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Bahía Blanca se organiza
No corro, no me impaciento, dejo que el tiempo madure las cosas, la fruta tiene genéticamente establecido su tiempo de maduración, apurar o demorar altera su proceso.
Categoría: Locales

Decía Sarmiento en el prólogo de uno de sus libros:
“Análisis de mis trabajos para mí mismo”. En ese sentido someto a la nota que
escribí y que publicó EcoDias: “Carta abierta a la señora Presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, Argentina lo necesita”, a una crítica objetiva, pues
después de esa publicación surgieron otras sobre el mismo tema del Dragado,
tanto desde la UTN, la UNS, el IADO, hubo marchas, manifestaciones, la misma
audiencia pública.
No corro, no me impaciento, dejo que el tiempo madure las cosas, la fruta tiene
genéticamente establecido su tiempo de maduración, apurar o demorar altera su
proceso.
Introducción y Rondo caprichoso es una obra musical de Carmelo Saint Saëns muy
bella que escuché a los 10 años, y aún la recuerdo en mis 86 años. Y vaya lo de
caprichoso, pues asistimos a un despertar inimaginable: de una Bahía Blanca
fría, apática, indiferente, de espaldas al mar, a una Bahía que despertó,
opina, sale a la calle, expresa a viva voz su parecer, al que incorporan y
participan al decir de Don Ata: “Como arrimándole leñita al fuego”
Y para mejor interpretarlo me valdré de la ironía cómica de Bernard Show y del
pragmatismo de Maquiavelo.
Hasta hace muy poco tiempo esta Bahía Blanca, adormecida, anestesiada, se había
convertido en una mezcla de las alegres comadres de Windsor con el Conventillo de
la Paloma (sainete), el costumbrismo de pueblo chico expresado por Pairó, del
que tenemos su “Casamiento del laucha”.
Debo decir que esa transformación me sorprendió, aunque sé muy bien que existen
reservas -material humano- que todavía no se atreven a manifestarse.
Por imperio de las circunstancias Bahía Blanca se está perfilando como la niña
bonita, para el desarrollo de esta gran región económica y por la presencia del
o de los puertos de aguas profundas que atraen cada vez más a empresas,
inversionistas, etc. A Bahía Blanca la pretenden varios candidatos, ¿a cuál
elegirá, con cuál se quedará? Es difícil saberlo, pues como en los tiempos
casamenteros de antes, no es la novia la que elige, en este caso depende del
gobierno de la Nación.
De la Bahía apacible y lugareña pasamos a la Bahía presente, consciente de su
rol estratégico en el desarrollo del país, que ya no admite demoras, y que está
pasando un acelerado proceso de transformación, que desborda lo políticamente
representativo (partidos políticos) por una mayor participación colectiva en la
que se escuchan nuevas opiniones como se pudieron apreciar en la audiencia
pública realizada en Cerri. En los albores de nuestra ciudad se describían “Los
cangrejales” como la gran reserva económica con que contaba Bahía Blanca,
postergada porque entraron en juego grandes intereses, Bahía se fue quedando en
el tiempo.
La CAP y el lavadero de lanas en Cerri se cerraron, así como el puerto existente
por el cual se exportaba carne de Cerri. Tuvimos una industria nacional,
empresas bahienses que aportaron para hacerla grande. Pero, la Lanera San Blas,
cerrada. Torello, fábrica textil, cerrada. Industrias metalúrgicas, todas cerradas.
Industrias vinculadas a la fabricación de maquinarias agrícolas, todas
cerradas.
El puerto era nuestro (argentino), hoy es administrado por un consorcio que
controla la Provincia, y es administrado por la cerealera multinacional Bunge y
Born, la central termoeléctrica pasó a manos norteamericanas, ahora se habla de
una nueva central que la construirá una empresa yanqui. La Shell, la Esso,
Petrobras, Repsol, Cargill, Dreyfus, el Polo Petroquímico, todos de capital
extranjero, se adueñaron del puerto en la época de Menem: de lo que Perón nos
dejó y que Menem vendió, muy poco es lo que recuperamos.
Antaño se hablaba de las vacas gordas, hoy hablamos de los años de la soja gorda,
y ojalá la del gobierno, pesos duraderos (“Que el bacán que te acamala tenga
pesos (soja) duraderos y que todos digamos es una buena presidenta”).
Creo que la ciudadanía bahiense quiere lo mismo aunque con distintas opiniones.
Valdría establecer prioridades con un programa en el que todos deberíamos
encauzarnos. Tomémosle prestado a Breitenstein lo que decían los carteles. “Juntos
podemos hacerlo”: Los puertos. Planta Regasificadora. Central Termoeléctrica.
Aprovechamiento integral de los ríos Negro y Colorado. Unidad de las Provincias
de Río Negro, La Pampa y Buenos Aires. Incorporar un millón de hectáreas bajo
riego. Agua potable para Bahía Blanca y Punta Alta. Ferrocarriles. Proyectos de
urbanización de la ciudad para dentro de 10/20 años, una Bahía para 500 a 600
mil habitantes. Aquí esta el quid de la cuestión.
Si se hubiera planificado lo que hoy tenemos, no hubiera sucedido.
Se ha instalado el debate en Bahía Blanca, y eso es realmente positivo. En la
época del renacimiento cuando Leonardo y Miguel Ángel -como las más vigorosas
expresiones artísticas de ese momento- expusieron sus obras y esculturas, todos
opinaban: el barrendero, el panadero, el artesano, la estética como filosofía
del arte se introducía en las capas mas populares, y siempre hubo disidentes.
Nos toca vivir un proceso de transformación, todo un sistema y modelo económico
se ha agotado.
Quienes se convirtieron en la cima de la civilización y convertidos en países
industrializados de primer nivel, sucumben ante las crisis provocadas por ellos
mismos, ídolos con pies de barro que se caen, surge un nuevo mundo. Si logra
imponerse habrá un destino para el ser humano.
Quevedo lo expresaba en sus versos sobre el alfarero: Oficio noble y bizarro,
entre todos el primero. Pues que en la industria del barro, Dios fue el primer
alfarero, y el hombre el primer cacharro.



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2011-11-28 20:32:00
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