Al cierre de esta
edición, el CSU se aprestaba a celebrar su última sesión de 2012. El plenario
es el último del cuerpo antes del recambio de bancas y el arribo de los
consejeros electos a comienzos de noviembre. La aceptación o el rechazo de los
fondos provenientes del YMAD se recortaba como el punto central de debate. El 5
de diciembre, tanto, se llevó a cabo el antepenúltimo plenario del año.

Al cierre de la presente edición de EcoDias, el Consejo
Superior Universitario (CSU) de la Universidad Nacional
del Sur (UNS) se aprestaba a realizar la última sesión ordinaria de este año,
en un encuentro que comenzaría dos horas antes de lo habitual, a las 16 horas,
en virtud de lo extenso del Orden del Día que lo regiría.
El plenario marcaría el último del CSU con su actual composición, antes del
recambio que con el despuntar de la segunda quincena de febrero depositará en
sus bancas a los consejeros docentes, auxiliares, estudiantes y trabajadores
electos en los comicios que la casa de estudios bahiense vivió el 2 de
noviembre pasado.
En el marco del ya referido extenso temario, el punto central que se recortaba
estaba vinculado al debate en torno a la aceptación o el rechazo a los fondos
provenientes de los Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), empresa
creada en 1958 e integrada como sociedad tripartita por la provincia de
Catamarca, la
Universidad Nacional de Tucumán y el Estado nacional.
En 1994, YMAD pasó a conformar una Unión Transitoria de Empresas (UTE) con la
transnacional Minera Alumbrera Ltd., de capitales canadienses y suizos,
constituida bajo la legislación del “paraíso fiscal” de Antigua y Barbuda.
Desde ese año, percibe apenas el 20 por ciento de las utilidades de la
explotación del emprendimiento minero de Bajo La Alumbrera, en Catamarca.
De ese porcentaje, el YMAD debe distribuir tres quintos a la provincia de
origen, un quinto a la
Universidad Nacional de Tucumán e idéntica proporción a las
restantes universidades nacionales, que no están obligadas a aceptarlo aunque
sí tienen derecho a reclamarlo.
En el caso de la UNS,
la decisión en torno a la aceptación o el rechazo de los fondos provenientes de
la explotación minera en Catamarca fue pospuesta por tres ejercicios,
habiéndose acumulado un monto global que ronda los cuatro millones de pesos. El
debate, contra lo originalmente propuesto desde el seno mismo del CSU, no
atravesó la agenda universitaria del último trienio, pero, con todo lo, logró
establecer claramente dos posturas. Quienes postulan que la UNS no debe aceptar los fondos
enumeran los delitos de contaminación peligrosa por los cuales se ha llegado a
detener a directivos de la firma, el tenor secreto de algunos de los contratos
celebrados, la presunta evasión impositiva y, fundamentalmente y en ese marco,
el rol de contralor que deben cumplir las Universidades Nacionales, sobre las
que podría tenderse un temor de parcialidad debido a la recepción de ganancias
provenientes del mismo sector que deben controlar.
“¿Cómo puede una universidad permitirse esto? ¿Y cómo el Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN) acepta ese tipo de participación en estas
cuestiones? Entonces, el eje que tenemos que empezar a debatir en la
universidad es hasta dónde vamos a aceptar que la corrupción cale hondo y hasta
dónde vamos a aceptar taparnos las narices para poder recibir con la mano el
dinero que se supone que va a beneficiarnos”, reflexionó durante su visita a la
ciudad el fiscal federal Antonio Gómez, quien investiga el accionar de la
empresa y sus directivos y pasó por la ciudad a mediados del año pasado,
invitado por la Asociación
de Docentes de la
Universidad Nacional del Sur (ADUNS).
Quienes proponen la aceptación de los fondos se preguntan, por su parte, adónde
irá ese dinero en caso de ser rechazado, algo que las normativas en vigencia no
explicitan. Además, interpretan, ni la explotación ni los eventuales delitos en
que incurra la empresa desaparecerán por el mero rechazo de fondos. Lo que sí
caerá, puede suponerse, es el temor de parcialidad ante la función de control
que deben ejercer las Universidades Nacionales, entre ellas la UNS, en estas cuestiones.
Aunque las votaciones sólo pueden narrarse después de producidas, se esperaba
un resultado impredecible, que dependería de la decisión que en torno al punto
tomara la opositora Línea PHI. Con el oficialismo a favor de la aceptación,
también se tornaba clave el voto de las bancadas estudiantiles.

Para seguirnos estudiando
Mientras tanto, el miércoles 5 el CSU abrió el último mes del año con la
realización de su penúltimo plenario. Casi cuarenta puntos, entre aquellos
incluidos originalmente en el Orden del Día y los que entraron al recinto para
su tratamiento sobre tablas, configuraron el temario abordado en la ocasión.
Entre los temas más trascendentes que se tocaron en el plenario, merece
especial mención la creación de un nuevo centro de estudios bajo la órbita del
Departamento de Humanidades.
Se trata de un Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre NuestrAmerica que
lleva un nombre por demás ilustrativo: el del poeta y periodista José Martí,
líder de los movimientos revolucionarios que propiciaron la independencia
cubana a finales del siglo XIX.
La decisión final en torno a la efectiva creación del Centro la tendrá, ahora, la Asamblea Universitaria
(AU), pero durante el plenario del 5 de diciembre los consejeros dieron el
inicial visto bueno, luego de la recomendación que a tal efecto elevó el
Consejo Departamental de la mencionada unidad académica.
De los considerandos que tomaron en cuenta para emitir sus votos pueden
extraerse datos acerca de la composición e historia del que más que
probablemente será un nuevo Centro de Estudios en la UNS.
En ese sentido, vale referir que el Centro – que reúne a docentes
investigadores, docentes auxiliares, becarios, tesistas y alumnos avanzados del
Departamento de Humanidades y de otras unidades académicas de la UNS- tiene como base la
composición, desarrollo y actividades llevadas adelante en el marco de diversos
Proyectos de Grupo de Investigación acreditados (PGI) que se desarrollan en el
Departamento de Humanidades desde 2000. El grupo de investigación forma además
parte de la
Cátedra Martí-Martínez Estrada, adscripta a la Fundación “Ezequiel
Martínez Estrada”, surgida en 1993 con el reconocimiento oficial del Centro de
Estudios Martianos de La
Habana. “En su trayectoria conjunta de más de catorce años ha
logrado consolidarse de modo especialmente fructífero la relación entre el
grupo de investigación y la Cátedra Martí-Martínez Estrada, proyectándose
estos resultados en la actual creación del Centro”, opinaron los consejeros
Schbib, Barbero, Marfil, González y Scherger, firmantes del dictamen que
posibilitó el tratamiento de la propuesta.