En la mañana del lunes 20 de febrero, con un marco imponente de trabajadores, la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé Ltda. escribió un nuevo capítulo en su historial de lucha y trabajo: presentó una línea de ropa deportiva destinada a equipos de fútbol, básquet, voley, hockey, entre otros, a la vez que anunció la salida de otra línea de indumentaria destinada a actividades de tiempo libre.

En el inicio del emotivo acto, se emitió un saludo grabado de Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.

La secretaria del Consejo de Administración, Leonor Litre, ofició de maestra de ceremonias. De manera simbólica se hicieron algunos reconocimientos, por caso al trabajador Sergio Ramborger por su participación en los proyectos cooperativos, al docente Andrés González por su tarea en la articulación de la Escuela Especial con Textiles Pigüé. También, se reconoció al Banco Credicoop y a la Cooperativa Eléctrica local por el apoyo brindado durante todos estos años, así como al ahora consejero escolar Rodolfo Rodríguez, presente desde los inicios.

En uno de los momentos más emotivos se reconoció al trabajador y fundador de la cooperativa Luis Jesús Terrón, en cuya memoria se descubrió una placa.

La garra de los trabajadores

El presidente de la cooperativa, Marcos Santicchia, invitó a sus compañeros y compañeras a que se acercaran a la mesa dispuesta en el frente, ofreciendo a todos los presentes la mejor imagen de Fibra: el proceso había sido colectivo, con mucha discusión e intercambio, la presentación no podía ser de otra manera.

“En primer lugar quiero agradecer al equipo de trabajo que desarrolló una marca, que trabajó en el diseño, y al conjunto de trabajadores de Textiles Pigüé porque uno de los objetivos del desarrollo de la marca es generar una empatía desde los socios hacia la cooperativa: desde nuestra fábricas salen cientos de miles de metros de tela y difícilmente veíamos una persona o una zapatilla que dijera Textiles Pigüé”, comenzó diciendo el joven profesional.

De esta forma, continuó, “con el desarrollo de la marca saldamos esa cuestión pendiente, especialmente con los socios más jóvenes. Muchos socios, en el año 2004 y en años anteriores, tenían 8 o 10 años, entonces no tienen mucho de la historia más que lo que les contamos de la cooperativa”.

Definiciones

“Nuestra marca se llama Fibra, que tiene que ver con la fibra muscular, con la garra, con la fibra textil también. Esa palabra simboliza estos temas. Y aún más importante que lo que significa la marca, es el eslogan que acompaña que es ‘Resistencia en movimiento’: resistencia que hicimos y que hacemos todos los días, el movimiento tiene que ver con que no nos quedamos quietos, nuestra resistencia no es estática, nuestra resistencia no es resistir por resistir sino que tiene que ver con proponer, con generar ideas, generar inclusión, y generar espacios. Tanto la marca como el slogan de Fibra intenta simbolizar esta fuerza, esta garra que caracteriza a Textiles Pigüé”, planteó con precisión Santicchia.

A la hora de agradecer, el presidente de la Cooperativa no quiso olvidarse de nadie, y por eso se detuvo a nombrar a los integrantes del equipo de trabajo presente en la conferencia de prensa, y reconoció “a cada uno de los trabajadores que participaron y sintieron nuestra marca como propia”.

En lo que se refiere al impulso comercial, “la marca busca meterse en un mercado que tiene que ver con lo deportivo, inicialmente en el nicho de mercado de competencia, equipos de fútbol, de basquet, de hockey. El desarrollo será en primera instancia regional, para ver el impacto que tiene la marca. Paralelamente, estamos trabajando con la Universidad del Sudoeste -a quienes también agradecemos-, para hacer el desarrollo de lo que es ‘Fibra y tiempo libre’, que es una línea de producto que va estar más orientado a la práctica de deportes de entrenamiento, de tiempo libre”.

Un plan desarrollado paso a paso

El director Francisco Martínez previamente le había dado el marco institucional e histórico a la presentación de la marca Fibra, haciendo un recorrido desde la recuperación de la planta textil por parte de los trabajadores hasta nuestros días, y planteando los desafíos por venir.

Recurriendo al archivo del periódico EcoDias, en diciembre de 2014 se leía que “la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé Ltda. se gestó con la toma de la planta en 2004 luego de que los dueños de la vieja e imponente Gatic, que hasta 2001 contaba con más de 20 plantas y 8 mil empleados en el país, abandonara la empresa asumiendo la quiebra de palabra.

Seis meses después de la ocupación por parte de los trabajadores una jueza ordenó el desalojo que terminó con más de 250 efectivos de la policía reprimiendo con gases y palos, en una ciudad en la que el Censo 2001 del Indec contabilizaba 13.822 habitantes.

Un mes después, los trabajadores continuaron custodiando la planta y finalmente el 14 de septiembre de 2004 la empresa declaró formalmente la quiebra.

Luego de dos años de pelea, en enero de 2005 el Ejecutivo promulgó la ley de expropiación que se pronunciaba a favor de los trabajadores, que luego de más de 800 días de quietud en la producción debían poner en funcionamiento maquinarias y cableado”. Hasta allí la cita.

Justamente, en la celebración de los 13 años Francisco Martínez reconoce que en aquel entonces “teníamos un objetivo claro, hoy a la vista de esta numerosa concurrencia, que era ganarnos a la sociedad”.

Un paso sustantivo lo dio este grupo de trabajadores organizados, en la articulación con la universidad pública “cuando empezamos a formarnos, y ellos a aprender de nosotros, y nosotros a aprender de ellos. Y así pudimos instalar un sistema integral de gestión, con profesionales. Porque una empresa que se recupera y tiene mercado, trabaja con proveedores, con sus clientes, en relación con la sociedad, necesita darle soluciones a la propia empresa. La gran tarea de los compañeros trabajadores profesionales surgidos de las universidades nacionales se complementó muy bien con la fuerza de trabajo de los compañeros trabajadores de Textiles Pigüé”.

El siguiente logro en esta historia de luchas fue obtener la escritura en 2014, que le permitió a la entidad ser sujetos de crédito para competir en igualdad de condiciones con el mercado. “Miramos para atrás, miramos por adelante, miramos para los costados, y ahí sí descubrimos que estábamos totalmente rodeados de profesionales, de jóvenes, de emprendedores, con posibilidades ciertas de poder competir en el mercado textil”.

Lamentó Martínez las políticas implementadas por el gobierno nacional de Macri con la apertura de importaciones, que está originando suspensiones de trabajadores y cierres de fábricas. Por eso ahora el desafío que se plantea es creciente: “Nosotros ya hemos recuperado la fábrica. Y ahora vamos ir a recuperar trabajadores de otras fábricas. Más temprano que tarde llegará la hora en que los trabajadores de las empresas recuperadas, unos veinte mil, seamos reconocidos como trabajadores plenos al igual que a todos los trabajadores del país”.