Después de haber estado prohibidos
por la dictadura militar, regresaron los feriados de carnaval en todo el país.
En Bahía Blanca alrededor de 8.000 personas se juntaron cada noche en el centro
de la ciudad para festejar con las distintas murgas que se dieron cita.

Cuando desde el gobierno nacional se decretaron los feriados por carnaval,
algunas voces se alzaron en contra de esa medida. Sin embargo, los primeros resultados
que tuvieron los corsos -que se pueden resumir en que fueron realmente una
fiesta popular- demuestran que el decreto estaba en lo cierto, y que esos
feriados eran un derecho. El carnaval siempre fue motivo de festejo pero en su
momento la última dictadura militar había prohibido los feriados hasta que,
como decíamos, el actual gobierno revocó aquella decisión permitiendo así que
la comunidad salga a la calle, se encuentre, comparta y se divierta.
 Si bien mucha gente puede haber
aprovechado el fin de semana largo para vacacionar, no fueron pocos los que se
inclinaron por salir a las calles, disfrazarse y moverse al ritmo de las
murgas.
Un ejemplo claro es el de Bahía Blanca, ciudad que por sus características no
se esperaba una convocatoria tan grande y sin embargo la gente tomó el centro
de la ciudad, hizo suyas las calles y festejó el carnaval como corresponde.
Tanto es así que se juntaron alrededor de 8.000 personas por noche lo cual
sobrepasó las expectativas generadas por la organización.
Federico Weyland, director del Instituto Cultural, recibió a EcoDias luego de
los corsos y brindó varios análisis de lo ocurrido en estas históricas noches
de carnaval: “Primero, esta posibilidad de trabajar a partir de un decreto
nacional de implementar nuevamente la fecha de carnaval ayudó a despertar algo
que habíamos dejado de lado hace muchísimo tiempo: la posibilidad de que la
gente disfrute de una fiesta popular que no está teñida directamente con una
cuestión de vacaciones o con una cuestión religiosa sino que es algo general
para todos. Fue muy bueno, la experiencia fue muy buena, tal es así que la
primera noche nos sorprendió gratamente la convocatoria que hubo, pero por otro
lado vimos que teníamos que mejorar la infraestructura para el día siguiente, y
así fue, para brindar comodidad a la gente que se acercó. Eso demuestra el
interés y la avidez de la gente a participar en un evento de esta naturaleza”.
El hecho de que durante más de treinta años no se realizaran este tipo de
festejos, hizo que la organización no tuviera una referencia cercana acerca del
éxito que podía tener: “Fue trabajar en conjunto con las murgas de la ciudad
para ver qué sucedía y qué convocatoria podía haber. Esa fue la situación de la
primera noche de no tener cubiertas algunas cuestiones para tranquilidad del
público que ya en la segunda noche fueron cubiertas”.
Los corsos no fueron solamente disfraces y espuma sino que también allí se pudo
ver la unión entre distintas generaciones y hasta mensajes educativos en forma
de festejos: “Pasó algo muy divertido que fue que los chicos más chicos eran
los que se disfrazaban y los más grandes fueron también los que se animaron a
disfrazarse. Apareció un matrimonio que dio un doble mensaje, él de 84 años y
ella de una edad similar, vinieron disfrazados y revivieron lo que fueron sus
carnavales de antaño. Ella dijo que venía disfrazada de gallina loca y él de
ecologista, entonces se daba un doble mensaje a través de la mirada de una
persona mayor que ha visto en todo el desarrollo de su vida lo que es el
planeta hasta hoy, es interesante el mensaje que nos daba”.

Apostar a más
En los festejos hubo lugar para la solidaridad que se vio reflejada en la
venta de espuma cuya recaudación fue destinada a tres instituciones sociales de
la ciudad: “Fue una buena alternativa y pasó lo mismo ya que se había calculado
una cantidad de espuma que a la hora y media ya se había agotado. Pero es
también esta cuestión de decir que es la primera vez que hacemos esto, la
primera vez que se hace en el centro después de más de 30 años, y si bien como
hecho histórico es importante, no tenemos referencia cercana de cómo responde
el público”.
¿Qué inconvenientes e incomodidades para el público menciona Weyland que se solucionaron
en la segunda jornada? “El primer día por la cantidad de gente, se había
dispuesto de sillas y vallados pero el vallado no era acorde a la cantidad de
gente que se acercó. Ya en el segundo día dispusimos mayor cantidad de vallado
a lo largo de la avenida. El otro tema era la exposición de las pantallas que
luego se pusieron perpendiculares al escenario. Todo lo que se pudo mejorar se
mejoró, esto es un desafío, es un aprendizaje mutuo para el año que viene. Para
nosotros en mejorar la estructura logística, y por otro lado las murgas en ya
saber cómo viene todo”.
El 2012 también tendrá sus noches de carnaval y habrá un mayor conocimiento
respecto a los preparativos. Por eso no se descarta la posibilidad de que se
sumen comparsas y carrozas, además de las murgas pero siempre con la
participación del factor más importante: la comunidad: “El interés quedó
demostrado, ahora continuemos para que el año que viene se apueste a más pero
entre todos, los medios, la clase dirigente y también la comunidad que
participa como público o como real actor. Lo bueno de este tipo de actividades
es que también el público deja de ser público para ser también actor, eso es lo
que permite el carnaval, el cambio de roles y uno lo festeja”.

Belgrano en el Parque
Otra actividad cultural que se pudo disfrutar en Bahía fue a través del
cine cuando en el Parque de Mayo se exhibió la película sobre Manuel Belgrano. La
iniciativa del gobierno nacional está recorriendo todo el país para que se
pueda ver de manera libre y gratuita. La estimación de la respuesta bahiense en
el Parque de Mayo rondó las cinco mil personas: “La consigna fue primero
revivir lo que es el cine nacional e histórico en un espacio público y de forma
pública, algo muy poco visto en Bahía Blanca. Segundo, el lugar, el Parque de
Mayo que no es tan cómodo para que la gente se acerque. Pero pudo acercarse. Y también
el juego de roles, porque lo hicimos al lado del monumento a los fundadores
locales, y estábamos mostrando una película sobre los fundadores de la patria,
entonces había ahí un doble mensaje. Acompañó que la gente entendiera lo que se
iba a ver, dispusimos de sillas, la parte técnica que vino del Ministerio era
óptima en sonido e imagen. La foto que tenemos de la actividad es la gente
disfrutando del espacio, del lugar y de una película que históricamente uno
puede encontrar algunas miradas. Creo que se logra -y es muy bueno porque
estamos en una sociedad que ve más lo audiovisual como la primera entrada de la
historia- trabajar un personaje histórico de esa manera, lo cual habilita a que
niños, jóvenes y adultos podamos conocer la historia de otra manera. Y por otra
parte deja lugar para el análisis y el debate”.
Minutos previos a la proyección de la película que tiene a Pablo Rago como
Belgrano, se pudieron ver los avances de la película sobre San Martín para la
cual Weyland espera que también pueda proyectarse en Bahía, y cortos del canal
Encuentro y la Televisión Pública: “Nos dimos un lujo de ver un video de
FerroWhite en donde está Atilio, un colaborador de FerroWhite y del Museo del
Puerto que falleció hace un par de años, reconocido en todo en White, con una
reflexión de lo que es el puerto hoy por hoy. Ante la mirada nacional quisimos
poner algo local lo cual me puso contento sobre todo por el homenaje que se le
pudo hacer a Atilio”.
El fin de semana largo no terminó allí ya que también hubo eventos por el Día
Internacional de la Mujer: “Se hizo la caminata y carrera que desarrolló la
Subsecretaría de Deportes y fuimos a dar una mano también, y el día 9 se hizo
un reconocimiento en el Teatro Municipal, en el marco de los 200 Ejemplos, a
mujeres destacadas de la ciudad, cada una desde su ámbito, y cerramos con la
presentación de María José Demare con su disco Ella”.