Volver a empezar
Más que un caso

Dos meses después del aborto terapéutico realizado a la adolescente
embarazada producto de las reiteradas violaciones por parte de familiares
-con el silencio cómplice de la cúpula directiva del Patronato de la
Infancia- durante sus salidas de fin de semana, la historia se encamina por
dos senderos: el de la justicia que busca a los autores materiales de los
ataques y analiza las responsabilidades del ex director Antonio López y su
despedido equipo técnico, y el de la vida misma, con la joven viviendo en
casa de su madrina y reinsertándose -o insertándose por primera vez- en un
círculo que le permite “estar feliz de la vida”.

Fernanda Petersen comentó a EcoDias que junto a su familia intentan que su
ahijada tenga una rutina “lo más cotidiana posible, empezó un curso de
pintura, va a las carreras que organiza la Comisión del Discapacitado una
vez por mes, se reúne con sus amigos y comparte encuentros sociales con
nosotros”.
Más allá de la experiencia del aborto, la salida del Patronato para la
chica de 18 años con un retraso mental de 12, la llevó a disfrutar de un
espacio de libertad para expresar sus sentimientos y ello lo demuestra
sobre todo al estar “a diario” hablando de la situación del hermano,
preguntando por qué está detenido o por qué le pasó a ella.
“Esto según nos decía el psicólogo es porque está tranquila, contenida y
puede hablar, pero continuamente con este tema y toda la cuestión de
empezar a diferenciar también que esto que le estaba pasando no era normal,
que no estaba bien. Ella tenía naturalizado todo esto”, relató Petersen.
Esos cambios se ven en la cotidianeidad: “Ahora le decís ‘¿Querés un
postrecito de chocolate?’ y en seguida responde ‘Basta de obligarme, ya me
obligó mi hermano…’, un hecho puntual le desata una situación que no tiene
relación con lo que estabas hablando”.
“Ella obviamente ahora puede hablar un montón de cosas que antes no podía y
también está mucho más tranquila, descansa mucho mejor, eso sí se dio
después del aborto. Por ejemplo, cambió su relación con los chicos. A ella
siempre le encantaron y, esos dos meses que duró, era ‘No los quiero ver,
los quiero agarrar, les quiero pegar’, se tocaba la panza y ahora se
calmó”, sostuvo la madrina, y refirió: “El otro día fuimos a un cumpleaños
donde había 17 chicos y ella jugó con todos, los organizó, los llevaba, los
traía, está feliz de la vida”.
También recordó que su ahijada manifestó que se apretaba en el hospital,
señalándose la boca del estomago “porque quería que se me saliera” pero
ahora “no quiero que se me salga nada”.
“Son situaciones concretas que obviamente como abogada no tengo ni idea
pero cuando se las cuento a mi hermana que es trabajadora social o algún
amigo psicólogo me dicen que es normal, que iba a pasar, pero en el momento
te quedas pensando”, aseveró.
El trastorno de la joven fue producido en mayor medida por el inútil debate
que surgió ante la irrupción de fundamentalistas “pro vida” -avalados
momentáneamente por el católico juez de Familia Jorge Longas- que por la
intervención médica en sí misma: “Si no hubiese estado el tema de la
suspensión, la intervención desde lo médico no fue traumática”.
Esta semana la joven comenzará a asistirse por voluntad propia con la
psicóloga que la atendió al ingresar al Patronato y supervisó las primeras
salidas con la familia Petersen.
La ex secretaria de la institución mantiene como única relación con la
entidad de calle Alvarado al 800, algunos llamados telefónicos por
cuestiones puntuales o para saludar a los internos, “después no tengo
ninguna vinculación, de hecho nunca me llamaron para ver cómo estaba la
nena ni nada, así que menos que menos”.

Nueva denuncia contra directivos
A principios de mes Petersen pidió que el fiscal Eduardo Zaratiegui, de la
Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8, investigue la culpabilidad “por
abandono de persona tanto al director como al equipo técnico” del Patronato
de la Infancia, es decir, los expulsados Esteban Godia (psicólogo),
Verónica Godoy (asistente social), Susana Camblor (coordinadora
educacional) y el ex director Antonio López que ahora encabezaría una
“administración paralela”.
“Lo que planteo es que cuando vos estás en una ONG el no presentarte ante
las autoridades que corresponda constituye abandono de persona, vos
permitís que se siga actuando de determinada manera por tu negligencia. Y
eso es una responsabilidad porque, si bien no sos funcionario público, la
Provincia a través de la función en la que estás trabajando te delega la
responsabilidad de guarda de estos chicos y los ponés en situación de
abandono”, explicó la letrada.
En esta causa recién se están solicitando las copias certificada de todas
las actuaciones existentes sobre el caso -el informe del fiscal general en
lo Federal Hugo Cañón es una de ellas- para comenzar a producir más prueba.

Mientras tanto la UFI 1, a cargo de Eduardo Quiróz, toma declaraciones en
busca de elementos que permitan hallar a los culpables, más allá del
embarazo, de los reiterados abusos sufridos por la víctima. No hay
novedades aún de los resultados de los estudios de ADN realizados el 8 de
octubre que deberían llegar a más tardar los primeros días de esta semana.
Tampoco se registraron avances sobre el juicio político solicitado contra
el integrante del Tribunal de Familia Jorge Longas, quien determinó la
suspensión del aborto a la joven haciendo prevalecer sus creencias
personales sobre el artículo 86 del Código Penal que establece claramente
la no punibilidad del aborto para este tipo de casos.