El jueves 5 de julio, la casa de altos
estudios y el Centro de Formación Laboral 1 de nuestra ciudad suscribieron los
convenios específicos que permitirán la implementación de un programa de
pasantías de trabajo para personas con discapacidad. En principio, serán seis
pasantes destinados a cinco áreas. Pero la expectativa es que el año que viene
se amplíen los cupos.
Representada
por el rector Guillermo Crapiste, la Universidad Nacional del Sur (UNS) suscribió
el jueves 5 de julio los convenios específicos que la vinculan ahora con el
Centro de Formación Laboral 1 de nuestra ciudad, cuyo director es Enrique
Lucarelli.
El vínculo entre ambas entidades permitirá poner en marcha la implementación de
un programa de pasantías de trabajo para personas con discapacidad que cursan
su formación en el mencionado Centro y la engrosarán en su desempeño laboral en
la casa de estudios. Esto, a su vez, supondrá que la UNS se convertirá en una
entidad de avanzada respecto del cumplimiento de la Ley 22.431, que regula la
incorporación de personas con discapacidad a organismos descentralizados o
autárquicos del Estado Nacional y fue reescrito al modificarse la normativa que
estaba vigente desde la última dictadura cívico militar. La ley fija un piso de
cupos laborales para personas discapacitadas de al menos el cuatro por ciento
sobre el global de trabajadores de las entidades sobre las que manda.
“Es muy importante que la Universidad dé este primer paso, y es un ejemplo para
otros ámbitos a nivel nacional, provincial y municipal que todavía no lo están
cumplimentando”, afirmó Lucarelli al hablar con los medios de prensa el mismo
jueves 5. “Quiero destacar la simpleza y grandeza de la Universidad por
aceptarnos a nosotros, una simple escuela laboral. Las puertas siempre
estuvieron abiertas de par en par, alentando a nuestros chicos para que puedan
estar en este ámbito trabajando”, agregó.
El proyecto de resolución sobre el que descansa la implementación del programa
fue aprobado por unanimidad por el Consejo Superior Universitario (CSU) en mayo
pasado, aunque “hubo algunas observaciones. Tenían que ver con, en principio,
una cuestión casi gremial: que los pasantes iban a ocupar espacios del personal
de planta. Y otra cuestión se vinculaba con los fantasmas: si se iban a
adaptar, si estaban preparados para…”, relató Pedro Silberman, secretario
privado del rectorado y responsable de la Subsecretaría de Derechos Humanos de
la UNS, cartera impulsora del proyecto.
“Yo vengo trabajando hace mucho con el tema de la discapacidad. Y la verdad es
que cuando uno se mete en ese mundo, no hay un ‘ellos’ y ‘nosotros’”, afirmó el
funcionario. “Los nuevos paradigmas plantean que en realidad las personas no
tienen discapacidades sino que son el ámbito y el contexto los que
discapacitan”, añadió.
Bases del proyecto
“Este proyecto tiene implicancias técnicas y administrativas. En general,
la Universidad siempre trata de que las empresas privadas generen pasantías
para nuestros estudiantes. Esto es a la inversa: generar pasantías propias para
todos aquellos estudiantes de otras instancias que lo quieran”, explicó
Silberman.
“La otra cuestión es política, de acuerdo a algunos esquemas mentales que
tenemos muchos para ver la realidad de ciertos sectores que sistemáticamente
han sido excluidos de cualquier tipo de sistema normalizado, como las personas
con discapacidad: generar un espacio donde chicos con discapacidad puedan
incorporarse a la Universidad y formarse en oficios que les otorguen después una
plusvalía como salida laboral. Me parece que eso es importante”, indicó.
A su vez, la iniciativa“también tiene que ver con el modelo de rol que se
quiere construir: cuando uno se plantea para qué está la Universidad pública o
cuáles son las diferencias que debe tener respecto de instituciones privadas,
tiene que empezar a tallar en este tipo de cuestiones”.
Carga horaria y áreas
De acuerdo a la resolución aprobada, y en cumplimiento de la normativa
vigente para esta forma de vínculo laboral, el ejercicio de las pasantías
contemplará una carga horaria semanal de veinte horas y la remuneración se
corresponderá con la de la séptima categoría del escalafón que la UNS
estructura para su planta de trabajadores.
Los nuevos pasantes prestarán servicios en cinco áreas: la propia Subsecretaría
de Derechos Humanos, la Subsecretaría de Cultura que funciona en el remodelado
edificio de Rondeau 29, el área de Mantenimiento de las Escuelas Medias
dependientes de la casa de estudios, la Escuela de Agricultura y la editorial
EdiUNS.
Las pasantías, siempre de acuerdo al proyecto que vio luz verde en el CSU en
mayo pasado, tendrán una duración de entre un bimestre y un año, con la
posibilidad de una extensión por un semestre al final de ese plazo.
“Los primeros dos meses, como en cualquier tipo de trabajo, se tiene que ver la
adaptación de uno y de otro. El año es el tiempo de la pasantía. Y la
renovación por seis meses tiene que ver con los nuevos llamados y los proyectos
o procesos que estén en marcha a los que no se pueda darle un corte abrupto, o
cuestiones que tengan que ver con la dinámica de trabajo y requieran seis meses
más”, detalló Silberman.
Formas de ingreso y selección
Tal como ha quedado dicho, la implementación del programa de pasantías
permitirá a la UNS cumplir con las normativas vigentes, que exigen un cupo de
al menos el cuatro por ciento de personas con discapacidad sobre el global de
trabajadores de una entidad. Acerca de la modalidad de selección, Silberman
explicó que “cómo se logra ese cuatro por ciento es toda una discusión, porque
las instancias de ingreso a la Universidad son por concurso. Y generar espacios
para personas con discapacidad obraría en una discriminación positiva. (De ese
modo), sería difícil asegurar ese porcentaje”.
La solución llegó mediante “un convenio con el Centro de Formación Laboral 1,
donde nos hemos encontrado con gente fantástica. Hay una ley que regula las
pasantías, y desde el Centro eligen de acuerdo a los perfiles y necesidades que
tienen a los pasantes y los lugares de trabajo, y nosotros lo que les podemos
ofrecer en cuanto a posibilidades y tutoreo”.
Cabe agregar que en la resolución del CSU se estableció, además, que existirá
la posibilidad no vinculante de que posteriormente los pasantes ingresen a la
planta estable de trabajadores de la Universidad, para lo cual deberían rendir
un concurso.
En principio, los cupos abiertos son seis. Pero, anticipó el funcionario, la
idea es que “el año que viene se incorporen más”.
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