Nos toca en esta edición presentar un caso diferente al de otras entidades fomentistas de la ciudad: la institución abarca a tres barrios. Estamos hablando de la Sociedad de Fomento y Cultura de los barrios Bahía Blanca y Rosendo López que -pese a no estar incluido en el nombre- comprende al barrio San Francisco, nacido recientemente en 1995.
Toda la jurisdicción en cuestión está ubicada entre las calles Misioneros, Salinas Chicas, Chacabuco y San Lorenzo y allí viven alrededor de 5.500 habitantes. El sector cuenta con todos los servicios lo cual hace que su Sociedad de Fomento, hoy presidida por Francisco Bonventre, pueda abocarse de lleno a su propio crecimiento.

Historia
Cuenta Domingo Verna, tesorero de la entidad, que el barrio Bahía Blanca se terminó de construir en 1964 y que sus primeros habitantes llegaron cinco años más tarde. Posteriormente se hizo el Rosendo López que comenzó a poblarse durante 1970. Ya en la década del 80 nace la idea de crear la Sociedad de Fomento y Cultura: “La institución se funda un 7 de enero de 1988”.
Según Verna, en el ‘99 comenzaron a construir la sede en Sócrates y Huaura y todo el ahorro de las cuotas sociales se invirtió en la estructura metálica del futuro salón de usos múltiples.

Falta de espacio
La situación económica golpea a todos. El SUM está a medio terminar y hoy la entidad cuenta con una oficina en la que desarrollan diferentes actividades pero el lugar les está quedando chico: “El SUM es bastante grande, allí se harían fiestas y distintos eventos además de actividades que hoy no se pueden desarrollar por falta de espacio. Tenemos una buena cantidad de libros pero no tenemos lugar para la biblioteca. Nos hace falta seguir construyendo y no contamos con los fondos suficientes. La prioridad es cerrar el SUM, así podríamos hacer funcionar momentáneamente la biblioteca y otras actividades”.

Consejo Vecinal
El tesorero de la Sociedad de Fomento hizo hincapié en las actividades del Consejo Vecinal Las Villas.
Verna dice estar conforme por el trabajo realizado pese a las trabas que hubo hasta no hace mucho tiempo: “El trabajo del Consejo lo veo bien pero lo que pasa es que estaba medio quieto ya que no contaba con recursos. En años anteriores recibían subsidios, entonces se podían mover mejor. Por empezar no tienen un lugar físico y si encima no se reciben fondos, se hace difícil. Ahora con este nuevo intendente, según lo conversado con la presidenta del Consejo, hay buena predisposición para colaborar con los Consejos Vecinales. Con todo creo que el trabajo que han hecho en los barrios es bueno”.

Buenas respuestas
La institución hoy tiene aproximadamente 300 socios que, según Domingo Verna, participan activamente en el funcionamiento de la entidad: “Aquí gracias a Dios, el vecino participa, cuando uno necesita una colaboración, la gente se presta. Cuando hicimos la asamblea para renovar autoridades completamos perfectamente el porcentaje que corresponde de acuerdo a la personería jurídica y a lo que establece el estatuto, es más se superó el número”.
Por otro lado, además de completar el salón, Verna menciona entre los proyectos a futuro el hecho de aumentar la masa societaria: “Deseamos que un habitante por familia del sector se haga socio de la institución. Creo que a nadie de aquí se le quiebra el presupuesto por abonar $ 1,50 por mes y si ese dinero lo multiplicas por 1000 o 1500 personas suma, y entonces uno se puede mover mejor”.