©Todos los derechos compartidos

Más caro que vivir
El solo traslado del cuerpo de la persona fallecida al cementerio en que descansará, supera holgadamente al monto de un salario mínimo. Las cifras se disparan si se suman distintos servicios de honras fúnebres: habrá que destinar varios meses, o incluso años, de mal vivir, para obtener un buen morir.
Categoría: Locales

En Bahía Blanca, parece ser más
que rentable. El solo traslado del cuerpo de la persona fallecida al cementerio
en que descansará, supera holgadamente al monto de un salario mínimo. Si a ello
se suman distintos servicios de honras fúnebres, las cifras se disparan y
arrojan una rápida moraleja: habrá que destinar varios meses, o incluso años,
de mal vivir, para obtener un buen morir.
 
El
proyecto de estructurar un servicio municipal universal de sepelios en el distrito
de Bahía Blanca, presentado al Honorable Concejo Deliberante (HCD) por un grupo
de estudiantes de Abogacía de la Universidad Nacional del Sur (UNS) bajo el
lema “Honrar la Vida”, otorgó mayor visibilidad a los números que arroja el
negocio fúnebre bahiense y dejó en pie una polémica que toma forma de pregunta:
¿es aquí demasiado caro morir?
A lo largo de esta nota, EcoDias desarrollará varios ítems a considerar para
tener una idea de cuán oneroso resultan los servicios de velatorio, sepultura y
homenajes a una persona fallecida.

¿Cuánto, cuánto?
Los costos en el servicio de sepelio varían mayormente según el ataúd
elegido y su destino. En caso de ser destinados a tierra, el abanico de
posibilidades marca opciones siempre más económicas a sus equivalentes para
nicho.
EcoDias realizó un sondeo y obtuvo algunos números. En principio, las dos funerarias
ubicadas en el centro de la ciudad -sobre las que pesa la sospecha de que
pertenecerían a la misma empresa-, ofrecen un servicio destinado a personas de escasos
recursos o a aquellos casos en que, por diferentes cuestiones, no se desea
realizar velatorio ni acompañar al fallecido con un cortejo fúnebre. Esta
opción básica cuesta 6.300 pesos, y está destinada exclusivamente a los occisos
que tendrán como destino una sepultura en tierra. Incluye la búsqueda del
cadáver, su preparación y colocación en el ataúd en las instalaciones de la
empresa y, tras una noche en el depósito, el traslado sin más al cementerio
elegido.
A partir de 7.400 y 7.900, según la empresa, deben empezar a contarse los
aranceles para los servicios completos. Los montos suben a entre 8.200 y 8.500
para el caso en que el destino sea un nicho, debido a que en ese caso el ataúd
debe ser sellado por dentro, implicando mayores materiales y fuerza de trabajo.
En cualquier caso, este servicio es el más económico entre los estándar. Supone
la disposición de un único automóvil de acompañamiento y un ataúd de
fabricación nacional.
Los montos suben a alrededor de 9.200 y 10 mil pesos, para tierra y nicho
respectivamente, si se pretende sumar un vehículo más y acceder a una sala velatoria
de mayor capacidad. La siguiente opción eleva la calidad de la madera del
ataúd, que en este caso es de cedro, y asciende a unos 11.300 y 12.110 pesos,
respectivamente.
Los precios reseñados hasta aquí refieren a servicios estándar, como ha quedado
dicho. A partir de 12.600 pesos y hasta un tope de unos 70 mil deben contarse
los calificados como “superiores”, que disponen de ataúdes de roble o cedro,
una sala más amplia y una flota mayor de automóviles.
Los montos detallados pueden pagarse, garantías mediante, a través de un plan
de pagos que orilla los dos puntos porcentuales mensuales en concepto de
interés, y cuya suscripción debe acordarse dentro de los diez días de producido
el fallecimiento. Actualmente, vale aclarar, la Administración Nacional de la
Seguridad Social (ANSES) otorga un subsidio de “contención familiar” a los
deudos de una persona fallecida, siempre y cuando se trate de un jubilado o
pensionado. El monto asciende a 1.800 pesos.
Los números reseñados en cuanto a costos marcan un aumento respecto a 2009 del
orden del 65 por ciento por el servicio más económico, que ni siquiera incluye
velatorio. El monto, de 6.300 pesos, representa más de dos meses completos del
salario mínimo, vital y móvil vigente. Y más de tres veces si lo que se
pretende es acceder al más módico de los servicios estándar. Para pagarlo en
una docena de cuotas, un trabajador que perciba como salario el mínimo, vital y
móvil, debería destinar -en caso de no contar con el mencionado subsidio de
ANSES- más del 30 por ciento de su sueldo, durante un año. La proporción crece,
por supuesto, cuando se pretende ascender en la tabla de oferta de servicios
arriba reseñada.
La escasa diferencia entre un servicio de mero traslado al camposanto y otro
que dispone ya de un velatorio y un cortejo estándar es adjudicada al valor de
los ataúdes, que mantiene un piso aún en las opciones más económicas. Sin
embargo, este periódico pudo averiguar que los precios más módicos en este
rubro no excederían los 1.200 pesos para el caso de los féretros destinados a
tierra y los 1.800 para los que irán a un nicho. Si entre tanto número se
perdió, recordamos a esta altura que se les cobra 6.300 a los familiares que
contratan únicamente el servicio de traslado al cementerio con la previa
compostura del cadáver y su disposición en el atúd.

Última morada
El cementerio municipal ofrece una opción pública para la sepultura de las
personas fallecidas. Allí, también las opciones varían para los casos en que el
destino sea nicho o tierra.
Para la inhumación en tierra de un cadáver solo, deben pagarse 69,17 pesos y
luego 30 pesos más por año. Cuando el entierro es en un espacio donde ya se
encontraba un familiar, la cifra inicial baja a 60,17 pesos y se mantienen los
30 anuales. Una opción para el primer caso es abonar 183,30 pesos en el momento
de la inhumación, quedando pago un lustro completo. Esta posibilidad no se
encuentra disponible para el caso de los nichos.
En cuanto a la sepultura en nicho -llamada “tumulación”-, depende del lugar
donde éste se ubique dentro del cementerio. Los de menor altura poseen un
precio más elevado. Los montos para el pago de la tumulación oscilan entre 206
y 273 pesos. Por año, los aranceles varían entre los 41,60 y los 108,68 pesos.
Las tarifas a pagar por cremaciones estipulan un costo de 300 pesos cuando se
trata de restos ya reducidos, o 600 en el caso de que el cadáver pertenezca a
una persona fallecida recientemente.

El traslado
También los traslados están regidos por distintos cánones. Para el
“simple”, de una sepultura en tierra a otra, el costo es de 36,37 pesos. De
nicho a tierra, 28,47. Y desde otro cementerio al municipal bahiense, de 47,19
pesos.
La verificación acerca de si se puede efectuar la reducción sobre los restos de
una persona fallecida cuesta 13 pesos para el caso de los nichos y 26 para de
las sepulturas en tierra, donde el trabajo a realizar es mucho mayor. Para efectuar
la comprobación, deben haber pasado como mínimo cinco años desde el
fallecimiento.

Monumentos y placas
Los precios para ornamentos en tumbas y nichos también se constituyen en
otro valor a considerar, para dar una terminación al lugar de reposo de los
seres queridos.
Los monumentos oscilan sus precios entre los 2.800 pesos y los 3.200. Las
placas, por su parte, varían el suyo según su superficie, peso y composición.
La más económica es la laminada y niquelada, con una superficie de 10 x 20
centímetros, que tiene un costo de 130 pesos. Con el aumento en sus medidas,
crece proporcionalmente su precio. De los mismos materiales y 15 x 25
centímetros, asciende a 230 pesos.
También existe la posibilidad de comprar una placa de bronce niquelada. Los
valores también dependen de la superficie: la más barata cuesta 280 pesos y
mide 23 x 12 centímetros. La más onerosa ronda los 450 pesos y ocupa 30 x 20.
Agregar una foto de la persona fallecida, enmarcada y de unos 9 x 12
centímetros, cuesta alrededor de 300 pesos.
Finalmente, el par de floreros ronda los 180 pesos. Y si se trata de una
persona que profesa la religión cristiana, una representación de la cruz de
Cristo oscila su costo entre los 130 pesos (para una medida de aproximadamente
30 centímetros) y 270 (para el doble de largo).

Dígalo con flores
La tradición de rendir homenaje a las personas fallecidas a través de
ofrendas florales ha transitado por distintas etapas a lo largo de la historia
de las culturas que la tomaron. En la Antigüedad, los arreglos florales eran
ofrendados a los difuntos por el temor a que sus espíritus tomaran algún tipo
de represalias sobre los que quedaban en este mundo. Actualmente, al menos en
Occidente, se considera a esta costumbre como una manera de expresar respeto
hacia el fallecido y acompañamiento a sus deudos.
Consultando en distintas florerías de la ciudad, EcoDias pudo conocer precios
que orientan en cuanto a los costos económicos que implica el homenaje floral a
un difunto. La opción más onerosa es siempre la corona, seguida por las palmas.
Estos arreglos florales suelen hacerse principalmente con gladiolos,
crisantemos y claveles, y en virtud de esta composición oscilan sus precios. La
palma más económica cuesta 300 pesos, mientras que la corona más barata se paga
unos 500.
Otra opción la configuran las cruces de mano. Estos arreglos son confeccionados
a partir de crisantemos o claveles. Para el primer caso, cuestan 120 pesos. En
el segundo, 150. En caso de que se quisiera añadirle algunas rosas, el precio
trepa a 160 y 190, respectivamente.
Una última posibilidad son los ramitos velatorios, que salen unos 100 pesos y
pueden ser de claveles, crisantemos o la variedad de margaritas conocida como
“San Vicente”. Incluyen un moño blanco y una tarjeta con el nombre de la o las
personas que rinden tributo al difunto.

Pétalos de vida
 Solidaria, original y bastante más
módica, la opción de los Pétalos de Vida también se presenta a quienes desean
expresar el respeto a una persona fallecida o el acompañamiento a los
familiares que atraviesan por el difícil trance de una pérdida.
En nuestra ciudad, este servicio es comercializado por la Cooperadora del
Hospital Municipal de Agudos “Doctor Leónidas Lucero”, que maneja tres
modalidades distintas de precios.
Si quien desea rendir el homenaje es un familiar, dispone de otras tres
opciones: la tarjeta blanca, con un costo de 35 pesos; la plateada, a 50; y la
dorada, por 80.
Para la modalidad grupal, que incluye a amigos del fallecido o su familia, el
costo es de 65, 80 y 100, respectivamente. Finalmente, si se trata de una
empresa, las posibilidades se reducen a las últimas dos.

Avisos fúnebres
En nuestra región, los hechos cobran una entidad distinta si son reflejados
por el diario local. Por ello, otra extendida forma de manifestar el dolor o el
respeto para con una persona fallecida radica en publicar una participación en
la sección de avisos fúnebres.
Los costos que se manejan para ello son de aproximadamente 91 pesos si se trata
de familias o empresas y, en el caso de ser personal, 80. Si la participación
es grupal se sumarán al monto reseñado entre 7 y 8 pesos por cada firmante. Finalmente,
los recordatorios pueden alcanzar cifras de hasta 210 pesos, o de 280, si se
pretende incluir una fotografía.
Estos precios actualizados marcan que el diario aumentó desde 2009 casi en un
cien por ciento el costo de las publicaciones para el primer caso. Veinticuatro
meses atrás, percibía 52 pesos por cada aviso de familias o empresas. En menor
medida aumentó también el precio para las participaciones grupales.



facebook
Twitter
Follow
2011-10-31 10:19:00
Relacionados
ESTEMOS CONECTADOS
campañas
144 600x600px (1)
137 (1)
adhesiones
adhesion facundo 600x325px (1)
adhesion lopez 600x325px (1)
última Edición
Cooperativa Ecomedios
Nos apoyan
Nosotros
Ecodías es una publicación de distribución gratuita.
©Todos los derechos compartidos.
Registro de propiedad intelectual Nº5329002

Los artículos firmados no reflejan necesariamente la opinión de la editorial.
Agradecemos citar la fuente cuando reproduzcan este material y enviar una copia a la editorial.

> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt


es un producto de:

Matrícula INAES 40.246. 

Desarrollado por Puro Web Design.

RSS
Follow by Email
Telegram
WhatsApp