La flora autóctona se refiere a aquellos ejemplares que evolucionaron a lo largo de millones de años. Con características particulares y en relación a otras especies de seres vivos, se desarrollan en una determinada ecorregión, “que son espacios en los que no se tienen en cuenta los límites políticos establecidos por los seres humanos. Cuando uno habla de nativo, hay que considerar este mapa”, explicó el futuro técnico en Parques y Jardines, Federico Ferrer.
Es necesario saber que las especies coevolucionan en relación con otras. “Por ejemplo, tenemos una enredadera nativa, la Passiflora caerulea, más conocida como pasionaria, que le sirve de alimento y lugar para poner sus huevos, a la mariposa de espejitos, Agraulis vanillae, que es anaranjada. Es importante tener en cuenta esto de la evolución conjunta”, destacó.
En Bahía Blanca, hay una riqueza que está muy infravalorada, según el especialista. “Se dice que crecen solo arbustos achaparrados y espinosos. Obviamente los hay pero no es todo. La ciudad está ubicada en el ecotono pampa espinal que sería la zona de transición entre ecorregiones. Es decir, un sector intermedio, con características de ambas regiones. Tenemos, por un lado, al norte, las sierras de la Ventana y, al sur, el monte, y por el otro, la costa y un arroyo que nos atraviesa a la mitad”, dijo.
Ventajas de cultivar nativas
El estudiante de la Universidad Nacional del Sur (UNS) remarcó que dicho tipo de plantas llevan menos riego y mantenimiento porque justamente “están adaptadas para sobrevivir y desarrollarse correctamente. Siempre hay que darles un primer empujoncito, obviamente. Además, detrás de cada especie autóctona hay un saber ancestral que si peligra la especie, peligra ese conocimiento”.
Entre las autóctonas se destacan: la Erythrostemon gilliesii o barba de chivo; Parkinsonia aculeata o cina cina; Neltuma caldenia o caldén; Geoffroea decorticans o chañar y Vachellia caven o espinillo. “En espacios verdes no se está cultivando mucho más. Nativas también hay en las veredas, baldíos o en nuestros jardines, que salen de manera espontánea”.
Además, hay Verbena bonariensis o verbena: “Es una flor violeta que atrae mariposas. Lo mismo ocurre con la Nassella tenuissima o flechilla, que es una gramínea de aspecto suave; y, si tenés suerte, podés llegar a encontrar otras opciones más difíciles como el Aloysia gratissima o cedrón del monte, que no es el convencional y a las abejas les encanta”, contó.
“La conocida como malvaviscos, que tenemos una más bajita y de flores naranjas, Sphaeralcea australis, y otro más alta y de flores salmón, Sphaeralcea bonariensis; y, Phyla nodiflora o bella alfombra, que se puede tener en cuenta como sustituto del césped en lugares donde no se transite mucho. Siempre recomiendo que se deje un sector sin cortar el césped para ver qué crece, darles prioridad a las nativas y experimentar de esa manera”.
CARTILLA PARA TENER EN CUENTA
El ser humano también es una especie que pertenece y necesita a la naturaleza. “Hay un concepto en relación a esto, servicios ecosistémicos, que es aquella asistencia que la naturaleza nos proporciona como, por ejemplo, la fotosíntesis, la purificación del agua, la moderación de los eventos climáticos extremos, entre otros”, apuntó.Y, siguiendo esa línea agregó: “No hay que olvidar que para tener estos servicios necesitamos de un ecosistema sano que necesita tener todos sus componentes, con todas las especies que lo conforman. Por eso, es importante empezar a involucrarse y hasta se podría incluir el tema de las nativas en las escuelas”. Como ejemplo citó a la pasionaria y el vínculo que tiene con el ciclo de la mariposa. “Para los más chicos experimentarlo a través de sus propios ojos sería muy rico y quizás lo aprenderían mejor. Con solo incluir una planta hay un montón de contenido. Lo mismo ocurre con la polinización, que es un servicio muy importante”, reflexionó.En relación a los cuidados que requieren las nativas, recomendó un riego espaciado y abundante. “Igualmente, una vez plantada, hasta que la planta se adapte al lugar conviene regarla abundantemente cada dos o tres días”. Si se ve el suelo húmedo no se riega. La poda en general no es necesaria. Y sobre plagas y enfermedades, no suelen tener esos problemas porque justamente están vinculadas con otras especies.En la página de Facebook, Flora Nativa Bahía Blanca, como así también en Instagram @sembremos_nativas hay información de divulgación.
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