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Diálogo y convivencia
En la sede de la OMIC ya se encuentra funcionando el flamante Centro de Mediación Comunitaria que tiene como fin principal buscar una solución a situaciones conflictivas de vecindad.
Categoría: Locales

En la sede de la OMIC ya
se encuentra funcionando el flamante Centro de Mediación Comunitaria que tiene
como fin principal buscar una solución a situaciones conflictivas de vecindad.

La
televisión partidaria de los shows o de los programas llamados “reality” suele
mostrar múltiples problemas entre vecinos, que derivan en discusiones y peleas
en torno al conflicto en cuestión. Pero la televisión no siempre muestra la solución
para las partes.
En Bahía Blanca también deben existir situaciones cotidianas de ese estilo en
las cuales un vecino tiene diferencias con otro por algún inconveniente. Sin
embargo, para este tipo de casos se acaba de implementar el Centro de Mediación
Comunitaria. Se trata de un espacio municipal en el cual se busca que las
personas en conflicto puedan dialogar y encontrar una salida que conforme a
todos.

Orígenes
Una vez aprobado el proyecto de Ordenanza, se puso en marcha con la firma
de un convenio con el Colegio de Abogados para reforzar la parte que compete a
los profesionales que van a oficiar de mediadores: “Una colaboración que de
alguna forma potencia el servicio que podemos brindar desde aquí y también le
brinda la posibilidad a los profesionales recibidos de hacer experiencia en
esta materia” explicó a EcoDias, el titular de la Oficina Municipal de
Información al Consumidor, Fabricio De Arriba Arévalo. Es que el Centro
funciona dentro de la órbita de la OMIC para encargarse de los temas descriptos
anteriormente que no suelen seguir el camino judicial: “Lo que busca es generar
un espacio en donde el vecino, no solamente la persona física sino que está
pensado también para ONGs, sociedades de fomento y demás, pueda acercarse y
traer una problemática vinculada a situaciones de vecindad”.
Algunos detalles de la iniciativa radican en que el procedimiento es gratuito,
confidencial y voluntario: “Esto quiere decir que yo puedo traer mi problema,
exponerlo, la gente que está en Mediación lo analizará y verá si es viable o
no. Si es viable se llena un formulario, se forma un expediente y se cita a la
otra parte involucrada. La otra parte no está obligada a venir ni nosotros
tenemos la potestad de traerla por la fuerza, pero entendemos que las
situaciones que se van arrimar a la oficina son situaciones que van a
representar un problema para ambas partes, para el que de alguna forma ocasiona
el problema como también para el que lo sufre”.
Señala De Arriba Arévalo que si alguien acude al Centro es porque tal vez ya se
han generado discusiones o momentos conflictivos que necesitan reencauzarse:
“El que se encarga de encauzar es el mediador que es una persona que
objetivamente está fuera del problema, no les va a decir la solución sino que
está preparado profesionalmente, tiene los conocimientos y las herramientas
para ir guiando el conflicto, ir guiando a las partes a que ellas mismas
mutuamente vayan entendiendo por dónde marcha el asunto y cuál es el camino
para llegar a una solución, que sería el éxito de la etapa de todo el
procedimiento de conciliación”.

Tipo de problemas
Existe todo un movimiento mundial, destaca De Arriba Arévalo, que apunta a
la mediación como sistema para resolver conflictos. Incluso, la mediación se
utiliza como etapa previa a nivel judicial tanto en el ámbito provincial como
en el nacional: “Está vigente también para cuestiones extrajudiciales y se suma
el gobierno municipal en esta misma oleada procurando resaltar el costado más
humano y que como seres civilizados podamos sentarnos cara a cara con quien
tengamos un problema, y tengamos la sabiduría y la comprensión suficientes para
ponernos de acuerdo”.
La mediación, aclara, implica que los involucrados tengan que renunciar a una
parte de sus pretensiones. Es decir, ceder un poco para llegar a una solución
que convenga a todos: “Yo no puedo sentarme a una mediación queriendo el cien
por ciento de lo que quiero. La mediación es una negociación y si o si implica
que uno va a tener que relegar parte de lo que son sus intereses”.
Acerca de qué tipos de problemas pueden llegar a presentarse en el Centro, De
Arriba Arévalo citó los más comunes como ruidos molestos, música demasiado
fuerte, vibraciones, ruidos de un taller, problemas de humedad que son muy
frecuentes en los edificios “porque el de arriba no arregló el baño entonces
eso pierde, se descascara y se me cae el techo del comedor; problemas con los
terrenos, problemas de medianería, que la pared no está donde corresponde o hay
que hacer una reparación y quién se encarga; las ramas del árbol del vecino, si
las puedo cortar o no. Situaciones, insisto, del día a día, situaciones
cotidianas que no tienen gran repercusión o significativa importancia desde el
punto de vista económico pero sí desde lo social y desde la convivencia, desde
una convivencia pacífica”.
Se explicaba que el trámite consiste en que el afectado llena un formulario, se
forma un expediente y a partir de ahí, si la mediación es viable, se cita a la
otra parte. También se aclaraba que no se puede obligar a esa otra parte a
concurrir a la audiencia de mediación. ¿Qué ocurre entonces, si finalmente no
se desea ir a la mediación? “Ahí volvemos a insistir con el carácter voluntario.
Lamentablemente, no podemos avanzar ni para obligar a hacer un acuerdo ni para
obligar a que venga. Insisto, el problema es de los dos vecinos y qué mejor
oportunidad que sentarse como gente adulta, gente civilizada, como vecinos de
una misma comunidad y ver de qué manera, a través de medios pacíficos, del
mutuo entendimiento, del dialogo podemos encauzar este problema. Salir de la
lógica de uno contra otro que por ahí es más de la lógica judicial, y entre los
dos, requeriente y requerido, sin enfrentarnos, sino en un mutuo dialogo, poder
decir: tratemos de llegar a un acuerdo”.
Para estos casos es que cobra importancia el asesoramiento del Colegio de
Abogados ya que los profesionales trabajarán de una manera tal que las dos
partes se acerquen entre si y se pueda llegar a buen puerto: “Hay todo un
procedimiento formal que hay que cumplirlo para un mejor éxito porque también
es importante que quede plasmado por escrito el acuerdo donde está el
compromiso de ambas partes”.
La actuación del Centro finaliza en el acuerdo entre los vecinos involucrados
que se acercan a la sede de la OMIC aunque también hay otros objetivos a los
que se apunta: “La idea originaria era que a medida que esto empiece a avanzar,
que el vecino se vaya familiarizando con esta instancia, que la empiece a
utilizar y empezar por ahí a llevarla por los distintos barrios, ver cuál es la
idiosincrasia de cada lugar, la situación y a partir de ahí tratar de dar
solución en cada lugar de conflicto”.

Dónde acudir
El Centro de Mediación Comunitaria está a cargo de la doctora Mercedes
Patiño y funciona en la sede de la OMIC, Donado 242, de 8 a
15 hs. El teléfono del Centro es (0291) 455-0221.

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2011-08-15 14:00:00
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