Con la presencia de adultos mayores, promotores y
profesionales de salud se desarrollaron las primeras jornadas institucionales,
“Construyendo un nuevo paradigma de vejez”, dedicadas a la promoción de derechos
de las personas de edad.

La Universidad Nacional del Sur en sus tareas de de Cultura y Extensión,
propuso los días 27 y 28 de agosto con conferencias vinculadas a la visión,
gestión, programas, representaciones culturales y promoción social de los mayores
integrados, como así también, paneles que expusieron sobre el envejecimiento
activo y los alcances neurológicos del mismo.

Envejecemos
según vivimos
Los mitos de la
vejez vinculan esta etapa con la enfermedad, la patología, con la disminución
de los procesos cognitivos, el cese del aprendizaje, la pérdida de la vitalidad
y la asexualidad. Combatir los mitos en relación con esta etapa de la vida, no
es una actividad sencilla, concebidos como socialmente aislados, frágiles o
verse asimismo como cargas para su familia, no nos permite entender que es un
proceso muy diverso, que la edad mental no pasa únicamente por lo físico o por
las perdidas de memoria, visión o audición.
La Organización
Mundial de la Salud, en 1979 ha definido los parámetros de edad de los adultos
mayores, si habitaban en países desarrollados a los 65 años y si vivían en
países en desarrollo 60 años. La etapa de los viejos jóvenes se establecía desde
los 60 a 74 años y los “viejos viejos”, a partir de 75 años. La Sociedad de
geriatría y gerontología de Méjico habla de vejez de 60 a 79 años y de
ancianidad a partir de los 80 años. “Estas clasificaciones son bastante
arbitrarias. Argentina es un país con una población envejecida. Organizaciones
internaciones aseguran que si el 10% de la población tiene 60 años es posible
definirla de esta forma”. Según el INDEC 2010, en Argentina el 13,4% cuenta con
60 años y 10,2% tiene más de 65 años. La provincia de Buenos Aires contiene una
población de 60 años en un porcentaje representado en el 14,9%, mientras que el
10,7% más de 65 años. En la población de nuestra ciudad el 17,8% ya cumplió 60
años y el 13,1% tiene 65 años. Estamos en una ciudad con una población
envejecida, con datos bien concretos de una expectativa de vida mayor. PAMI y
la UNS se dieron cuenta de esta situación y acordaron integrarlos. Es una forma
de incorporar nuevos espacios, no solamente académicos, sino también de
accesibilidad física”, cuenta la Licenciada Mabel Giménez.
El
envejecimiento poblacional es una variación en las tasas de fecundidad y
mortalidad, a consecuencia de transformaciones culturales, sociales, políticas,
científicas y económicas. El nuevo rol de la mujer y la posibilidad de
planificación de la familia, modificó los índices de natalidad, del mismo modo,
que las mujeres prefieren ser madres luego de los 30 años o más. A estos
resultantes, la expectativa de vida aumentó en 20 años más después de los 60.

Envejecimiento
poblacional
Es posible
caracterizar este proceso, ya que en el año 2000 había 70 millones de adultos
mayores de 80 años, en año 2050 será 50 veces más en número. Por lo tanto, ya
se entiende que el envejecimiento será el rasgo fundamental del siglo XXI.
Además, las mujeres viven más que los hombres, esto es conocido como
feminización de la vejez. Más allá de lo que se pueda creer el envejecimiento
poblacional es un proceso heterogéneo, global y profundo, con rasgos
particulares según sea el lugar, pueblo o cultura. Este estado de situación
pone en discusión la distribución de ingreso, crecimiento económico, sistema de
pensiones y jubilaciones, consumo y ahorro, los sistemas de salud, sistema de
cuidados, composición de la familia, condiciones de vida, vivienda, etc. Por
ejemplo, uno de los temas de los que no se habla, es la necesidad de adaptar la
vivienda para prevenir accidentes y en la construcción y acceso de edificios.
Los panelistas
fueron Federico Susbielles, gerente de coordinación de unidades regionales de
PAMI, el Dr. Damián Vanzini, Lic. Fernando Menichelli, Dra. Nebel Moscoso, Lic.
Martha Rivas, Dr. Gustavo Sgrilli y Dr Eugenio Semino.
El
envejecimiento activo afectará los tres sistemas:
-Sistema de
jubilaciones y pensiones, se hará notable el planteo de trabajo en negro y el
futuro de otras generaciones de jubilados.
-Sistema de
salud, se planteará la atención de los adultos mayores para que responda a sus
necesidades
-Sistema de
atención social y quiénes serán los encargados de cuidar a los adultos mayores
de la familia. La inserción de la mujer en el mercado del trabajo hace más
difícil su atención por parte de las familias.
La agenda
internacional se viene ocupando del tema desde 1982, cuando se realizó la
Primera asamblea mundial en Viena, ya en 1991 se declararon los principios para
los adultos mayores: independencia, participación, cuidado, autorrealización,
dignidad. Establecida la preocupación a nivel mundial, en 2002 se realizó una
declaración política para atender el plan de acción para personas de edad,
atender su desarrollo, el fomento de la salud y el bienestar en la vejez, la
creación de entorno propicio y favorable. En 2003 se cumplió una convocatoria
en Chile, junto a CEPAL, para atender las necesidades de Sudamérica y para
entender cómo es el proceso de envejecimiento de la región. Una de las pautas
para pensar esta etapa es la de percibirla como un proceso generalizado, que es
más veloz que el de los países desarrollados, contextos sociales frágiles con
mayores niveles de pobreza y desigualdad económica.
El abordaje de
los adultos mayores incluye estudiar el aumento de la proporción de personas
mayores en los hogares, a causa de determinaciones demográficas y tipo
sociocultural en convivencia de distintos grupos etarios, dándose el caso de
convivencia de padres mayores con sus hijos adultos. El uso del parámetro edad,
a efectos jubilatorios, por lo tanto, más bien relacionado con la normativa que
la cultura otorga a los cambios ocurridos a la corporalidad. De estas
cuestiones, se hace urgente el trabajo con las políticas de la vejez, la
planificación de acciones organizadas por el Estado para hacer frente a las
consecuencias sociales, económicas y culturales del envejecimiento y de las
personas y la decisión de otorgar presupuesto para concretar las medidas.

Cambio de
paradigma
En las
conclusiones de las jornadas, se reconoce a los adultos mayores como poseedores
y constructores de derechos individuales y colectivos. Se planteó la necesidad
de impulsar políticas públicas que promuevan sus derechos, entenderlo de esta
forma, es verlos como sujetos de derecho, considerándolos fundamentales y
activos en la construcción, ejercicio y visibilidad de los mismos.
“Implica su
participación en el diseño, monitoreo y propuesta de una nueva visión del
envejecimiento poblacional y la vejez. Este nuevo paradigma pone en plena
realización de todas las dimensiones del ser humano no solo de la salud,
también, con mayores oportunidades en el trato y participación política, para
concebirlos como contribuyentes activos y lograr el beneficio de su desarrollo,
en una sociedad integrada desde el punto de vista de la edad. Esto nos permite
pensar a los adultos mayores desde una visión integral”.