Quien transita a la altura de Rincón al 3900 los días de semana encontrará el mismo paisaje siempre.
Pero aquellos que saben que a 150 metros funciona el complejo “Oasis”, donde el PAMI local lleva adelante la primera colonia de vacaciones para adultos mayores, sabrán que cada mañana no es una mañana más para muchos de nuestros abuelos.
El programa “Verano Activo” es la primera experiencia que se concreta en nuestra ciudad. Consiste en la organización de una serie de actividades en forma totalmente gratuita destinadas a jubilados afiliados al instituto. En la actualidad participan alrededor de 120 personas por día.

“Chofer, Chofer apure ese motor…”
Las actividades comienzan bien temprano. Ya a las 8.30 hs. van llegando los colectivos desde distintos barrios de la ciudad y convergen en el “Oasis” donde los encargados de coordinar las diversas actividades diarias, esperan a los abuelos para desayunar todos juntos.
Estas personas son los integrantes de la asociación Piedra Libre. Según el titular local del PAMI, Federico Susbielles, ellos “supieron reconocer la particularidad de los adultos mayores, han hecho un formato de actividades en el cual pueden participar todos a medida de las posibilidades de cada abuelo combinando lo físico con lo social y mental. Este es un formato que claramente trabaja en línea con el pensamiento del Instituto respecto a la política integral de prevención y promoción de la salud”
Este proyecto se dio en conjunto con varias actividades enmarcadas en el “Programa de Prevención de los Derechos del Adulto Mayor” que se realizaron durante el pasado año, y específicamente para “Verano Activo” se trabajó en conjunto con “Piedra Libre” a fin de obtener un formato adecuado a los adultos mayores.
Respecto a la respuesta de los abuelos, Susbielles manifestó que “siempre que se diagraman políticas sanitarias es sumamente importante la respuesta del público objeto al cual es destinado, y realmente la manera en que disfrutan y participan nuestros jubilados nos pone muy contentos. Estoy muy conforme, es una experiencia innovadora por el formato, teniendo en cuenta además que es la primera vez que se hace esto”.

Con la malla y las ojotas
Al entrar al complejo puede sentirse olores que son la mezcla del aroma a agua clorada, tierra húmeda y césped. El bullicio lo componen risas, charlas, chapuzones y la música de fondo.
Se observa la imponente pileta, los fogones, la arboleda y varios grupos de personas mayores todos con una sonrisa pintada en la cara. Algunos mateando, otros bailando, o reunidos en grupos con un mazo de cartas, taba, tejo o cualquier actividad para compartir.

Piedra libre
La directora de proyectos de “Piedra Libre”, Sandra Visani, nos contó algunos detalles del funcionamiento de esta innovadora propuesta: “Nosotros optamos por talleres y actividades que tienden a fortalecer y favorecer la parte física con caminatas y gimnasia en el agua, y psíquica o de estado de ánimo, como los talleres de teatro, juego o memoria. A veces les proponemos una consigna para incentivar la participación de todos, por ejemplo traer un objeto antiguo que tenga un valor para cada uno como forma de recordar y movilizar la memoria”.
La colonia funciona de martes a viernes. Los abuelos están divididos en 2 grupos, uno que asiste martes y jueves, y el otro miércoles y viernes. Todos de 8.30 a 11.30 hs.
Cada actividad está dirigida por una persona especializada en el tema, ya sea una profesora de teatro, como de educación física, técnicas en recreación o técnicas en juego y creatividad, entre otros. En total trabajan 9 profesores.
Además, cada abuelo tiene la opción de elegir la actividad que quiere hacer, incluso hay quienes asisten para jugar o pasar la mañana al aire libre teniendo en cuenta que no todos están en la misma condición física.
Es por eso que cabe destacar que hay abuelos que cuentan con asistencia perfecta aunque tengan problemas de movilidad leve. También los hay andariegos, tranquilos, divertidos o más callados, pero todos esperan el día ansiosos y aportan su cuota para que la mañana sea amena, divertida y llena de vida. En cuanto a género, hay varones y mujeres, aunque la mayoría forma parte del bando femenino.

La voz de los que saben
Es destacable que todos los abuelos que charlaron con EcoDias coincidieron en la alegría que sienten de participar de “Verano Activo”.
Algunos se inclinaron en remarcar que lo mejor de la colonia es la pileta, como manifestó Alba que pertenece al grupo que viene desde Gral. Cerri los martes y jueves junto con otros 45 abuelos: “La pileta es muy linda, aunque todo es lindo, yo es la primera vez que hago algo así, compartimos con todos, la gente está toda contenta y además nos sentimos mejor físicamente”.
Por su parte, Mario hizo hincapié en que “uno mueve el cuerpo, hacemos ejercicio que es muy bueno, sobre todo la natación, además charlamos con todos y tomamos mate”.
También Norma coincidió en el ejercicio y la pileta pero además agregó que “es lindo la tranquilidad, acá te olvidas de todo, también la recreación es muy divertida y la comunicación con la gente que hace que la pasemos muy bien”.
Uno de los personajes más particulares de la colonia es don Miguel. Viste bombacha de campo, camisa y pañuelo al cuello; siempre se lo ve con el termo “debajo del brazo” y el mate, convidando a todos, y además ya pasó a ser el profesor de taba de varios abuelos.

Para no olvidar…
La vejez, para muchos lejana y temida, fue siempre centro de diferentes análisis. Mucho se debate acerca del rol de los ancianos en la sociedad. Mucho se discute con relación a los haberes, la seguridad social, la contención y la participación de nuestros mayores. Mucho se habla del deterioro físico, las enfermedades, la depresión y hasta el miedo a envejecer.
A diferencia de todo esto, en espacios como el que acabamos de describir poco se habla y mucho se hace. La colonia “Verano Activo” ofrece una mejor calidad de vida a partir de la práctica de un deporte acorde a las necesidades de la edad. También les brinda un marco de contención y aliento por medio de charlas y con el contacto con los pares.
Por supuesto, cada abuelo vive una situación diferente en su hogar, pero dos veces por semana se sube al colectivo, se encuentra con su gente y disfruta del momento como si fuera la primera vez.