Se elaboró en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza a fin de adoptar
medidas para la recuperación y tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y
electrónicos bajo criterios ecológicos y sociales.

La adquisición de productos electrónicos y eléctricos se ha ido
incrementando con el correr del tiempo a tal punto que, los que pueden, llegan
a tener más de un aparato de iguales características en sus hogares sin contar
aquellos electrodomésticos tal vez no de primera necesidad que se han ido produciendo
con el correr de los años.
Esa presencia de tantos aparatos en una casa hace que cuando se rompen y no
tienen arreglo o bien cuando se los quiere cambiar, pasen a ocupar otro lugar
de la vivienda debido a que no hay un sitio donde tirarlos.
En peores casos terminan en un container mezclado con otros residuos y
mezclados incluso con los de vecinos de toda la cuadra o bien en cualquier
vereda o terreno baldío.
Desde la municipalidad se han hecho campañas periódicas al respecto pero, se
insiste, no hay un lugar donde uno pueda ir hoy a depositar su electrodoméstico
ya sin uso.
Desde el Concejo Deliberante se elaboró un proyecto de ordenanza para la
creación del Programa Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos”.
La idea es que se adopten medidas para la recuperación y tratamiento de esos
residuos bajo criterios ecológicos y sociales.
El autor del proyecto es el concejal Sergio Massarella (Bloque Frente para la
Victoria 27 de Octubre) quien atendió a EcoDias para definir qué se busca con
la iniciativa: “Resolver problemas que se le presentan al vecino que a
veces no son pensados y le generan realmente una complicación importante. De
hecho el proyecto surge por una realidad, un grupo de vecinos me planteó que se
le había roto el televisor a uno, la heladera a otro y que una vez que habían
podido comprar un aparato nuevo, qué hacían con el que ya no funcionaba, tanto
la heladera como con el televisor. Por tal motivo nos pusimos a pensar desde el
bloque la necesidad de encontrar una solución a este tipo de problemas.
Propusimos que a través del municipio se elijan estratégicamente puntos fijos
donde el vecino sepa que puede llevar allí ya el aparato eléctrico o
electrónico que no funciona. Entonces por un lado se le resuelve un problema al
vecino que sabemos que no es frecuente que se le presente pero cuando surge
esta situación no tiene cómo resolverla el vecino de la ciudad”.
En los considerandos del proyecto se informa que según
la Secretaría de Ambiente de la Nación, durante 2008 los argentinos desechamos
80 mil toneladas de residuos eléctricos y electrónicos lo cual da un porcentaje
de 2 kilos por habitante. A su vez, Argentina desechó en 2012, 440 mil
toneladas de residuos vinculados a informática, celulares y otros aparatos.
“Una vez que el vecino lleva este aparato al lugar al que el municipio
determine, a partir de allí a este elemento se le daría el tratamiento
correspondiente. Ya sea la posibilidad de un reciclado o en el tratamiento
final del mismo por el hecho de que este tipo de productos tienen componentes
que son considerados como sustancias peligrosas y que tienen que tener un
tratamiento especial.
Con lo cual estaríamos trabajando sobre dos temas, el primero resolverle una
situación al vecino que le genera un conflicto y el segundo a este tipo de
aparatos eléctricos o electrónicos darle el tratamiento que correspondan y no
que terminen en un container del barrio o tirados en un baldío”.
Consultado sobre si existe una estructura para dicho tratamiento y reciclado,
Massarella respondió: “Si, porque hay ya experiencias muy similares. Por un
lado hay un lugar que recibe tengo entendido que está trabajando bien pero que
recibe solamente elementos como computadoras y por el otro lado hay campañas
que se realizan una o dos por año con respecto a este tipo de situaciones. Por
tal motivo la posibilidad existe, lo que hoy hay que hacer desde el municipio
es establecer cuáles son los mejores puntos estratégicos, informarlos al vecino
y de allí continuar como se trabaja cuando se hacen este tipo de campañas que
son quizás una o dos en el año y que creo que hoy como ha crecido la ciudad,
como se ha incrementado la producción en este tipo de aparatos, heladeras,
lavarropas, televisores, computadoras, electrodomésticos, también hay que
empezar a pensar qué destino se les va a dar y qué tratamiento van a tener
cuando ya no funcionen más”.

Solucionar el problema
Como ya se dijo la producción a nivel no solo nacional sino también mundial
se ha incrementado muchísimo e incluso las constantes innovaciones en
aparatología ayudan a eso. El tema es estar preparado para recibir esa
producción y estar preparados además para brindarles un tratamiento cuando se
conviertan en basura no solo para que no ocupen lugar en casa sino
fundamentalmente por el cuidado del medio ambiente.
“Imaginá cuando se rompe la heladera, está bien no sucede todos los meses pero
cuando sucede uno inmediatamente primero intenta suplir la heladera rota,
intenta acceder a una nueva. Ahora, qué hace después con la heladera vieja. En
ese momento es un problema, lo mismo el televisor, lo mismo la computadora, lo
mismo los electrodomésticos.
Y segundo, me parece también un tema importante, una vez resuelto ese problema
que el vecino tiene la posibilidad de resolverlo, qué tratamiento se le da.
Sabemos que una heladera no puede tratarse de la misma manera que el residuo
familiar que se genera del día a día, que se saca en una bolsa y luego es
recolectado por los camiones de basura y luego llevados a un relleno o al
tratamiento que corresponde. Bueno, una heladera no se puede hacer eso, un
televisor tampoco, una computadora menos. Por eso digo, hay que empezar a
pensar cómo resolvemos este conflicto y qué tratamiento le damos a este tipo de
basura”.
Respecto a qué sucede con ese tipo de residuos hoy, Massarella comentó. “Generan
una situación compleja por una cuestión de medio ambiente, por una cuestión de
cuál es el destino que se le da porque se anula también la posibilidad de
reciclar ese tipo de aparatos que en algunos puntos pueden ser utilizados con
parte de sus componentes para otros”.
Massarella señaló que no se necesitaría una inversión muy grande para
desarrollar el programa: “Insisto, hay experiencias en esto, sí reconozco que
el municipio para hacer puntos fijos y permanentes va a tener que tener una
pequeña estructura de una vez recibido dónde se lleva y qué tratamiento se le
da porque ese lugar sí tiene que ser cerrado, tiene que contemplar la posibilidad
de derrames de este tipo de aparatos, tenerlos ubicados de una forma y en un
lugar determinados. Habría que hacer una pequeña inversión pero digo, en un
presupuesto de mil ochocientos millones de pesos, destinar una partida
presupuestaria a resolver este tipo de problemas necesarios hoy y que creo yo
se va a ir agudizando a lo largo del tiempo, me parece que amerita trabajarlo”.
El proyecto tendría su debate en la comisión del Concejo Deliberante dedicada a
la cuestión medioambiental mientras que luego se pretende que se vote en sesión
del Concejo Deliberante: “A partir de allí estamos abiertos a modificaciones
que superen y mejore la idea en función de, insisto, mejorarle la calidad de
vida y resolverle un problema al vecino cuando se le presenta. Obviamente que
el mecanismo si llegase a tener tratamiento y si es aprobado, el Ejecutivo
decidirá si lo acepta o no y luego, de ser aceptado, lo reglamentará y dirá
cuál es la forma de llevarlo adelante”.