Con 65 años de trabajo educativo, el Jardín de
Infantes N° 901 estrenó un mural hecho por cientos de manos. La experiencia
representa a la comunidad educativa unida a la enseñanza formal, el compromiso
y la alegría de construir educación entre todos.

«Quisimos hacer ese mural para recibir después del receso a los chicos y
empezar a celebrar los 65 años del Jardín, que se cumplen en noviembre»
aportó Sandra Neubauer, vicedirectora de la institución. «Con el Club de
Madres y Cooperadora surgió esta idea. Una de las mamás se dedica a hacer
murales y pinta, ella lo diseñó con las ideas que nosotras fuimos aportando.
Queriamos que el mural reflejara la Educación de Nivel Inicial, que se
recuerden los 65 años, con un reconocimiento a las personas importantes que
pasaron por el Jardín. El mural tiene una base en forma de podio que representa
la Educación y después se muestran los distintos momentos del Jardín, hay
chicos expresándose a través de danzas, destrezas y al final, con corazones
agradecemos al Abuelo Martínez, que estuvo tanto años con nosotros, también hay
un logo que representa al Club de Madres».

Somos
Instalada en una gran barriada, el Jardín N° 901 es
una enorme casona de una arquitectura privilegiada. En Juan Molina 661 se luce,
ahora, el mural aniversario, que también es el reflejo de lo que se hace de las
paredes hacia dentro. La institución funciona con 13 salas, seis que funcionan
en el turno mañana y siete a la tarde. Son 543 niños y niñas que van a este
establecimiento ubicado en la calle Juan Molina 661. Con dos patios, uno enorme
lleno de juegos, para nenes de 4 y 5 años, y el más pequeño para las salas de 3
años, con elementos más bajos y adaptados a los primeros años de vida.
«Somos 34 docentes entre maestras, personal auxiliar, profesores de
Educación Física, preceptoras», agrega la docente. También cuenta con una
biblioteca infantil, un laboratorio y una ludoteca, los docentes tienen acceso
a material para la lectura y actualización pedagógica. «El personal
administrativo a cargo de la biblioteca y ludoteca está pendiente de renovar el
material y dar continuidad a las actividades». La responsabilidad de los
fondos para los materiales del Jardín es del recientemente formado Club de
Madres, quienes asimismo aportan con eventos para toda la familia el dinero que
se invierte en libros, equipo de música y renovación de materiales en las salas
especiales.
El saber y el aprendizaje son el centro de atención del Jardín. Esta instancia
educativa constituye la base de la educación popular y es el momento clave para
aportar parámetros, recursos y ambiente en los que se incentive el juego, una
forma de favorecer el desarrollo integral de los niños y niñas. La prioridad y
la obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años implican al Jardín un trabajo
arduo de inscripción, que se cumple a lo largo de todo el año. “En el mes de
diciembre, según hayan sido las inscripciones se definen las salas para el
próximo año”.

Lo mejor
Desde afuera se observa que la casona se rodea de los espacios verdes como lo
haría una casaquinta. «Tratamos
junto a la Cooperadora Escolar de mejorar lo edilicio para recibir mejor a
nuestros alumnos. Además, queremos mantener el edificio tal como fue
construido. Las instalaciones ya tienen varias ampliaciones, la última fue en
1999, donde se hizo el salón de usos múltiples nuevo, la parte donde funciona
ahora la biblioteca, se ampliaron salas y se mantuvo la arquitectura, se
volvieron a hacer torres para que el lugar no pierda identidad». Una
historia particular tiene el ombú del patio delantero. «El ombú que está
en la entrada, la construcción edilicia es de 1920 y el Jardín se trasladó en
1955, y el ombú ya estaba, tenía una antigüedad de ocho años. Lo trajeron de
Necochea los últimos propietarios de la casa. Y llegó a ellos por el envío de
un familiar, en una ollita».

El mural
Los quince días que demoró la
realización del mural comprometió en tiempo y tareas a padres, docentes, equipo
directivo. «Nosotros veníamos a colaborar. Se empezó lijando adelante y
atrás del paredón del frente, tratamos de cuidar la estética del edificio, que
es una obra arquitectónica, una reliquia». El diseño contó con el aporte
de todos los integrantes de la comunidad. «Definimos lo que queríamos
contar mediante el mural y una mamá lo diseñó». Después de la ardua
entrega, «esta mamá y su marido tuvieron asistencia perfecta»,
sonrió.
La mamá es Marisol Armendariz, artista plástica que entre otras obras en las
que se ve su aporte podemos mencionar el mural de calle Florida frente al V
Cuerpo de Ejército, en recuerdo a los obreros asesinados de Heinrich y Loyola;
y el mural de Av. Dasso 2868 al ingreso a Ingeniero White, pintado en el marco
de «Murales con Historia».
En el mural del Jardín se destaca el aporte y entrega de un trabajador.
«El Abuelo Martínez fue portero de la institucion y vivió 100 años. Estuvo
hasta el 2011 y por razones de salud se retiró. Hasta los 100 años festejó su
cumpleaños en el Jardín». «Es parte de la institución. El Jardín
comenzó en la calle Corrientes, él ya ahí trabajaba como portero, se trasladó
con la institución y vivió toda su vida en este lugar», destacó.
Noviembre será el mes aniversario, «coincide con la semana de la Música,
por lo cual propondremos actividades musicales abiertas a la comunidad, además
que en estos meses habrá obras teatrales y encuentros para festejar con los
chicos». Mientras tanto, afuera de la Dirección, niñas y niños caminan
hacia el gran salón con risas y palabras, van a ver un show de malabarismos y
acrobacias, y de paso, siguen festejando el Día del Niño.