Al cabo del
Plenario que tuvo como escenario a nuestra ciudad, el rector de la UNCuyo,
Arturo Somoza, reemplazó a Guillermo Crapiste en la presidencia del CIN.
Además, durante el desarrollo del encuentro se aprobó la apertura de una
librería en la Capital Federal, donde las editoriales de todas las casas de
estudios que integran el organismo podrán ofrecer sus producciones, al tiempo
que el lugar funcionaría también como escenario para debates y actividades de difusión
científica.

Con la asistencia de funcionarios nacionales y buena parte del medio centenar
de rectores que lo componen, se llevó a cabo en nuestra ciudad el 69 Plenario
del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). La inauguración del encuentro, que
tuvo lugar en el Aula Magna del edificio de Avenida Colón 80, se llevó a cabo
en la mañana del miércoles 20 de marzo pasado y contó con la presencia de todos
los secretarios y subsecretarios de la casa anfitriona, la Universidad Nacional
del Sur (UNS) de nuestra ciudad.
Su rector, Guillermo Crapiste, llegó al Plenario como titular saliente del CIN.
De hecho, uno de los puntos a tratar durante los dos días que duró el evento
fue la designación de su reemplazante. Y, según es tradición en el organismo,
la casa de estudios de origen del presidente saliente es la que debe organizar
el cónclave que determinará el nombre del titular entrante.

La elección
Crapiste presidía el CIN desde mediados del año pasado. En su carácter de
vicepresidente, asumió la conducción del organismo cuando el titular electo en
el 67 Plenario, el rector de la Universidad Nacional de Villa María Martín
Gill, pasó a desempeñarse como Secretario de Políticas Universitarias del
Ministerio de Educación de la Nación. Casi un semestre después, su designación
se hizo efectiva mediante una nueva elección. De ese modo, el ingeniero químico
que desde 2007 conduce la UNS cumplió un mandato y medio al frente del Consejo
que, en otros periodos, tuvo otros dos titulares bahienses: Braulio Laurencena y
Luis María Fernández.
Finalmente, cerca del mediodía del jueves 21 se dio a conocer el nombre del
sucesor de Crapiste. No fue sorprendente: electo resultó su vicepresidente, el
rector de la Universidad Nacional de Cuyo e ingeniero agrónomo Arturo Somoza.
Según trascendió, su designación se concretó por unanimidad y la moción que lo
propuso provino del rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Rubén Hallú
y fue apoyada inmediatamente por Danya
Tavela, vicerrectora de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de
Buenos Aires (UNNOBA).

Palabras de Crapiste
“Quiero agradecer a los colegas la confianza depositada en mí para hacer
frente a este periodo en el CIN. Espero medianamente haber cumplido con la
misión”, dijo el rector Guillermo Crapiste en su último discurso como titular
del cuerpo, al momento de dar la bienvenida a las autoridades presentes.
Sobre su gestión como presidente del Consejo, puntualizó que “hemos tratado en
la medida de lo posible cumplir con la gestión en un marco de plena
participación y sobre todo en un ámbito de camaradería, muchas veces de
informalidad pero siempre de respeto y priorizando la búsqueda de los
consensos”.
Asimismo, opinó que “probablemente, si tuviéramos que destacar algún hecho
trascendente que se ha producido, sería el resultado del Plenario de Cuyo (NdR:
en octubre de 2010), en el cual discutimos para dónde deberíamos orientar el
CIN y qué estructura necesitábamos para llevar adelante las acciones. Fuero una
reunión muy productiva, donde avanzamos más de lo esperado y llegamos a una
modificación estatutaria que creo que es trascendente en la vida de la
institución”.
En cuanto a los aspectos a saldar, Crapiste sostuvo que “aún nos debemos sentar
a charlar un plan de desarrollo institucional, y establecer las cuestiones
prioritarias para los próximos períodos”. Asimismo, reclamó por la asignación
al CIN de “un presupuesto y una estructura, tanto edilicia como técnica, acorde
a estos nuevos desafíos”.
En otro orden, el ahora ex titular del Consejo indicó que “más allá del trabajo
técnico, los rectores tenemos la responsabilidad de buscar los consensos
adecuados para hacer un desarrollo armónico de la institución y del sistema
universitario. Como autoridades, somos los responsables de buscar los espacios
de discusión y reflexión que nos lleven a lograr esos consensos. Y aún en los
disensos, hay que darle prioridad a los objetivos institucionales”.

Una vidriera
El encuentro de rectores y vicrerrectores de las casas de estudios también
sirvió para la implementación de programas e iniciativas conjuntas. Una de
ellas tiene que ver con la inauguración de un espacio en la Capital Federal
donde las universidades de todo el país puedan ofrecer el material producido
por sus editoriales.
Actualmente, las universidades argentinas cuentan con la marca registrada
“Libro Universitario Argentino” y publican más de nueva mil títulos por año
cuya comercialización se ve limitada casi exclusivamente al territorio
provincial que las enmarca, salvo excepciones puntuales como las que
constituyen las ferias del ramo. Sin embargo, la producción de contenidos no se
detiene e incluye textos que tienen incluso gran valor internacional.
Al objetivo de lograr una mejor distribución del material se suma la intención
de reflejar las realidades locales de los diferentes puntos del país y en
estructurar dicho espacio de tal modo que pueda servir también al desarrollo de
actividades académicas y culturales, tales como debates, disertaciones
científicas o jornadas de divulgación.
Según trascendió al cabo del Plenario, la propuesta fue aprobada por unanimidad
y obtuvo asismismo el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias del
Ministerio de Educación de la Nación que orienta el ex presidente del CIN
Martín Gill. Se adoptó el compromiso de ponerla en marcha en el mediano plazo
en un lugar bien visible de la ciudad de Buenos Aires.
Que la ubicación del espacio sea en Buenos Aires, explicaron desde el CIN,
responde a la visibilidad que puede darle a nivel internacional la capital del
país. Otro de los puntos que se tuvieron en cuenta es la gran inversión que las
casas de estudios realizan en material editorial y el despertar del hábito de
lectura y compra de libros que comenzó en nuestro país luego de la crisis de
principios de este siglo.

Nació en primavera
El CIN nació en 1985, con la paulatina normalización de la democracia
universitaria interrumpida con las intervenciones de la década 1970. En la
actualidad, reúne a los rectores de medio centenar de universidades nacionales
e institutos universitarios de las Fuerzas Armadas que libremente consideran y
deciden su adhesión a él.
Sus miembros se reúnen en sesión plenaria ordinaria cada seis meses. Desde su
fundación y hasta la modificación estatutaria que se aprobó un semestre atrás,
su objetivo casi excluyente se vinculaba a la coordinación de políticas
universitarias y la promoción actividades de interés para el sistema público de
Educación Superior argentino. A partir del poder de convocatoria que se refleja
en la participación de más de medio centenar de universidades en su seno, el
CIN se constituye además en órgano de consulta obligada en la toma de
decisiones de trascendencia para el sistema universitario. Ello se refleja en
la decisión que la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, tomó en 2012,
cuando designó al entonces titular del organismo, Martín Gill, en la SPU del
Ministerio de Educación.