25 años de feria se cumplieron, artesanos de todas partes del país llegaron a
Bahía Blanca para exhibir sus trabajos. Días de lluvia, viento y sol que se
disfrutaron con música y objetos para todo tipo de público.

“Es la feria más codiciada por todos los artesanos del país, la respuesta de la
ciudad es algo muy poco común en todo el país”, afirmaron desde la
organización. “El artesano se va muy feliz porque la gente lo recibe con mucha
calidez”.

Bienvenida
Un cielo nublado que traicionó la primera tarde de los feriantes. En plena
organización, un chaparrón dejó en claro que el clima manda en esta época.
Mientras tanto y a un paso más lento que el habitual, se fueron tendiendo los
toldos blancos sobre la Plaza Rivadavia. Una vez más la Feria de Artesanos dice
presente unos días antes de la Diversidad Cultural. Sin embargo, el mal tiempo
no es la novedad, a pesar del feriado el paseo estuvo colmado de bahienses y
personas de la región que visitaron y compraron artesanías.
“Con lo simbólico que tiene un cuarto de siglo, un emprendimiento que se ha
legitimado por la cantidad de gente que convoca, los bahienses que la esperan y
la gente en la región se suma de alguna manera por coincidencia”, reflexiona
Ricardo Margo, titular de Cultura del municipio. “por una suerte de dictamen,
de proyección que hace la gestión de Héctor Gay de hacer del centro de la
ciudad participativo, activo, con propuestas que vienen de tantos años.
Nosotros vinimos a hacer los apoyos de lo que se venía haciendo comúnmente, más
una serie de ajustes”, apuntó el funcionario respecto al aporte del gobierno
local.
Mientras, la feria iba tomando forma, llegaron las intervenciones musicales:
con ritmos ancestrales se presentaron los Pueblos Originarios y después invitó
al baile africano el grupo Bloom Tumba. La noche caía sobre el viernes y se
cerró a puro punk con Los Misterios y son cubano de la mano de Congo Bongo.

Se va la segunda
Con un sábado más benigno, el público llegó después de las 17 horas,
invitados por los ritmos del antiplano tocados por la Banda Andina. Carteras,
canastas, flores de palmera, aros y empuñaduras de cuchillos en plata, cuencos,
mates y soperos de cerámica, ropa al estilo hippie chic fueron las más
consultadas. Además, los convocantes pintores en vivo atrajeron a parejas y
adultos, como así también los caricaturistas, el trabajo realizado a pedido
bajo la mirada de los visitantes otorgaba un plus de atractivo. Cuadros en
telas y bastidores formaron parte de la admiración de los bahienses.
Las familias disfrutaron de cumbia, polka, rasta punk y música balkánica con La
Luiggi, Serebrios y su locura y Shleper. “Tenemos la suerte de tener una ciudad
con un alto contenido cultural, con una diversidad absoluta, de distintos
géneros, de todos los géneros porque no es solamente rock” aportaron los
organizadores. “El común denominador de esto es que estuvimos trabajando muy a
fondo con una selección entre muchísimos grupos de todos los géneros musicales
incluso infantiles y todo con muchísimo cuidado. Recibimos una cantidad de
propuestas y entre todas seleccionamos las que nuestro modo de entender son las
mejores” calificaron.

Domingo
Con las características de la inestabilidad, el domingo se dejó visitar
junto al grupo La mar en coche deleitó
a los más pequeñitos con canciones y participaciones espontáneas en karaoke y
baile. Se alternaron el rock fusión, el folklore, rock y reggae con Bosque
Magmático, Elunay, Tres Cínicos y Verde Vibración. “Hay mucha gente trabajando
muy a fondo en el terreno artístico, muy en serio y desde muy jóvenes. Esto es
muy importante, poder generar este espacio a artistas locales para que se sigan
desarrollando en su labor” afirmaron. El escenario de la feria estuvo pleno de
aplausos para los artistas locales que hicieron su labor con profesionalismo y
entrega.
Y muchos que habían recorrido unos pocos estands realizaron una segunda visita.
Llamadores en caños, mates de calabaza, adornos de todo tipo y materiales:
hierro, madera, telas como el fieltro o el vidrio, elementos reciclados. Formas
de peces, lechuzas, gnomos, colgantes, llaveros, utensilios de cocina, tablas
de picadas fueron expuestos como parte de un patrimonio único. “Cada pieza
artesanal, cada canción y cada manifestación artística es única e irrepetible.
Un producto artesanal solo lo puede realizar un artesano, no hay maquinaria que
pueda expresar lo que un verdadero artesano logra plasmar con sus manos, sobre
una pieza, y depende de nosotros que la gente se dé cuenta de esa diferencia”.

Último día
A tanto viento, buena cara decían los artesanos. Viejas recetas de
contención, bolsas con tierra para sostener las carpas, aprovechar los espacios
de reparo para quienes estaban en la parte central de la plaza. “Hoy sí fue un
día difícil”, comentó Raúl, artista de los muñecos infantiles y creador de
juegos de madera. “Son muchísimos los compañeros que desean participar. Y a
nivel local, es uno de los eventos más grandes que se realiza. La afluencia de
público que aumenta año a año es reflejo de esto. Además, es importante para
nosotros que el público conozca nuestro trabajo y qué mejor que la posibilidad
de compartir con compañeros del resto del país”.
Este día estaba planificado como cierre de la edición, sin embargo, la
organización y el municipio acordaron un día más, el beneficio resultó ser una
compensación para los feriantes ante los embates climáticos. En las tablas
sonaron Jardín Trío, Willy Traversa, Ariones y Shok, en la música que fue desde
el folklore al rock y la percusión.
Finalmente, el martes se acabó el tiempo y los artesanos fueron en busca de un
próximo destino para recorrer. La entrega dejó a 400 expositores, miles de
bahienses visitantes y el sabor de un trabajo consciente valorado por todos.”
Artesanos músicos y artistas se ofrecen y brindan lo mejor de su creatividad.
La presencia de los vecinos revaloriza y concreta el sueño de trabajar en lo
que se ama”.

VOCES
“Compré sahumerios y unas flores” dijo Ana, una bahiense que visitó la
plaza el domingo. “Vine a dar una vuelta nada más, no siempre se puede comprar”
aportó Raúl desde la noche del viernes. “Me voy con una canasta hermosa, y unos
cuadros chicos para mi casa” contó Alejandra. “Siempre venimos”, afirmó
Joaquín, “es una excelente propuesta que se suma a la expo que siempre hay en
la plaza”.
Roberto, artista de los cuchillos, llegó desde lejos, “vengo desde Santa Fe y
es mi primera vez en esta feria”. Julieta es pintora y su marido, retratista,
“venimos de Villa Gesell, tenemos esta experiencia por octava vez y siempre nos
toca este clima, no es raro para nosotros” apuntó. “La gente valora el trabajo
artesanal de una pieza de producción industrial, la gente se da cuenta de esta
diferencia y eso hace que esta feria sea muy productiva para nosotros”
describió Daniel, tallador de la madera. “El público es cordial y amable” dijo
Estela entre las prendas coloridas tejidas por ella y otras mujeres artesanas.