Intervenir los discursos, intervenir los viajes del tren, intervenir la orilla del estuario
propuestas disparadas por el museo taller Ferrowhite con una mirada problematizadora y una mente dispersa y abierta. El balance de los trabajos del 2010 y los sueños para el próximo año.
Patas para arriba
Cambiá la cabeza resume en una expresión la primera actividad que el museo taller pretende concretar en 2011. Comenzará con la propuesta de intervenir cabezotas, que desfilarán en la Gran Fiesta de Carnaval, el 7 y 8 de marzo, feriados de reciente creación. Las invitaciones ya están corriendo, impulsados por el trabajo conjunto con la Sociedad de Fomento de Ingeniero White. Siempre la meta es integrar a la gente de Boulevard, Saladero y el Castillo, crear un ruta de recorrido que los una, asegura Reynaldo Merlino, director de Ferrowhite.
El taller del Armado de Cabezotas da cuenta de un trabajo mancomunado entre jóvenes, adultos e instituciones, el galpón está decorado con papel maché, diarios y cola plástica en piñatas, por el momento mudos y en espera de representar rostros o personajes, vestidos de amigos o enemigos, para denunciar, visibilizar o ridiculizar, a gusto de los participantes.
En busca de un fin último y necesario, también, pretenden habilitar la torre del edificio de la ex usina Gral. San Martín, paseo atractivo y convocante. Desde lejos, y antes de subir al Puente La Niña, los visitantes de la localidad portuaria siempre se interrogan acerca del Castillo, de su historia y de su impronta. La obra de J. Molinari sigue esperando que se encare, finalmente, su reciclado y restauración. Recordamos que más allá de la recuperación de las instalaciones, declaradas patrimonio arquitectónico, es necesario tratar el asbesto residual, producto de un desmantelamiento descuidado del aislante, que contamina desde 1997 el interior de la estructura.
Y si no tenemos apuro, antes de seguir, podemos pararnos a apreciar a San Jorge y los arcos al estilo Tudor, una garita que sobrevive cerca de las vías, rosales que se destacan en un patio parquizado y arbolado, y cerca de las lavandas, un cantero de cactus de diferentes especies y tamaños, que ceden un poco de lugar al aloe vera.
El sueño de Agustín de Arrieta
También, la Rambla de Arrieta sigue viva en la mente del Ferrowhite, queremos ver el mar en un lugar concentrado, proyecta Merlino. Para que esto se logre, esperan poder derribar el muro que divide el Museo Taller de la ría. De esta manera, el proyecto del balneario que propuso el intendente Agustín de Arrieta en 1934, se recrea hoy, aunque en espacios más acotados, revive.
Próxima, la Casa del Espía, se erige como un pie de defensa y sostén de las actividades y proyectos, conteniendo las obras del escultor ferroviario Francisco Polo, los enanos de jardín escondidos detrás de una puerta que plantean interrogantes o los pasajeros miniaturas de Carlos Di Cicco, mientras del cielorraso cuelgan los platos voladores multinacionales. Desde la planta baja, un aroma a café y madera lustrada invitan, ingredientes para quien todavía no se animó a conocerla.
Y todavía no entramos al taller, porque el tren llega a White seguido y en el próximo paso, la gente de Ferrowhite quiere salir desde la Estación Sur, una oportunidad para relatar este recorrido cargado de historias y presentes. El tren obrero recobró su recorrido con fines culturales y turísticos a lo largo de la primavera de este año y revitaliza las actividades de los sábados. Nicolás Testoni recuerda que la primera vez que el tren retomó la parada a las orillas de la institución fue hace dos años, de la mano de la gente de La Fraternidad.
Lo nuevo, lo viejo
El aire se acalorará con las voces de las reclamadoras, recitadoras de reclamos y quejas, un espacio que se brindará a las mujeres trabajadoras, a las mujeres amas de casa, una idea que todavía se está formando, se está materializando, que hizo chispa, luego de mirar el archivo fotográfico y darse cuenta que los ferroviarios entrevistados siempre prefieren posar con sus compañeras. Sin duda, una convocatoria que extiende la exploración del universo femenino como lo ha hecho la publicación Bolseras, relatos de mujeres que trabajaron en las fábricas de bolsas de Ingeniero White y Villa Rosas, y que constituyeron la temática de varios talleres.
Las visitas escolares seguirán cortando boleto de la mano de los Amigos del Taller, aunque tendrán una propuesta nueva, con la colaboración de Nicolás Seitz, becario del Museo y estudiante de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Sur, inspirado en la maqueta tridimensional de Héctor Guerreiro. Un pizarrón muestra el camino desde las empresas hasta la mesa de los consumidores, destacándose un jabón y una bolsa de plástico, productos del Polo Petroquímico.
También, se seguirá impulsando el taller Cómo funciona la cosa, confección e impresión de prendas y otros objetos de uso cotidiano del que participan chicos de Ingeniero White y el Barrio Noroeste.
No se ha perdido mucho
El lema problematiza las pérdidas y pone en juego los capitales, tales como Ferroviarios, libro compilado por Juan Carlos Cena, que incluye el artículo escrito por Ana Miravalles, La (larga) huelga de 1958 en Bahía Blanca e Ingeniero White, en el que treinta obreros entrevistados por el museo recuperan aspectos de la multitudinaria marcha que paralizó el puerto y la ciudad el 1 de diciembre de ese año. Una movilización emblemática en la historia ferroviaria en pos de la defensa de los derechos de los trabajadores.
De la misma manera, Flying fish, obra de teatro documental del Archivo White, protagonizada por el marinero mercante Roberto Orzali, puso en escena el viaje alrededor del planeta a bordo del Aegis Kingdom, buque griego que partió de Ingeniero White en junio de 1972 llevando trigo hacia el puerto de Yokohama, en Japón. Entre la obra y la travesía que la inspira median grandes transformaciones: la modernización en el diseño de los buques, la automatización de los procesos de carga y descarga, la flexibilización de los marcos legales que regulan la actividad marítima y portuaria.
Flying Fish también se plasmó en un diario de viajes, en el que se revela el mundo del trabajo ferroportuario, desde el relato y el hacer- vivir de su protagonista. En efecto, se ponen a la vista de todos, el testimonio de un mundo que cambia o una mirada en perspectiva del mundo actual.
Lleva muchos meses preparar la obra, confiesa Testoni, quien apuesta fuertemente a los materiales audiovisuales a la hora de la puesta en escena, así como en el blog. El Teatro Documental está garantizado por el asesoramiento de Vivi Tellas y la participación de Natalia Martirena.
Los materiales se suman en el salón, objetos que con presencia contundente cuentan su historia: faroles reparados por Velasco, maquetas de los chicos de La Piedad o Cerri, las cartografías logradas por los vecinos, la Estación White de Ernesto Micucci, los buques de Roberto Conte, las locomotoras de Domingo González. Sin dudas, el mundo de cartón pintado extiende su existencia en el 2011, con el firme propósito de hacernos pensar.
Continuidades
Para disfrutar de testimonios, haceres y pareceres de ferroviarios y trabajadores portuarios sugerimos seguir estas vías:
www.museotaller.blogspot.com
www.undocumentalenvivo.blogspot.com
http://lasruinasdebahiablanca.blogspot.com/2010/09/hecho-en-ferrowhite.html
www.archivocaballero.blogsptot.com
Facebook: Ferrowhite Museo Taller
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