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Seguir denunciando
Alberto Rodríguez, testigo de crímenes cometidos por la Triple A en Bahía Blanca había terminado un ensayo en el centro cultural La Panadería cuando fue amenazado por un joven desconocido quien lo insultó y le dijo que en su familia “iba a correr sangre”.
Categoría: Locales

Alberto Rodríguez, testigo de crímenes cometidos por la Triple A en Bahía
Blanca había terminado un ensayo en el centro cultural La Panadería cuando fue
amenazado por un joven desconocido quien lo insultó y le dijo que en su familia
“iba a correr sangre”.

Alberto Rodríguez sabe mucho del accionar de la Triple A en Bahía Blanca y
siempre denunció al respecto. Tal es así que es testigo directo de crímenes
cometidos por esa organización paraestatal y es también querellante en la causa
que se sigue en ese sentido.
Rodríguez es por ejemplo testigo del asesinato de David “Watu” Cilleruelo”,
llevado a cabo en 1975 en dependencias de la Universidad Nacional del Sur cuya
investigación también tiene a miembros de la Triple A como responsables al
tiempo que en su momento vinculó a ésta a Néstor Montezanti lo cual finalizó en
un juicio en el que Montezanti querelló a Rodríguez.
Lo cierto es que con toda esta información cuesta no relacionar la misma con
las amenazas de muerte que el propio Alberto Rodríguez, militante y actor,
sufrió en el patio del centro cultural La Panadería: “Estábamos ensayando una
obra de teatro, habíamos terminando, estaba fumando un cigarrillo en el patio y
de pronto entra una persona. Un integrante del grupo le pregunta qué deseaba,
le dice “no, con vos nada” y me señala a mí”. Le contó Rodríguez a EcoDias en
una entrevista sobre lo sucedido.
Rodríguez se dirigió hacia la persona, un hombre joven, para ver qué quería y
allí el desconocido comenzó a levantar la voz: “…que le cagué la familia, que
destruí una familia, que ahora yo era el que la iba a pagar, que iba a saber lo
que era destruir una familia y que en mi familia también iba a correr sangre… estuvo
así mientras yo le pedía un por qué”.
Rodríguez no lograba entender qué llevaba al joven a que lo increpara e
intentaba recordar algún posible accidente o incidente en el cuál alguien
pudiera haber salido perjudicado y él no se dio cuenta: “La verdad que no sabía
de qué me estaba hablando, no conocía al muchacho éste, por lo tanto lo vi tan
alterado que lo único que atinaba yo a preguntar era por qué. Era joven, bien
vestido, cuando sale sube a un auto sport blanco Peugeot de muy buena calidad”.
En el auto esperaba otra persona que Rodríguez tampoco conocía. “No, a ninguno
de los dos los conocía. Salieron, obviamente algo de la patente vi y lo pasé a
la fiscalía en mi declaración”.
Al volver a La Panadería sus compañeros le preguntaron por qué estaba así y
Rodríguez les cuenta que lo amenazaron de muerte pero que no se imagina por
qué. Allí alguien preguntó si la amenaza no tendría algo que ver con que
Rodríguez es testigo por los casos de la Triple A o por lo ocurrido con
Montezanti. “Ahí cayó una ficha que puedo tomarla como una de las causas”.
Si bien no hay confirmaciones al respecto, EcoDias le consultó si todas las
sospechan giran en torno a esa hipótesis: “Mirá, yo lo único que te puedo decir
es eso, estoy bajo secreto de sumario. La fiscalía es la que está llevando
adelante este tema”.

Preocupación
EcoDias preguntó a Rodríguez sobre sus sentimientos tras lo ocurrido y si
los mismos refieren a temor, a indignación o a ambas cosas juntas: “En realidad
lo que siento es preocupación por mi familia, temor no. Esto de tener que estar
bajo protección y lo que lleva e implica que tu familia también esté siendo
protegida y además sabiendo que yo no soy el único testigo”.
Rodríguez se pronunció para que la justicia tome cartas en el asunto para con
los imputados por los crímenes de la Triple A: “Llevarlos al banquillo de los
acusados, y si son inocentes liberarlos, si son culpables darles la pena que
merecen por las muertes que hubo en Bahía Blanca bajo las condiciones de los
años 74, 75 y casi 76 de los cuales los que tienen más de cincuenta creo que
saben quiénes eran, dónde paraban… digamos la esquina de la CGT de Mitre y
Rodríguez…el que se hace el inocente es porque nunca pasó, nunca quiso mirar.
Cuando andaban con el 125, con el Dodge, con la fiambrera, todos sabíamos
quiénes eran, quién era el jefe que era Rodolfo Ponce ¿Nadie lo sabía?
Preguntale a compañeros periodistas un poco con edad y te lo van a certificar”.

Rodríguez le aseguró a EcoDias que va a seguir denunciando los hechos como lo
viene haciendo desde hace cuarenta años: “El 3 de abril del 75 fue mi primera
denuncia en la Policía Federal. Después me tocó la época de la dictadura ante
el secretario del juez Madueño que era Sierra, y Girotti, ir a declarar, me
carearon con Argibay, quien matara a Watu. Y me carearon de forma tal que un
poco más yo era el culpable y él era un pobre hombre. Así que si no paré en ese
momento, no van a pensar que voy a parar ahora. Ni yo ni los demás testigos que
conozco que pueden dar testimonio, van a dejar de prestar declaración”.

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2015-06-16 00:00:00
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