El grupo de talleristas nucleados en el Programa de
Empleos Municipales, PRENOM, se encuentran en estado de acción y alerta ante la
falta de información sobre la situación a partir del 2018. El 30 de noviembre
pasado terminaron los contratos, al igual que el programa Envión, y el futuro
de la actividad cultural en los barrios bahienses es incierto.

El Prenom, bajo la órbita de la Dirección de Empleo,
involucra cerca de 60 educadores, englobados en una figura de contrato laboral
precarizado. Guillermina, una de las talleristas autoconvocada, se refirió a la
situación que atraviesan: “hemos decidido comenzar un reclamo juntos, la idea
es expandirlo y poder a incorporar a todas las personas que se dedican a dar
talleres dentro del municipio, porque formalmente no hubo respuesta para ningún
lado”.
“Elevamos un petitorio en el cual, entre otras cosas, pedíamos que se salga de
la condición de trabajo precarizado, porque algunos están en Prenom y otros como
monotributistas, para prestación de servicios”, sobre esta grave situación
Guillermina aclaró que “en el momento que ellos quieran se puede prescindir de
un servicio”.
La tallerista lleva seis años brindando cursos sobre elongación por biomecánica
en barrios como Villa Esperanza y actualmente en el Centro de Jubilados de
Villa Ressia, en este sentido, la gente está al tanto y disconforme con la
situación, y les han dicho que de realizar alguna medida de acción pública
ellos los acompañarán.
 Guillermina remarcó que desde el municipio “impiden que accedan a la
cultura, concretamente, a la educación, algo que es cien por ciento
responsabilidad del Estado el no acceso de estas personas”.
Por último, a algunos talleristas bajo el Prenom se les notificó que empezarían
en marzo de 2018, y a otros, como el caso del Envión en febrero, una situación
de dilación y falta de información que los mantiene expectantes, en estado de
reunión y asesoramiento, con resolución de accionar legalmente, si es
necesario.