Al cierre de nuestra edición nos
enterábamos de la serie de despidos en el diario La Nueva Provincia, desde hace
unos años se hace llamar “La Nueva”.

Las razones que argumenta la empresa en sus propios espacios obviamente poco
dicen de sus trabajadores.
“En los últimos años ha crecido una tendencia mundial en la industria de los
diarios: la migración sostenida y creciente de lectores y anunciantes a las
plataformas digitales y la consecuente merma respecto de las ventas de
ejemplares de las ediciones en papel, sobre todo durante los días de semana”.
Así comienza el texto vergonzoso donde en casi 800 palabras solamente una vez
dice TRABAJO. Nada dice “la dirección” de los trabajadores ni informa de la
cantidad de despidos ni los despidos que se vendrán.
Haciendo referencia a que “la decisión no es fácil”… “hemos hecho lo posible”, sintetiza
en “reducción de personal consecuente” la verdadera noticia. Una veintena de
despidos.

Cuando se arrastra más que las erres
Por la radio se pudo escuchar a un afectado Fernando Monacelli, secretario
de redacción, dando explicaciones sobre la “industria periodística”. Desde los
90 docente y con las ansias de ser “escritor”; muchos, muchas, lo recordamos
por sus pobres enseñanzas en el ICCS, donde dejó siempre en claro que lo
importante es vivir alegre y despreocupadamente la vida. Arrastrando las erres,
entrevistado por LU2 hizo mención a la “situación dolorosa”, explicó que lo que
está “primando en la industria periodística de los medios de papel”, habló
sobre la “migración” y las estampidas. “Hay que tener paciencia», dijo.
Usando la palabra “quebranto” uno pensaría que dedicaría sus casi 9 minutos al
aire para hablar de los empleados despedidos por La Nueva Provincia. Pero no.
Se lamentó: “El quebranto que produce largar el diario fue de 4 millones de dólares”.

En este “proceso”, según sus propias palabras, “en este momento tan crítico y
doloroso, han decidido qué: realizar un ajuste para limitar ese quebranto que
de martes a viernes que son los diarios de papel menos requeridos”. Lo de
“ajuste” debería leerse como: despidos, gente sin trabajo, empleados que
quedaron afuera. Los echados.
Titubeante se animó a decir que  “la
nostalgia es por el papel, por la edición impresa”.
Se despidió sin gloria prometiendo una edición del diario “Modificada y
engrrrriquecida”.

El mecanismo de siempre
A igual que lo hizo invisibilizando a los obreros gráficos de sus talleres,
Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, secuestrados y asesinados en 1976,
invisibiliza sus despidos en este 2016.
¿Acaso alguien esperaba otra actitud? Son y fueron lo mismo y, a pesar que es
lamentable para quienes hoy se quedaron sin su fuente de trabajo, cuando se
elige empleador se entiende, por la historia que tiene en este caso el medio,
en qué mecanismo ingresará como engranaje.
A 40 años nada cambió en este diario partícipe del terrorismo de estado e
investigado, el medio y su propietario Vicente Gonzalo Massot, por graves
delitos de lesa humanidad.

DESDE EL SINDICATO
“La Comisión Directiva del Sindicato de Prensa de Bahía Blanca quiere
manifestar públicamente su malestar y dolor por la difícil situación que están
atravesando los trabajadores del diario La Nueva SA y sus familias, y al mismo
tiempo repudiar la decisión de la empresa de disponer despidos”.
El cambio implica que la edición impresa “a partir de los próximos días sólo se
comercializará los sábados, domingos y lunes”.
Produce el comunicado del Sindicato que “los directivos de la empresa afirman
que la decisión de reducir la planta de personal se tomó para evitar el cierre
definitivo del diario, medida que, según manifestaron, no se descartaba
efectivizar a fines de este mismo mes”.
“En la jornada de hoy nuestros afiliados comenzaron a recibir los telegramas de
despido, decisión que merece nuestro más absoluto repudio pese a que todavía no
tenemos una idea precisa del alcance que tendrá la decisión tomada por la
empresa”.
“La comisión directiva del SPBB decidió declararse ayer en estado de alerta
permanente, y se iniciaron una serie de reuniones con funcionarios de los
ministerios de Trabajo provincial y nacional, a los efectos de obtener
asesoramiento y evaluar los pasos a seguir en este momento de bronca e
incertidumbre”.
“Son momentos de preocupación y angustia, lo que nos obliga a ratificar, una
vez más, las consignas de ser prudentes y estar más unidos que nunca”.