Para el sector asociativo de la República Argentina éste es el proyecto más ambicioso de integración entre las cooperativas que producen y las cooperativas y mutuales que distribuyen bienes a sus asociados. En definitiva, el beneficio llegará de manera directa a todas las comunidades donde estén asentadas esas cooperativas y mutuales de consumo a lo largo y ancho del país.

La Central de Compras de la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (Facc) es una plataforma interactiva que permite a las entidades solidarias de producción ofrecer y comercializar en forma directa sus productos con las cooperativas de consumo. Por su importancia y desarrollo dentro de la Facc, es la Cooperativa Obrera la que traslada todos los costos negociados al resto de las entidades de consumo. Rige así el principio de la intercooperación, que establece que las cooperativas de producción puedan tener un canal de distribución a través de las cooperativas de consumo.

En el cierre del 4° Encuentro Intercooperativo -desarrollado miércoles 28 y jueves 29 de septiembre en la sede cultural de la Cooperativa Obrera-, se vieron reflejados nuevos desafíos.

“El cooperativismo no necesita muletas”

El presidente de la Facc, cr. Rodolfo Zoppi, fue categórico en su presentación respecto del paso que se ha dado en conjunto: “Si yo tuviera que resumir la principal virtud que tiene la Central de Compras es que nos ha permitido poner en marcha una acción motivadora. Esa motivación no solamente está en el interés despertado en las cooperativas de consumo o con sección consumo, sino también en otros sectores del movimiento cooperativo argentino, que son muy importantes, que no están en el sector consumo, pero que a partir de esta iniciativa que hemos puesto en marcha, o ayudados por esta iniciativa, están pensando que el consumo es una posibilidad de acercarle un beneficio a las comunidades en las que están radicadas”.

El objetivo central de la central de compras desde el punto de vista de consumo es incrementar la presencia del sector de la economía social en el consumo, ya sea a través del desarrollo de las organizaciones que ya están trabajando en el consumo, o con la incorporación de otras que puedan sumarse a las operaciones.

“Si sectores cooperativos y mutuales que no están en el consumo se dispusieran a incursionar en el consumo, tienen la ventaja de que son organizaciones fuertes, que están bien estructuradas, y desde ahí es mucho más fácil poner en marcha una entidad de consumo que partiendo de cero”, aseveró el dirigente.

En el mediano plazo, dentro de los objetivos de la Central de Compras se encuentra el fortalecimiento y la integración efectiva dentro del consumo: “Pretendemos trasladarlo a lo que soñamos que es una gran red de cooperativas y mutuales de consumo en todo el país”.

“Nosotros hemos dicho que para que el sector cooperativo recupere el espacio perdido en el mercado, y para que tenga influencia real en las decisiones políticas que se tomen y que hagan a la distribución y a la participación de los consumidores, necesitamos cooperativas y mutuales fuertes. A través de una mayor eficiencia, y a través de la eficiencia alcanzar el desarrollo”, puntualizó Zoppi.

La estructura que pone a disposición la Facc -a través de la Cooperativa Obrera- incluye el traslado del poder de compra lo más generalizado en el mayor surtido posible al resto de las entidades actualmente asociadas y que se asocien en adelante; la profesionalización de los recursos de las cooperativas y mutuales del sector consumo; la transferencia de conocimientos; y la capacitación como herramienta fundamental para estar “en condiciones de disputar en el terreno del conocimiento, del inteligencia y de la gestión”.

La integración más allá de los discursos

En primer término, el secretario de la Facc y gerente general de la Cooperativa Obrera, Héctor Jacquet, había brindado un informe con las conclusiones aportadas por los participantes al IV Encuentro Intercooperativo, y que brindaremos en detalle en próximas ediciones.

A su turno, el dr. Ariel Guarco, presidente de la Confederación Cooperar, que nuclea a buena parte del cooperativismo argentino, agradeció haber podido participar de esta doble jornada en Bahía Blanca y “presenciar el nivel de la integración que nosotros creemos que se debe hacer, y esto está en marcha”.

Después de destacar el rol del Inaes en este proceso y el de la Universidad Nacional del Sur en el aporte de conocimiento, Guarco reflejó que «finalmente está la integración económica, comercial. Porque también muchas veces podemos caer en el lugar común de expresar integración a través de los discursos pero luego cuando tenemos que llevar al curso la acción se fortalece la parte individualista de la que se hablaba anteriormente. No nos lo han contado, lo hemos vivido todo el tiempo”.

El dirigente planteó un modelo de liderazgo personal cuyo beneficio alcance al conjunto de la comunidad superando el individualismo imperante. E instó a los presentes “desde el convencimiento de que nosotros somos seres que estamos construyendo el mundo tal cual lo deseamos. Y que no hay regalo más hermoso que se lo pueda presentar en la vida que ser actores, artífices, del propio mundo, de la propia sociedad, de la propia comunidad que deseamos. Yo creo que eso, llevado a la práctica, es lo que se está llevando adelante aquí”.

Finalmente, el director de Inaes por el cooperativismo, ing. José Orbaiceta, dio cuenta desde su visión de “la alianza entre el cooperativismo y el mutualismo (que) es central para desarrollar lo nuestro, que cambie nuestra cabeza, que hagamos un proceso de transformación cultural en nosotros, y que la integración sea la moneda corriente, que estemos en estado de integración”.

Máximo dirigente en el cooperativismo de trabajo a nivel latinoamericano, Orbaiceta reflexionó que “la gente se va apropiando de la economía porque no le resuelven los temas, hoy se usa la economía para que unos pocos vivan muy bien y la mayoría la pasemos muy mal. Este tema sólo lo podemos resolver nosotros, los seres humanos, intentando crear otro tipo de mundo. Si todos nos ponemos en estado de integración, en estado de hermanos, y si entendemos que todo lo que poseemos pertenece a los asociados y que todos juntos lo tenemos que desarrollar, yo no tengo dudas de que vamos a transformar el mundo”.

LA ORGANIZACIÓN EN UN TIEMPO NUEVO
Días atrás se conocía el índice que refiere que uno de cada tres argentinos es pobre. No eludió el presidente de la Facc a esta cuestión y dio la respuesta que la dirigencia política actual no tiene en su libreto: “Ayer nos preguntábamos para qué están y para qué sirven las cooperativas. Los primeros en responder a esta pregunta fueron los pioneros de Rochedale en 1844. Las razones que motivaron a esos pioneros a desarrollar su cooperativa son exactamente las mismas que tenemos nosotros hoy para desarrollar las cooperativas y las mutuales, y para seguir trabajando con entusiasmo y potenciar a nuestras entidades”.
“El cooperativismo argentino, con su larga tradición y con una cantidad enorme de cooperativas y mutuales que tienen una actividad fantástica y que muchas veces no se conoce, las cooperativas y las mutuales tienen mucho para ofrecer. Solas no van a solucionar el problema de la economía argentina, los problemas económicos y sociales. El cooperativismo solo no va a poder resolver los problemas de la economía en el mundo, que nos preocupan porque cada día se profundizan más las desigualdades. Cada vez hay más problemas para los pobres, cada vez hay más pobres, cada vez hay más personas que por la pobreza ya no tienen qué comer, ni qué hablar de acceder a la salud, o de acceder a la educación, o de acceder a la vivienda. Las cooperativas solas no pueden resolver estos problemas. Las cooperativas sí tienen un rol importante que contribuir a solucionar estos problemas”, sentenció el dirigente.
“Las cooperativas nunca fueron creadas por los ricos. Desde 1844 en Rochdale… los tejedores de Rochdale no tenían plata para poder comprar una bolsa de porotos, de garbanzos, o de harina, para poder distribuirse entre ellos. La Cooperativa Obrera fue fundada por 173 obreros para fabricar pan porque el pan era caro, y no podían comprar un kilo de pan para llevar a la mesa. Y ellos querían fabricar el pan al precio justo, y con el peso exacto, garantizando la calidad del producto. Las cooperativas nunca fueron hechas por ricos… Las cooperativas siempre fueron hechas por los pobres. Para que los pobres tuvieran en el cooperativismo una herramienta económica que le permitiera vivir mejor”.
 auguró que “sería muy bueno que alguna vez el cooperativismo y las demás organizaciones de la economía social sean tenidos en cuenta en serio por políticas de estado, y se apoye la acción de las cooperativas y mutuales, y se le reconozco un rol protagónico en el desarrollo económico y social de la Argentina”.

Autor: Redacción Ecodías