El domingo 2 de octubre, el espacio cultural Pez Dorado festejó sus nueve años con una propuesta que se inició a las 18 hs y concluyó pasada la medianoche. “Superó todas las expectativas, no paró de pasar gente, había ganas de encontrarse, se mostraron todas las actividades presentes este año en el espacio, nos sentimos realizados porque apostamos a lo colectivo, a crear comunidad, una comunidad organizada”, resaltó uno de sus coordinadores, Álvaro Urrutia.

La jornada se dividió en dos grandes bloques. El primero destinado a la danza clásica, el teatro, las máscaras larvarias y expresivas y la escritura. En el segundo tiempo tuvo lugar el canto, el montaje, la danza improvisación y bandas en vivo. “Después de pasar tantos momentos difíciles, creemos que fue importante celebrar y compartir, tener espacios para comunicarse y que no sea siempre la lucha y supervivencia, desde ese lugar invitamos a todos a ser parte”, destacó.

Las y los responsables de las distintas actividades mostraron lo que realizan semanalmente en la casona ubicada en O’Higgins 578. Este último año de postpandemia trajo algunas modificaciones en el espacio, por lo que se eligió hacer un recorte con lo más reciente. “Quienes participaron pudieron conocer las ofertas y producciones que tiene Pez Dorado”, remarcó en referencia a la celebración a puertas abiertas. “Estamos volviendo de a poco, a veces cuesta la participación, pero sentimos que hay un sentido de pertenencia, se nota la voluntad y la necesidad de querer subsistir con estos proyectos artísticos colectivos en la ciudad”, definió.

Propuesta

“El espacio cultural surge, en principio de José y Rosina Gungolo, vinculados a la danza contemporánea y a lo que nos fuimos sumando otros desde el mundo de la poesía, claun, teatro y así creamos Pez Dorado, un espacio a la medida de nuestras necesidades”, expresó Urrutia.

Este grupo de ocho personas tenían ganas de producir artísticamente porque encontraban ciertos vacíos en la ciudad en cuanto a danza contemporánea o poesía, por eso asumieron el desafío de alquilar un espacio para tener dónde realizar sus producciones. Actualmente, cuentan con diez talleristas que eligen desarrollar en este lugar sus actividades. La oferta de cursos y talleres se encuentra en su página web y redes sociales.

“Es un espacio que funciona como sala de ensayo para las obras de teatro que luego se llevan adelante en Pez Dorado, la idea es que se produzcan las obras acá y no sea una sala para alquilar”, aclaró. El aniversario del espacio cultural es en el mes de septiembre, solo que el festejo se aplazó por la reciente pérdida de la joven actriz Sofía Fernández.

Construcción

El nombre del colectivo cultural independiente viene del libro de David Lynch, Atrapa el pez dorado que se relaciona al proceso creativo. “Se imagina a los pescadores buscando el pez anhelado, al artista que trabaja y espera encontrar ese pez dorado, así fueron Rosina y José”, comentó Urrutia.

El escritor contó que desde sus inicios, lo que se ganaba era para cubrir los gastos corrientes del espacio, nadie llegaba a cobrar un sueldo y cuando llegó la pandemia decidieron cerrar para cuidarse y cuidar a la sociedad. “Sólo que al prolongarse en el tiempo, nos privamos de hacer actividades y nos encontramos con un elefante blanco que había que seguir manteniendo y pagar el alquiler. Hicimos rifas, con mi familia fuimos a vivir allí y a los cuatro meses comenzó a llegar ayuda del gobierno provincial y nacional que nos permitió subsistir”, comentó.

Autor: Redacción Ecodías