El Teatro Municipal cumplió 102 años de actividad. Butacas, palcos,
pasillos, boletería, arañas y el telón, no alcanzan para desnudar el trabajo
detrás de la escena, talleristas, iluminadores, escenógrafos, utileros, actores, músicos, bailarines. No
basta con ir una vez, hay que recorrerlo en los ensayos y en el silencio.
Mónica Gómez y Silvina Serra, encargadas de planificar los recorridos por el
lugar cuentan a EcoDias las propuestas que están en vigencia.

“El asombro es aquello que caracteriza a todos los
grupos que nos visitan”, resume Silvina Serra, representante del área educativa
de la institución. “El programa de visitas guiadas que se instaló hace más de
una década, que tuvo como responsables a otras personas, que aún están
cumpliendo funciones en el Teatro, pero el formato de programa educativo,
cultural y social se implementa en el año 2011, donde se sigue estableciendo
contacto con los diferentes niveles de educación pero incluyendo a diversos
actores de la comunidad, interactúan con estos alumnos de las instituciones,
cada uno aporta como nos pasa con los Abuelos lee cuentos, los Abuelos
relatores de PAMI, alumnos de la Escuela de Teatro que vienen con alumnas y
alumnos que hacen intervenciones en el espacio, Conservatorio de Música, quienes
se están formando en diferentes niveles, ya sea primaria, inicial,
instituciones como Colegio María Auxiliadora, Instituto de Formación Docente
Julio César Avanza. Es decir, todos han ido enriqueciendo este programa, no solo
una propuesta que invita a visitar el edificio sino a darle vida”, introduce
Mónica Gómez, responsable de guiar a los visitantes.

Volver, volver
“El objetivo de estas visitas es que quien entre se
vaya con ganas de volver. Queremos despertar interés con cualquier objeto. Le
decimos a los chicos, lo que uno conoce lo quiere y lo puede cuidar, en los más
pequeños hacemos hincapié en eso, en los mayores despertar el interés por la
historia del lugar, así tratar de recibir a todos por igual, pero un poco esperando
que es lo que les va a llamar la atención”, asegura Silvina Serra. El Teatro
que es patrimonio histórico arquitectónico cultural de la Nación, fue
inaugurado el 9 de agosto de 1913, “es un lugar que se va abriendo, la gente
que antiguamente pensaba que era un lugar totalmente ajeno a la vida cotidiana,
por el contrario vaya conociendo qué es lo que pasa, aprendan a quererlo, lo
puedan cuidar y se apropien, que es un derecho, es parte de los derechos
culturales, con más razón tratándose de un edificio que es público, que está
sostenido con el aporte de la comunidad”.
La diversidad de visitantes obliga a actualizar
constantemente la información al momento de la llegada del público. “Hay gente
que viene con ganas de conocer más de la historia, otros que quieren saber
sobre las expresiones artísticas, otros sobre la oferta educativa que tiene el
Teatro, vamos adecuando esos relatos en función de los objetivos. Algunos
tienen que ver con proyectos educativos, otros quieren venir a ver el Teatro y
que los chicos suban las escaleras porque nunca lo hicieron o se imaginan que
esto es un palacio a donde era imposible ingresar”.

Para los vecinos
El Teatro Municipal ofrece recorridos para todas
las edades e instituciones. “Los chicos y grandes tienen posibilidades de
transitar el escenario, se integran representantes del Ballet del Sur. Nosotros
somos portadores de información en lo que tiene que ver con los diferentes
oficios del Teatro, que nos interesa muchísimo que la gente los reconozca y se
hagan visibles, pero otra cosa es que ellos mismos cuenten lo que hacen, la
pasión que ponen, las emociones. Las visitas suman que la se pueda ver al
obrero, a la gente de oficio que está sosteniendo toda la actividad artística,
es una parte importantísima, porque es cierto que si uno viene a la función, ve
la sala llena de gente, no puede reparar en los detalles, tampoco puede reparar
cuánta gente está detrás de una puesta artística, iluminadores, sonidistas,
tramoyistas, utileros, escenógrafos”. Hay adultos mayores que ingresan al
Teatro y no lo conocían, “suelen decir que pasaban por la vereda y veían entrar
a la gente con tapados de piel, entonces poder ver que el protocolo, la
etiqueta, la forma de relacionarse en el Teatro es una muy buena noticia, por
eso apostamos muy fuertemente a que la convocatoria sea a los vecinos de los
barrios más alejados de la ciudad”.
En cuanto a las aristas históricas que se proyectan
en quienes lo visitan, Gómez afirma que “se integra mucho lo político, lo
social, temas muy actuales, donde entran a jugarse cómo vive la sociedad
argentina este momento, cómo se piensa, cuál es la idea de hombre, de mujer,
qué pasa con la apropiación de los espacios, qué pasa con la lectura de los
espacios que hacemos. Se va enriqueciendo, especialmente con los mayores, cómo
era la sociedad de aquel entonces cuando el Teatro abre sus puertas y qué nos
pasaba con el Teatro antes, qué pasaba con las políticas culturales, no eran
las mismas, cómo influyen las políticas de Estado en las políticas culturales,
qué pasó con los gobiernos populares, los democráticos y durante los gobiernos
de facto, o sea que no es un relato de memoria, empezamos a interactuar.
Hablamos de las asimetrías, se construyó un Teatro con estas características
cerca de la plaza central y estaban los movimientos anarquistas en el Puerto de
Ingeniero White con sus luchas obreras, entramos en conflicto, empezamos a
tensionar, creo que eso es lo más rico que se le puede ofrecer cuando la gente
nos visita”.
El Teatro Municipal cuenta con los talleres de
Utilería, Escenografía, Peluquería, Maquillaje, Zapatería y Diseño de
Indumentaria. “Es uno de los tres teatros que tiene el taller de producción
adentro, así que es un teatro con una arquitectura bellísima, con una
trayectoria histórica y cultural de relevancia en la ciudad, que tiene de las
tres mejores salas por su acústica, tiene los Organismos Artísticos del Sur
trabajando, con actividad intensísima de martes a domingo”.