantenerlas en buen estado.Siempre incentivamos el uso de productos naturales que se encuentran en los viveros o puede hacerse en casa”, detalló.

Por otra parte agradeció a la comunidad que “acompañó y acompaña con su tiempo y esfuerzo cotidiano”, y a su vez reconoció una falta de participación en las actividades de cierto grupo etario, “puede ser que sea por las nuevas tecnologías que ofrecen respuestas rápidas, sin moverse de casa y también, por la falta de tiempo en quienes estudian y trabajan, que no les permite una dedicación como a personas mayores que ya tienen resuelta su vida”.

Visión comunitaria

La representante mencionó el trabajo de acompañamiento de la comunidad al Municipio en el mantenimiento de las plazas de los barrios.“Es una actividad que involucra positivamente al vecindario en una tarea que vale la pena compartir, así muchos jóvenes también pueden descubrir su interés por las plantas y aprendan a disfrutar de la sombra de un árbol o del colorido de las flores en los encuentros con sus amigos en esa plaza que los incluye, que les pertenece y que cuidan”, esbozó.

Por parte de la agrupación reiteró que se desarrollan cursos o talleres pagos y cuentan con una campaña de socias y socios para sostener sus actividades. “Tenemos socios de diferentes edades y creemos que ser socio de la institución ya es un signo de interés en la naturaleza porque saben que está destinado al cuidado del Rosedal, paseo del que disfruta mucha gente”, afirmó Molina.

Cada una de las propuestas son anunciadas en el Facebook y en la cartelera del Rosedal. Las y los jóvenes pueden sumarse como voluntarios y voluntarias, “pasaron muchos voluntarios muy entusiastas y compartimos experiencias que, esperamos les hayan sido útiles”, recordó.

RECORRIDO
Con motivo del sesquicentenario de Bahía Blanca en 1978, la doctora Haydee Veretoni organizó una muestra floral en el Colegio de Ingenieros que despertó el entusiasmo del público presente. Luego de ese evento se realizaron varias muestras, con premios donde participaron como jurados el ingeniero Carlos Villamil y la ingeniera agrónoma Silvia González Martínez.
Esto fue el puntapié inicial para que un grupo de mujeres quisiera continuar y ampliar la propuesta, constituir un grupo de intercambio y de acción comunitario referido a la jardinería. Así fue que se constituyó la agrupación de floricultura y jardinería de Bahía Blanca, el 28 de enero de 1982.

Autor: Redacción Ecodías