Arrancó el Programa de Garrafas
Sociales, con 9.300 garrafas para cubrir los tres meses de invierno, destinadas
a familias en situación de vulnerabilidad social, adultos mayores sin cobertura
y personas con enfermedades crónicas.

Como cada año la Secretaría de Promoción Social municipal inició el Programa de
Garrafas Sociales. La iniciativa consiste en la entrega de garrafas para paliar
el periodo invernal a familias en situación económica desfavorable, adultos
mayores sin cobertura social y personas que sufren enfermedades crónicas.
Primero se realiza una inscripción para luego otorgar vales que habilitan a la
adquisición de una garrafa mensual. Existen dos tipos de vales: los celestes,
que tienen un valor de cinco pesos, y los blancos, que son gratuitos. Un grupo
de trabajadoras sociales evalúa la situación de las familias y a partir de allí
se decide qué vale corresponde a cada familia.
El programa corresponde a junio, julio y agosto e incluye a familias anotadas
en años anteriores y a las que se inscriben por primera vez. Si bien la
inscripción ya está confeccionada no surgen inconvenientes si alguien necesita
de la garrafa y no figura en la lista,
EcoDias conversó con la licenciada en Trabajo Social Claudia Chauvié,
jefa de Acción Comunitaria y a cargo de Servicio Social del municipio, quien
explicó que el programa sigue la misma modalidad que en sus inicios: “El
trámite se hace en la Delegación Municipal con las trabajadoras sociales, las
chicas atienden lunes y miércoles de 8 a 13 hs. todo el año. En abril ya la
gente naturalmente empieza a acercarse a preguntar si hay que reempadronarse y
cómo tiene que hacer”, momento en que las trabajadoras empiezan a tomar los
pedidos nuevos y a actualizar los datos: “La primera semana de junio ya están
los vales y esa semana las trabajadoras sociales están todos los días, después
retoman su horario habitual los lunes y miércoles”.
Ahora bien, toda esa tarea ya se hizo y nos encontramos a mediados de junio. La
pregunta es qué ocurre con quienes no se han empadronado: “Aquel que no haya
podido por alguna circunstancia haberse acercado antes, igual lo puede hacer, a
esta altura nos manejamos más o menos con el cupo que vamos teniendo. Nosotros
emitimos los mismos vales del año pasado, hay gente que no lo va a retirar
porque cambió su situación o porque se mudó, y eso nos permite bajas y altas. Con
ese margen las chicas se van manejando durante todo el mes de junio para hacer
nuevas incorporaciones”.
Hasta 2010 se venían comprando 3 mil garrafas por mes para cubrir la demanda de
todas las familias. Sin embargo, para este año se decidió adquirir 300 para
todo el invierno: “Esto fue por ahí como para tener un margen por si hacía
falta más”.
Más allá de que el programa tiene el objetivo de cubrir la situación invernal,
a lo largo del año las garrafas se pueden llegar a seguir utilizando a través
de lo que se llama vales de emergencia, “se entrega un vale sin costo para
algún caso puntual evaluado por la trabajadora social. Si nos llegara a quedar
algún excedente de invierno se utilizan en el transcurso del año para vales de
emergencia”.

Que nadie quede afuera
Inicialmente está establecido cómo tiene que ser la entrega, aunque la situación
de cada familia permitiría modificar la modalidad: “El vale celeste tiene un
costo de cinco pesos y el vale blanco se tramita en unidades sanitarias con la
trabajadora social. El vale blanco no tiene costo y es para personas ancianas
que no tienen cobertura, recursos y para personas con enfermedades crónicas”.
La iniciativa se remonta a 2004, cuando Mónica Grimberg, funcionaria del
gobierno municipal de Rodolfo Lopes, ocupaba la cartera social. Según Chauvié,
el programa no ha sufrido diferencias respecto al funcionamiento de años
anteriores. Su desarrollo y su base de datos facilita su marcha, así como el
trabajo metódico de las trabajadoras sociales municipales, quienes cuando
reciben a una familia que gestiona la Tarjeta Social en septiembre, la
incorporan para el siguiente invierno.
Ante cualquier duda se puede consultar en la delegación municipal correspondiente,
con DNI en mano: “Los cinco pesos que se pagan en cualquier boca de la línea
BAPRO van a una cuenta especial del municipio, y eso no se gasta en otra cosa
que no sea para comprar garrafas. Eso genera en la gente la tranquilidad y
seguridad de que ese dinero vuelve a las garrafas, ya sea para el año siguiente
o para alguna garrafa de emergencia que haya que comprar. O garrafas de
emergencia para instituciones comunitarias que también las entregamos sin costo”.
En lo que refiere a la vigencia de las garrafas, “en otros años el vencimiento
de las garrafas era el último día de agosto, y nos pasaba sobre todo con
adultos mayores que las garrafas le duraban más, entonces se les vencían los
vales y no las podían utilizar. Por eso ahora el vencimiento es el último día
de septiembre”.