El secretario del CSU habló sobre
la polémica de las tierras de valor millonario que son propiedad de la UNS y el
oficialismo desea vender. A través del diario La Nueva Provincia, Duprat
relativizó la oposición al conflicto, reduciéndola a “grupitos minoritarios de
chicos de Humanidades”. Qué es verdad y qué es mentira en su discurso. Además,
un antecedente muy cercano de la polémica.

El
lunes 13 de este mes, la edición del diario La Nueva Provincia sorprendió con
un artículo que reflejaba, en citas de estilo indirecto, el pensamiento del
doctor Diego Duprat, abogado y secretario del Consejo Superior Universitario
(CSU), uno de los órganos resolutivos del cogobierno de la Universidad Nacional
del Sur (UNS).
Las afirmaciones del profesional giraban en torno a la polémica despertada en
torno a la venta de tierras de propiedad universitaria, que registran valores
millonarios y de las que el oficialismo pretende deshacerse para financiar la
concreción de las obras de la ciudad universitaria aledaña al barrio Palihue,
proyecto que cuenta con máxima promoción pero no con un plan de obra, hasta
donde puede saberse públicamente.
Las palabras de Duprat cobran importancia por tratarse de uno de los más altos
funcionarios de la UNS, sobre un tema sensible para la comunidad universitaria
y al esperarse, para algunas de las próximas sesiones del CSU, el avance en el
tema que La Nueva Provincia considera que va “en cámara lenta” para su óptica
de voracidad.

Tierras que no has de habitar
EcoDias ya reseñó brevemente, dos ediciones atrás, el historial detrás de
la venta de tierras de la UNS. Se trata de casi cuarenta y una hectáreas
situadas en los barrios Patagonia y Palihue, de nuestra ciudad. Están divididas
en tres lotes: catorce hectáreas y media se ubican junto al emporio cultural
que configura el shopping local, otras tantas están detrás de la Escuela de
Agricultura de la UNS, y las restantes doce se encuentran en el barrio Palihue.
Como se verá, las tierras estatales de las que la casa de estudio quiere
desprenderse, están en las zonas más caras de una ciudad cuyos índices
inmobiliarios son de por sí altos.
El propio diario confirma esta idea: informa que una cotización estimada por
“una fuente inmobiliaria que prefiere permanecer en el anonimato ‘para evitar
susceptibilidades’” fija el precio en 36 dólares por metro cuadrado. Lo que da
un monto estimativo de catorce millones y medio de dólares, casi sesenta
millones de pesos argentinos.
Una fuente a la que no es fácil vincular con la defensa del patrimonio público,
como la Fundación de la Bolsa de Comercio de Bahía Blanca, confirma que las
perspectivas son de una mejora en los índices del mercado inmobiliario. O, al
menos, de una estabilidad. El informe que su Centro Regional de Estudios
Económicos emitió para el bimestre marzo- abril da cuenta de una encuesta que
marca que casi el treinta por ciento de los operadores consultados considera
que “a corto y mediano plazo” las condiciones generales del mercado de compraventa
mejorarán. Casi un diez por ciento entiende que las perspectivas de crecimiento
son “mucho mejores”. Sólo un 18 por ciento entiende que empeorará. El 55
restante prevé, al menos, estabilidad. Similares son los números en cuanto a
locaciones.

Gastón Milanesi es asesor inmobiliario del programa televisivo “Inversiones del
Sur” que se emite por Canal 9 de Bahía Blanca. Según se puede leer en su
propuesta en la red social Facebook, “como novedad este año traemos para
ustedes los consejos que debemos tener en cuenta a la hora de tomar decisiones
y concretar un negocio, con los profesionales de ciencias económicas más
destacados de la ciudad”. Es el mismo Gastón Milanesi, integrante del CSU y uno
de los firmantes del último dictamen que pretende acelerar la venta de los
macizos. De acuerdo a su interés en proceder a la transacción, es posible
inferir que se encuentra dentro del 18 por ciento de pesimistas que relevó la
Bolsa de Comercio. Desde esta perspectiva, el problema surgiría al encontrar
comprador para terrenos tan costosos y en medio de tan mal augurio.

Mentiras, no: medias verdades al revés
La oposición que el tema despierta en varios sectores de la comunidad
universitaria fue relativizada en forma despectiva por el secretario del CSU,
que dijo a La Nueva Provincia que se trata de “grupitos minoritarios, chicos de
Humanidades que andan diciendo: ‘No a la descapitalización del patrimonio’,
cuando en verdad lo que se pretende es sustituir activos’”.
La frase resume, sino mentiras, al menos varias medias verdades al revés. En
principio, es cierto que parte de la comunidad estudiantil del Departamento de
Humanidades se pronunció contra la venta de los terrenos. Pero es falso que la
oposición a tal venta se reduzca sólo a ese sector.
Más aún: la primera de las manifestaciones en contra de la operación
inmobiliaria provino de un grupo de docentes de la Escuela de Agricultura, bajo
cuya órbita se encuentran algunas de las parcelas. A pocos días de aprobado el
proyecto, el 22 de junio de 2004, remitieron una nota a la directora de la
entidad en la que rebatían cada uno de los argumentos con los que en ese
entonces el secretario técnico de la UNS Guillermo Lucanera había pretendido
convencerlos, sobre la conveniencia de dar curso a la venta.
Tal como informó ya EcoDias, uno de los argumentos ofrecidos en esa oportunidad
por Lucanera confirma todos los datos: el referido a la alta cotización que
exhiben los terrenos en cuestión. En próximas ediciones del periódico se
profundizará en la difusión de los argumentos esgrimidos por los docentes
opuestos a la operación inmobiliaria.
Pero hay más: año a año, la UNS destina parte de su presupuesto a fondos de
obras, con lo cual no sería necesario desprenderse de las codiciadas tierras
para edificar el emprendimiento en Palihue, con la consiguiente pérdida de
capital que ocurre en medio de transacciones de este tipo. Cuando el próximo
plenario del CSU trate el Presupuesto anual se podrán saber cifras exactas de
esta realidad.
Por otro lado, tal como reveló EcoDias hace una quincena, la resolución de 2004
faculta al CSU para cambiar el destino de los fondos que surjan de la venta de
los lotes. El texto no estipula razones ni fija límites a los eventuales nuevos
destinos. Hasta donde pudo saber este periódico, el proyecto edilicio no cuenta
con plan de obra aprobado a la fecha.

Antecedente platense
La polémica en torno a la venta de tierras universitarias cuenta con un
antecedente inmediato en la capital provincial, donde la Universidad Nacional
de La Plata (UNLP) quedó en el ojo de la tormenta al desprenderse de lotes
sitos en el partido de Lomas de Zamora, que fueron comprados por la empresa
Covelia.
Eso no es todo: esta semana se supo que está avanzado el proyecto para vender
otras parcelas, pertenecientes a la Facultad de Agronomía y dedicadas a tareas
de extensión e investigación. Como posible comprador aparece la empresa
transnacional Repsol- YPF.
La medida se complementa con una cesión de lotes a la Asociación de
Trabajadores de la Universidad Nacional de La Plata (ATULP), que planea iniciar
en el lugar la edificación de viviendas para no docentes de esa casa de
estudios.
El plan global encontró la oposición de buena parte de la comunidad
universitaria platense y halló difusión en los medios de prensa de la capital
provincial.
Entre los cuestionamientos que se hacen al proyecto se encuentran la fuerte
descapitalización del patrimonio que implicaría la transacción, la pérdida de
espacios de experimentación y desarrollo académico y, en el caso de la cesión a
ATULP, la realidad que indica que el gremio -afiliado a la Federación Argentina
de Trabajadores de las Universidades Nacionales (FATUN) y a la Confederación
General del Trabajo (CGT)- debería contar con un plan propio de construcción de
viviendas y recursos genuinos para llevarlo a cabo.