El martes
20, desde las 11 horas, se reunieron en el edificio de Avenida Colón 80 los
representantes de distintas listas de docentes, trabajadores no docentes y
estudiantes. Por decisión mayoritaria de quienes participaron de la reunión,
los medios de prensa se vieron impedidos de acceder al recinto donde se
desarrollaba. El área de Prensa de la UNS no emitió siquiera un escueto informe
de lo ocurrido en su interior.
Por si resultase poco, se decidió que ninguno de los participantes podría
informar de lo debatido en el encuentro. La medida no se condice con el
carácter representativo que ostentaban quienes tomaron parte de él, de acuerdo
a los criterios establecidos por la propia Secretaría convocante. En efecto, se
supone que en su rol de “representantes” de cada una de las listas, los
participantes del mitin resultaban portavoces de las mismas, a las que es de
suponer reseñarían los resultados de su participación en la reunión y
consultarían por eventuales nuevas posturas.
A pesar del pacto de silencio, pudo saberse que los concurrentes a la reunión
pertenecían a las listas Unidad, Generación, Grupo Académico y MNR Desafíos (por
el claustro estudiantil), Línea Phi, Integración, Universidad y Blanca (por los
docentes) y Azul y Celeste (por los trabajadores no docentes). A ellos se
sumaron representantes de la comunidad universitaria no alineados a agrupación
alguna, aunque no trascendieron sus nombres ni la forma en que fueron elegidos
para revestir dicha condición.
Otro dato que trascendió fue que durante el encuentro se puso sobre el tapete
la idea de “presunción de inocencia” de Hugo Sierra. Este argumento ya había
sido utilizado por quienes decidieron votar en favor de Gloria Girotti durante
la sesión del CSU del 24 de mayo último, a pesar de la gran cantidad de
material probatorio en contra de ambos docentes que recopiló el fiscal Abel
Córdoba.
Lamentablemente, hasta allí puede informar EcoDias a sus lectores, por decisión
de la mayoría de los actores intervinientes en el cónclave. Lo inconducente del
férreo secreto que se guardó sobre lo actuado puede verse teniendo en cuenta un
dato: para cuando se realizó la reunión que obtuvo como único resultado la
determinación del mencionado pacto de silencio, Hugo Sierra ya había presentado
su renuncia al cargo docente de Derecho Penal II para acogerse a los beneficios
jubilatorios que optó por dilatar un lustro cuando cumplió los 65 años de edad.

Hasta el cierre de esta nota, su dimisión no había sido todavía aceptada por el
rectorado. De todas maneras, el proceso de enjuiciamiento académico cuyo camino
se trató de comenzar a desandar con la reseñada reunión del martes 20 podría
alcanzar a otros dos abogados vinculados a la dictadura que todavía siguen
siendo docentes de la UNS: Gloria Girotti y Néstor Montezanti.
El viernes pasado, a pesar del hermetismo que reina entre los participantes del
cónclave, pudo conocerse un comunicado emitido por la Lista Azul de
trabajadores no docentes de la UNS. El documento fue elaborado para respaldar
al fiscal Abel Córdoba y su desempeño en las causas por las que investiga
delitos vinculados a violaciones a los derechos humanos en Bahía Blanca durante
el Terrorismo de Estado. En los párrafos finales del texto, si bien no se
revela ningún punto abordado en el encuentro precitado, los trabajadores
manifiestan que “los mecanismos internos de justicia
universitaria, basados en la autonomía y en la legislación nacional, hacen
imperioso el impulso de los Tribunales Académicos y en ese camino, los
trabajadores acompañamos la necesidad de separar de sus cargos a quienes los
deshonraron o deshonran con actitudes que se contraponen a la defensa de la
Constitución y de los valores democráticos, enunciados en los fines mismos del
Estatuto”.